lunes, 19 de febrero de 2018



MARIA EUGENIA VAZ FERREIRA




La rima vacua



Grito de sapo
llega hasta mí de las nocturnas charcas...
la tierra está borrosa y las estrellas
me han vuelto las espaldas.

Grito de sapo, mueca
de la armonía, sin tono, sin eco,
llega hasta mí de las nocturnas charcas...

La vaciedad de mi profundo hastío
rima con él el dúo de la nada.


KO UN





Un callejón



Un callejón sin salida. Me vuelvo
                                                          Vale
                                             Aquí y allá
                                   Luces brillantes

        En un callejón de Chongnung


Versión de Joung Kwon Tae  - Revisada por Isabel R. Cachera

De "108 poemas Zen" Editorial Casariego 2005


ALFREDO CHACON





La voz de un poeta
se escucha en la espesura
de todos los poemas
y se llama dicción.
La prueba de la existencia de un poeta
se encuentra
en la invención que hace su voz
de la palabra.
Como la voz de un poeta
no se puede escuchar
sino en una palabra
inventada por el silencio de esa voz,
tengo la prueba
de la existencia de un poeta
de la invención que él y yo hacemos
del poema
en la espesura de su voz.


Para Alejandro Oliveros.


De: “Del rumor de mis límites”.



ADRIANA TAFOYA





Encarnadura



Mi madre es un ojo en la tina
                             abro la llave
para hidratar el filo de sus párpados
y empapar mis extremos
desmembrándolos
con el mirar oxidado
                                          espejo roto
                                                                    del aguaje
sangro espeso
desbordo vísceras
tengo el vientre retacado
y el pecho lleno de intestinos

la piel que se desprende
es una niña muerta
de carne blanca y transparente
          
           bulbo
                           de numerosas pieles de cebolla
que parpadea
y le trasminan las venas
pequeñas y magentas
flotantes en sanguaza

Recién nacida soy un huevo
menguante
                      y agrietado
             por los límites del agua

salgo de la tina


CARLOS VITALE




Consigna



La palabra es miedo,
metal, adiós,
cuerpo sin cuerpo,
y derrota.



ALEJANDRA LERMA






Retrato de mi abuela



Mi abuela vive en lo oscuro
pasa horas infinitas mirando al techo
dice que le duele el dolor
arrastra sus temblores junto a la silla de ruedas
a veces se olvida de su nombre

Sus manos se agitan al comer
recuerdo que una vez me alimentó
que me limpió la boca
y me enseñó palabras
todo lo hizo muy firme
estuvo viva para que yo viviera

No soy buena cuidándola
me asusta su tristeza

Temo envejecer con tanta angustia
mirarme en un reflejo
verme como ella
preguntarme dónde están mis hijos
y no poder llorar de la vergüenza

Marina
nunca ha visto el mar
siempre evitó los viajes y el amor
se fue quedando muda
cansada de escucharse
entre la soledad de las pastillas

La miro desde lejos
como a una extraña
se mece entre sus dedos la camándula
el olor de lo que muere la corroe

No comprendo la inclinación de la balanza
quién le ofrendó su peso
cuándo vendrán por ella
dónde guardaron
bajo llave
su alegría.

o miro desde el suelo
como crece la hierba
y tal vez sonrío

Debo leer las cartas sin los párpados cerrados
sin los dedos tan filosos
y la lengua tan herida

Debo elegir
cuántos dolores aún me caben
cuántos necesitan desalojo

Cubrir los espejos
mirarme a oscuras
como mira la muerte

Debo elegir
pero no quiero
no me viene en gana
decidir mi destino
jugar a que soy dios y me doy vida
jugar a que soy dios y me la quito.