Encarnadura
Mi
madre es un ojo en la tina
abro la llave
para
hidratar el filo de sus párpados
y
empapar mis extremos
desmembrándolos
con el
mirar oxidado
espejo roto
del aguaje
sangro
espeso
desbordo
vísceras
tengo
el vientre retacado
y el
pecho lleno de intestinos
la piel
que se desprende
es una
niña muerta
de
carne blanca y transparente
bulbo
de numerosas pieles de cebolla
que
parpadea
y le
trasminan las venas
pequeñas
y magentas
flotantes
en sanguaza
Recién
nacida soy un huevo
menguante
y agrietado
por los límites del agua
salgo
de la tina
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