viernes, 23 de diciembre de 2022


 

RABIA DJELTI

 


 

¡Compañeros!

 

 

Debajo de mi balcón,
Una noche…
Inclina algunas de sus ramas en las calles
Extiende unos brazos hacia las farolas
Acaricia las estrellas
Aporta diversión en la oscuridad
Y duerme la mona con una canción

Debajo de mi balcón,
Dos bancos de piedra…
Al margen,
Cierran las puertas del sueño
Abren su cielo a la vigilia
Se guiñan el ojo
Suspiran
Invocan y alaban al divino
Se susurran los secretos de los compañeros
Y muchos más capítulos
Sobre los humanos
A propósito de:
La coquetería de las muchachas
La malicia de los muchachos
La economía de mercado
Las lágrimas de los amantes
La furia de las guerras
El elevado precio de las dotes
Los secretos de la tradición
Las religiones
El exilio
Las conspiraciones
El maquillaje
Las manifestaciones
La locura
Las bombas inteligentes
La calamidad de las arrugas
Los debates sin salida
El suicidio
La democracia
El visado
La historia
Los anticonceptivos
La geografía
El aburrimiento
Y de
Etc., etc., etc.

Debajo de mi balcón
Los dos bancos sensatos
Y chismosos
Abren la puerta del sueño…
Bostezan,
Dando gracias a Dios el generoso
¡Que ellos sean de piedra!

 

Versión de Jeannine Alcaraz

 

 

ANNA GREKI

  

Infancia

 

 

Ira ante el niño sin pan ni madre
               que come tierra
               dibuja helicópteros
               permanece de pie en su sueño

Ira ante el niño con el vientre ultrajado
                 araña de la miseria
                 que juega con la tierra
                 bajo un sol turista

Ira ante el niño que corre frente a la guerra
                hasta las fronteras
               desde hace siete años sin parar
               a menos que se tumbe en la tierra

Ira ante la tierra entera
               la tierra que es el pan
               que es la alegría
               la casa y la muerte

 

De: “Algérie, capitale Alger”

Versión de  Souad Hadj-Ali Mouhoub.

 

Nota: Anna Greki, seudónimo de Colette Anna Grégoire, es una poeta argelina de origen francés.

 

MOHSEN EMADI

 

 

 

En cada ventana que abro

una nueva mujer

                 me sonríe.

Nuevas muertes,

niños dando cabezazos contra la boca del útero.

Los colores

                    se calman

                      en la ropa

secándose en el alféizar de las ventanas.

Aquí se tiende el negro

allá se recoge el rojo.

Nunca abrí

las ventanas

a las mujeres que esperan.

Las campanas

de las iglesias

propagan el domingo.

Saludo con la mano

a una mujer absorta en la nada

que sacude

su cigarro en la barandilla del balcón

                                                        liberada de esperanzas

                                            escapada de la muerte

                                      colgada de la nada

con ojos

                 vacíos

                 vacíos

que caen

                 en mis poemas.

Saludo con la mano.

 

SOFÍA RODRÍGUEZ

 

 


 

adivinar la vibración de los azahares
                                 su suave contorno
acurrucarnos en el musgo
                   y las arterias de los árboles
amar en urgente
                                     desesperado amor
con todo el animal temeroso
incierto
                               cruel y frágil
que somos
sin dudar
                      ni por un instante
que el canto de los pájaros
no necesita
de nosotras

 

 

ALMUDENA VIDORRETA

 

  

Injerto

 

 

Has hecho de mí el cerezo aquel
que daba guinda amarga.
Vuelta en fruta dulce,
la yema de mis dedos se hace tuya,
recolectora insaciable, babosa
que todo lo devoras y lo aprietas
con la certeza naciente
de quien no ha pisado el mundo,
y yo te entrego la vida
con la desaprendida sorpresa
que en tus ojos refulge.
Nuestras manos son flores,
como el frutal del abuelo
que visitan los pájaros;
mis muñones, un injerto
de tu puñito cerrado.
La ciencia de los árboles
sin más.

 

De: “La cicatriz de la selva”

 

 

VIRGINIA FERNÁNDEZ COLLADO

 

  

1

La tristeza es una cosa que se siente, aquí
Maite Dono.

 

 

El hombre huye asustado con un traje de buzo
mientras tiene miedo a la enfermedad.

Si se emborracha, después
viene la tristeza.

Si ama, después
viene la tristeza.

Amar es más difícil que perseguir a una bandada de pájaros
pero yo amo.

Yo no siento la tristeza como Dono,
ya no siento la tristeza, aquí.

Todos están solos,
todos están locos,
los amados son como los pájaros
y no voy a entrar en esa espiral.

Amo la luz y el color del cielo,
me gusta cómo huele el mar,
quiero aspirar el olor de tu pelo,
eso es tan bello,
eso es entrar en la espiral.

Tumbarse en la arena,
evaporarse y desaparecer, no lo es.

  

De: “Lluvia”