"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 9 de octubre de 2019
STÉPHANE MALLARMÉ
Sobre el nombre de Pafos...1
Sobre el nombre de Pafos ya cerrados mis libros,
me regocija ver, por mi genio escogida,
una ruina por muchas espumas bendecida,
lejos, de victoriosos días bajo el jacinto.
Con silencios de hoz corra entonces el frío,
que yo no ulularé nenia alguna vacía
aunque el blanco retozo por los suelos prohíba
el honor de ser falso paisaje a todo sitio.
Mi hambre no se deleita aquí con fruto alguno
y en cada docta ausencia igual sabor encuentra:
¡que aromado y humano, de carne estalle uno!
El pie sobre una sierpe donde arde nuestro amor,
larga, perdidamente tal vez, en otro pienso:
de una amazona antigua el mutilado seno.
Versión de Ulalume González
de León
LÉOPOLD SÉDAR SENGHOR
El
Tótem
Me
hace falta ocultar en lo más íntimo de mis venas
Al
Ancestro de la piel de tormenta surcado de relámpago y
de
rayos
Mi
animal guardián, tengo que ocultarlo
Para
que no rompa la cerca de los escándalos.
Él
es mi sangre fiel que exige fidelidad
Protegiendo
mi desnudo orgullo contra
mí
mismo y la soberbia de las razas dichosas...
JORGE ENRIQUE ADOUM
Minería
Yo
no escogí este oficio: me tocó
al azar. ("¡No va más! ¡Colorado
el treinticuatro!". Y no tuve
remedio.)
El hombre, el suelo, ácida
su axila donde busco soluciones. Y no hallo
sino huraños minerales, nada sino
la piedra golpeada desde adentro, su pregunta
furiosa de dormida: "A quién busca, qué
quiere". No hay sino silencio
y los adictos a su secta clandestina.
A veces,
al cavar, recojo un rostro antiguo
de pariente, su corazón en polvo: mascarón
que volvió a la disciplina de la tierra
cumplida ya su ruta entre los seres.
Me toca en los túneles (la memoria, el sueño)
toparme con mi pasado —huesos de alguien
con asuntos al sol, quehacer de afuera,
diurno— que me parece ajeno y por eso
la piedra golpeada desde adentro, su pregunta
un pasado niño, un niño que me desentierro.
(Sólo harina es la ternura marcada
por los dedos airados del azufre, y el amor,
mina de hastío, roído hasta el vacío
por el odio.)
Venid pues, venid pronto, pero
sin madre, sin piedad, lámparas nulas,
al sílice, los catafalcos, la tórrida
soledad de los renglones del nitrato.
Pero no me busquéis reemplazo entre los negros
los maridos, que vuestra pena no ponga
en mi lugar un ciudadano: el buzo o el amante,
rencoroso, no dejan sitio a nadie
en la misma incisión que los sepulta.
Pero quiero volver a donde recuerdo hay aire,
allí podría amar y usar la cama como nave
o tumba compartida. Pero no me fue dado
ese viaje, no dijeron ese número, otras
figuras hacen mi lotería: Andando, morir
moliendo, deslavando el ser, viviendo…
cuando yo pretendía morir, de muerte
y nada más, de muerte sin pretexto.
al azar. ("¡No va más! ¡Colorado
el treinticuatro!". Y no tuve
remedio.)
El hombre, el suelo, ácida
su axila donde busco soluciones. Y no hallo
sino huraños minerales, nada sino
la piedra golpeada desde adentro, su pregunta
furiosa de dormida: "A quién busca, qué
quiere". No hay sino silencio
y los adictos a su secta clandestina.
A veces,
al cavar, recojo un rostro antiguo
de pariente, su corazón en polvo: mascarón
que volvió a la disciplina de la tierra
cumplida ya su ruta entre los seres.
Me toca en los túneles (la memoria, el sueño)
toparme con mi pasado —huesos de alguien
con asuntos al sol, quehacer de afuera,
diurno— que me parece ajeno y por eso
la piedra golpeada desde adentro, su pregunta
un pasado niño, un niño que me desentierro.
(Sólo harina es la ternura marcada
por los dedos airados del azufre, y el amor,
mina de hastío, roído hasta el vacío
por el odio.)
Venid pues, venid pronto, pero
sin madre, sin piedad, lámparas nulas,
al sílice, los catafalcos, la tórrida
soledad de los renglones del nitrato.
Pero no me busquéis reemplazo entre los negros
los maridos, que vuestra pena no ponga
en mi lugar un ciudadano: el buzo o el amante,
rencoroso, no dejan sitio a nadie
en la misma incisión que los sepulta.
Pero quiero volver a donde recuerdo hay aire,
allí podría amar y usar la cama como nave
o tumba compartida. Pero no me fue dado
ese viaje, no dijeron ese número, otras
figuras hacen mi lotería: Andando, morir
moliendo, deslavando el ser, viviendo…
cuando yo pretendía morir, de muerte
y nada más, de muerte sin pretexto.
De: "Las ocupaciones nocturnas", en Los cuadernos de la tierra
PIER PAOLO PASOLINI
Al
Príncipe
Si
vuelve el sol, si desciende la tarde,
si
la noche tiene un sabor de noches futuras,
si
una tarde de lluvia parece volver
de
tiempos tan amados y nunca del todo poseídos,
ya
no soy feliz al gozarlos o sufrirlos:
no
siento ya, frente a mí, toda la vida…
Para
ser poetas se necesita mucho tiempo:
horas
y horas de soledad son necesarias
para
formar algo que es fuerza, abandono,
vicio,
libertad, para darle forma al caos.
Poco
tiempo me queda: por culpa de la muerte
que
me viene al encuentro en mi marchita juventud.
Mas
por culpa también de nuestro mundo humano
que
le quita el pan a los hombres y a los poetas la paz.
De: “La religión de mi
tiempo”
ATTILA JÓZSEF
¡Oh! Europa
¡Oh!
Europa tiene muchas fronteras,
y
en las fronteras muchos asesinos.
No
me hagas llorar por la muchacha
que
en un par de años más habrá partido.
No
me hagas estar triste por el hecho
de
que soy europeo. En realidad,
yo,
buen compadre de los osos libres,
me
atrofio si no tengo libertad.
Hago
poesía para divertirte.
A
la cumbre del monte llegó el mar
y
una mesa bien puesta está nadando
sobre
nubes y olas, sin cesar.
PEDRO GANDIA
Goce más transitorio que su estatua
Días
perdidos, días malgastados.
Carne
o mármol o luces derribadas.
Entre
las hojas secas del recuerdo,
Ni
la ficción conforta.
(1984)
Suscribirse a:
Entradas (Atom)