Al
Príncipe
Si
vuelve el sol, si desciende la tarde,
si
la noche tiene un sabor de noches futuras,
si
una tarde de lluvia parece volver
de
tiempos tan amados y nunca del todo poseídos,
ya
no soy feliz al gozarlos o sufrirlos:
no
siento ya, frente a mí, toda la vida…
Para
ser poetas se necesita mucho tiempo:
horas
y horas de soledad son necesarias
para
formar algo que es fuerza, abandono,
vicio,
libertad, para darle forma al caos.
Poco
tiempo me queda: por culpa de la muerte
que
me viene al encuentro en mi marchita juventud.
Mas
por culpa también de nuestro mundo humano
que
le quita el pan a los hombres y a los poetas la paz.
De: “La religión de mi
tiempo”
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