miércoles, 18 de marzo de 2015

GILBERTO OWEN


 

3. La noche, que me espía por el ojo...

 

La noche, que me espía por el ojo
de la cerradura del sueño,
gotea estrellas de ruidos inconexos.
¿Para qué este hilo de aire con ecos?
Ya ningún lápiz raya mi memoria
con el número de ningún teléfono.

Mi mensaje cae conmigo
sin mis miradas, cuerdas de un trapecio
suspendido, otros días,
de mi cabeza sobre el cielo.

Y nadie inventa aún al inalámbrico
una aplicación para esto:
uno puede caer cien siglos
-sin una honda agua de sueño,
sin la red salvavidas de una antena-
al silencio.

 

 

De Desvelo

LORENZO OLIVÁN


 

Piedra

 

La piedra, quieta,
callada, ocupa siempre
con violencia un espacio.

Con la fija obsesión
de no dejarlo.

 

De Puntos de fuga 

JOSÉ SARAMAGO


 

El beso

 

Hoy, no sé por qué, el viento ha tenido un
     hermoso gesto de renuncia, y los árboles han
     aceptado su quietud.
Sin embargo (y es bueno que así sea) una guitarra
     organiza obstinadamente el espacio de la soledad.
Acabamos sabiendo que las flores se alimentan en
     la fértil humedad.
Ésa es la verdad de la saliva.

 

De "Poesía completa"
Versión de Ángel Campos Pámpano

 

IDA VITALE


 

La palabra infinito

 

La palabra infinito es infinita,
la palabra misterio es misteriosa.
Ambas son infinitas, misteriosas.
Sílaba a sílaba intentas convocarlas
sin que una luz anuncie su dominio,
una sombra señale a qué distancia de ellas
está la opacidad en que te mueves.
Van a algún punto del resplandor y anidan,
cuando las dejas libres en el aire,
esperando que un ala inexplicable
te lleve hasta su vuelo.

¿Es más que su sabor el gusto de la vida ?


De "De procura de lo imposible"

 

 

SALVADOR DÍAZ MIRÓN


 

Copo de nieve

 
 
Para endulzar un poco tus desvíos
fijas en mí tu angelical mirada
y hundes tus dedos pálidos y fríos
en mi oscura melena alborotada.

¡Pero en vano, mujer! No me consuelas.
Estamos separados por un mundo.
¿Por qué, si eres la nieve, no me hielas?
¿Por qué, si soy el fuego, no te fundo?

Tu mano espiritual y transparente,
cuando acaricia mi cabeza esclava,
es el copo glacial sobre el ardiente
volcán cubierto de ceniza y lava.

 

PEDRO SALINAS


 

No rechaces los sueños por ser sueños...

 

No rechaces los sueños por ser sueños.
Todos los sueños pueden
ser realidad, si el sueño no se acaba.
La realidad es un sueño. Si soñamos
que la piedra es la piedra, eso es la piedra.
Lo que corre en los ríos no es un agua,
es un soñar, el agua, cristalino.
La realidad disfraza
su propio sueño, y dice:
”Yo soy el sol, los cielos, el amor.”
Pero nunca se va, nunca se pasa,
si fingimos creer que es más que un sueño.
Y vivimos soñándola. Soñar
es el modo que el alma
tiene para que nunca se le escape
lo que se escaparía si dejamos
de soñar que es verdad lo que no existe.
Sólo muere
un amor que ha dejado de soñarse
hecho materia y que se busca en tierra.