jueves, 16 de septiembre de 2021


 

RICARDO LABRA

 


La ecuación de la luz y sus sorprendentes resultados.

 

 

BASILIO SÁNCHEZ

 

  

Cipreses junto al mar

 

 

El mar es un anciano que contempla las nubes,

un viejo ensimismado que lee un libro.

 

Una gaviota oscura es una línea

que atraviesa una página.

Una imagen del aire

que se va incorporando

poco a poco al pensamiento del mar.

 

El mar es el lugar donde la tierra

tiene el color del cielo.

La tierra, con sus campos

sombreados de verde,

con sus altas ventanas abiertas al crepúsculo,

está dormida ahora en el murmullo

del enjambre del mar.

 

Nadie vela a los muertos.

La luz se precipita desde los farallones.

Por la orilla caminan silenciosos los pastores del agua.

 

Es posible que, como dice Hikmet,

el más hermoso de los mares

sea aquel que todavía no hemos visto.

 

 

ENRIQUE WINTER

 

  

 

Terminales comunes

 


Sólo la vuelta de otras niñas en bicicleta

da origen a la plaza en donde puedo escribirte.

 

Los círculos concéntricos del cielo

trazan decenas de gaviotas

 

mientras tu mano se esculpe a sí misma

(vuelos de águila sobre el tocador).

 

Estos retoques a la piel del mar

hacen de los pelícanos cucharas

en las pestañas del océano.

 

El agua es tu perfil,

oculto por la niebla de los puertos

girando en bicicleta.

 

 

 

MARÍA MARTÍNEZ BAUTISTA

 

 

 

Qué tristes son los barrios
donde nunca he vivido
y las casitas donde nunca he sido.
Porque son tan punzantes
otras vidas posibles.

 

Fragmento del poema “Casitas”

 

 

 

REINALDO BUSTILLO

 

  

Si pudiera escribirte mil sonetos

 

 

Si pudiera escribirte mil sonetos,

mil sonetos de elogios te escribiera,

con las letras de alegre primavera

que denuncien lo azul de tus secretos.

 

Y con el alma y corazón repletos,

como nunca, antes, nadie te ofreciera,

brindara para ti, mi voz postrera,

cardúmenes de sueños indiscretos.

 

Te escribiera con tono inmoderado

una endecha de luz y de colores

que sirva de corona a tu cabeza,

 

ponga acento de triunfo a tu reinado,

destruya con tus risas mis temores

y acrezca para siempre tu belleza.

 

 

ROSSANA ARELLANO HASSON

 

 

 

Incapacidad de Cadáver

 


NO volveré a tu casa a calentarme los pies,

Descenderé al infierno por el revés de mis ojos.

 

Estos ojos

Que reflejan la amargura del alma

Y callan, incapaces de llorar

Su torrente de lágrimas.

 

Es cierto,

Son tantos los ojos

Que han menguado

La humedad del llanto, aguardamos.

 

No me quejaré, ante los monstruos,

Estrangularé mi vida frente a ellos.

 

Mañana pecaré como ayer

Fornicaré con la sombra

Le robaré el blanco de los ojos

Cuando jadee extasiada.

 

Deja que trague saliva

Y arráncame los labios

Con un beso impetuoso

Que me llene la boca de confusión.

 

Un canto incomprensible

Arrebata desde adentro, no cantaré.

 

De todas las palabras, hastío,

De la carne que no responde, hastío,

Del terror del sol posándose en tu miembro,

Aumentando la herida, dolor.

 

El secreto pasa, sobre mano libre.

De lo humano, déjame el consuelo,

Que en esta incapacidad de cadáver

Han sido las tinieblas mis hermanas.

 

Desprecio el afecto

Que tuve por la bestia y su camino.

 

He palpado la mentira

Que nos seca el asombro

Y no le puse límites,

Entonces fue que morí, mientras bebía.

 

Escondo una justificación, sin plazo,

Bajo mis pies

Pero me sangran las manos

Desde que la zurcí a mi huella.

 

Nada anima a volver,

Ni es pliegue de tu falda, madre.