viernes, 1 de enero de 2021


 

MÓNICA NEPOTE

 

 

 

Visión nocturna

 


 

El silbido del aire se cuela por la tela blanca, fantasma que brilla entre la ventana y la noche. Afuera, lejos de mi mesa la ciudad es una sílaba sostenida, una puerta que se abre, la voz de ensueño de una mujer que conozco, el avión que, súbito, tocará la tierra. Tras el ruido construyo un mundo desigual. Línea divisoria entre mi cuerpo cerrado y la ciudad.

 

CARLOS LOPEZ NARVAEZ

 

 



Ojos sin color




Malignas obsidianas, cábalas siblinas,
pupilas de tormenta: sois el raudo aletazo
de dos cuervos cautivos en el sedeño lazo
tendido en las pestañas vibrátiles, endrinas.

Zafiros extasiados, plegarias matutinas,
pupilas de pureza: sois el místico vaso
de ensoñador absintio que en su glauco regazo
deslíe cabelleras de náyades y ondinas.

Ágatas hechiceras, idílicos remansos,
ojos de las Teresas de Jesús, ojos mansos:
sois lámparas votivas del ara del Señor.

Mi sueño no coloran negro, ni azul, ni flavo:
con su enigma insondable volviéronme su esclavo
de la amada imposible los ojos sin color.

 

VIOLETA PUJOLS

 

  

 

La otra cara de Santiago




Hoy quiero tener
el rostro de los niños tristes
esos que se alimentan de esperanza.

Los de mirada de azabache
que venden una sonrisa
por un chicle Trident.

Hoy no quiero maquillar
a la tristeza.


 

EMI G. CANCHOLA

 

 

 

Que alguien le diga al tiempo *

 

 


Enciendo la computadora
me encorvo sobre el escritorio
y oprimo todas las letras
que me hinchan la garganta:

 

que alguien le diga al tiempo mi edad
veinte años
y mi cuerpo todavía en espera
veinte años
oculta en los pasillos de la carne
casi fantasma que roe los muros
casi mujer

 

querido tiempo
camíname al revés
desdí la voz grave
mis huesos anchos
quita de mí el yo que no soy
déjate romper
un poco
lo necesario

 

mamá entra sin tocar la puerta
oprimo la tecla de todos los días
suprimir

 

le sonrío
como si mis manecillas todavía marcaran los años
como si mi edad no oliera a muerto
a hijo muerto

 

BOB DYLAN

 


 

Soy un vagabundo solitario...




Soy un vagabundo solitario 
Sin familia ni amigos. 
Allí donde podría empezar la vida de cualquiera, 
Es exactamente donde acaba la mía. 
He probado suerte en el soborno, 
El chantaje y el fraude, 
Y he cumplido condenas por todo 
Menos por pedir en la calle. 

Hubo un tiempo en que yo era un hombre próspero, 
No me faltaba de nada, 
Tenía oro de catorce quilates en la boca 
Y seda en mis espaldas, 
Pero no confié en mi hermano, 
Le hice caer en desgracia, 
Y esa fue la causa de mis desdichas. 
Lo que me llevó a desaparecer deshonrado. 

Amables señores y amables caballeros, 
Pronto me habré ido, 
Pero sólo déjenme que les advierta una cosa 
Antes de seguir mi camino, 
Cuiden de estar libres de mezquinas envidias 
Y no se guíen por el código de nadie, 
Y guárdense sus juicios para ustedes mismos 
O acabarán donde yo.

 

 

Versión de Antonio Rasines

 

VLADIMIR HOLAN

 


 

 

En la profundidad de la noche


a Jaroslav Seifert

 

"¿Cómo no ser?", te preguntas y hasta acabas por decirlo
                             en voz alta...
Pero el árbol y la piedra lo callan ,
aunque ambos son hijos de la palabra y por tanto mudos,
ya que la palabra se asusta de ver lo que ha sido de ella...
Pero los nombres aún los tienen. Los nombres: pino,
arce, álamo temblón. ..y los nombres: feldespato,
basalto, fonolita, amor... Bellos nombres,
sólo que asustados de ver en qué se han convertido.

Versión de Clara Janés