"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
domingo, 19 de agosto de 2018
JUAN DOMINGO AGUILAR
Los aeropuertos
No me
gustan los aeropuertos:
esperar
sentado siempre sólo
al lado
una silla vacía
mirar
de vez en cuando hacia los lados
no me
gusta el ritual obligado de la cola de embarque
el duty free los turistas comprando
todo
lo que
puedan meter en su maleta de mano
regalos
para sus hijos sus padres sus esposas
para la
chica que conocieron la semana pasada
quisieran
viajar con ella en avión juntos
hacer
noche en el aeropuerto juntos
preparar
las maletas juntos todo el ruido
el
sonido de las ruedas los cafés juntos
los
pitidos al pasar por el escáner pensar en ti
me
gustaría que aparecieras corriendo
antes
de montarme en el avión que me digas
no te vayas hoy no te vayas.
Habría
estado bien hace unos años.
Los dos
juntos en algún aeropuerto
los dos
juntos viajar a Berlín,
guardo
los billetes que compramos
es como
llevar un cadáver en el maletero del coche.
MARIO BOJÓRQUEZ
Te llamarás Amargo, en
tus encías
Florecerá
un jardín de arborescente sarro
Y en tu
alta cabeza seborrea arrancará mechones
Cataratas
de nieblas en tus ojos
Te
llamarás Llagado sin afrenta
La viva
piel que ulcera la tierra donde pisa
Te
llamarás Sin fe
Y habrá
otro tú
Edificado
en pena
Que
infectará en redondo
La
lepra es justiciera
Habrá
de distinguirte en el mercado
La
turba dando voces
Anunciará
que llegas
Que el
tufo de tus ácidos
Se
anticipó a la clara campanilla
CARLOS MARZAL
Color
A José Saborit
Me
atengo a la emoción
y no me
atañe nada que la explique;
me
ajusto a mi dilema y me conmuevo,
y no me
incumbe nadie
que me
despierte del vivir sonámbulo.
Por
natural acontecer,
por
puro suceder,
por
simple cumplimiento estoy convulso.
Color,
no te averiguo,
me
coloro.
Me
corono de ti, color de espasmo.
Me
consterno de ti, de ti me iriso.
Como
restalla un látigo en el aire,
igual
que se difunde
la
resquebrajadura entre los hielos.
Como la
combustión de un imposible.
Voluntad
de color,
color
querer,
antojarse
color, color saberlo.
No
quiero decir más.
Quiero
decir con nada.
No
pinto más en mí.
Estoy
en blanco.
Estoy
en color vivo.
Música
de la luz, te escucho y lloro.
YULIANA RIVERA
American Dream
–Tu
padre acaba de morir,
nos
dijo mi madre,
–de
causas naturales:
No supo
domeñar la voracidad del desierto.
MIGUEL RASH ISLA
Elogio primaveral
Estábamos a solas en el parque silente
la tarde en desmayadas medias tintas moría,
y era tal el encanto que en las cosas había
que daban como anhelos de besar el ambiente.
Primavera llegaba y el retoño incipiente
-anuncio placentero de la flor- verdecía
y el alma contagiada del milagro del día
florecía lo mismo que el jardín renaciente
Ella escrutaba el cielo con fijeza tan honda
que el verdor transparente de sus ojos cordiales
transformóse en un verde sensitivo de fronda.
Yo la miré y ansioso de halagar sus antojos,
la dije ante los tiernos brotes primaverales:
esta vez ha empezado la estación en tus ojos.
Estábamos a solas en el parque silente
la tarde en desmayadas medias tintas moría,
y era tal el encanto que en las cosas había
que daban como anhelos de besar el ambiente.
Primavera llegaba y el retoño incipiente
-anuncio placentero de la flor- verdecía
y el alma contagiada del milagro del día
florecía lo mismo que el jardín renaciente
Ella escrutaba el cielo con fijeza tan honda
que el verdor transparente de sus ojos cordiales
transformóse en un verde sensitivo de fronda.
Yo la miré y ansioso de halagar sus antojos,
la dije ante los tiernos brotes primaverales:
esta vez ha empezado la estación en tus ojos.
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