"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 28 de septiembre de 2019
DYUNZABURO NISHIMAKI
Hojas de castaño
Una casa en donde crecen guisantes.
Una mujer de ojos rasgados.
Una noche efímera
como los ojos de los peces.
Se oye la voz de Hera
entre el murmullo de las hojas del castaño.
Amaneció
sin que el ruiseñor dejara de cantar.
La sombra se recostó en el mármol
y se volvió una rosa.
** Kinuta: instrumento de
madera para moler plantas fibrosas.
MARITZA CINO ALVEAR
9
No
oigo voces
ni
silencios
solo
el espectáculo
de
hacer el amor
con
la muerte.
De: “Cuerpos guardados”
KATSUE KITAZONO
Maleza
Más
allá de la maleza, se desliza una nube como mandolina.
Los
muchachos imitan sandías en el agua todo el día.
ANA ROSETTI
Tercero
En sus dedos la ostia lunar amanece, se alza desde el vaso sagrado, brilla
sobre el carmesí de la casulla. Y cómo ir, cómo prosternarme, cómo abrir la herida de mi boca a la luz
si en mis entrañas anidan los petreles y mis venas son astas de ciervo y mi cuerpo es batalla con sus brechas
y minas. De la lámina blanca que él me ofrece depende mi perdición, pero mi lengua, avanzando con rojos destellos,
recibe de su mano el sacrilegio y la muerte.
En sus dedos la ostia lunar amanece, se alza desde el vaso sagrado, brilla
sobre el carmesí de la casulla. Y cómo ir, cómo prosternarme, cómo abrir la herida de mi boca a la luz
si en mis entrañas anidan los petreles y mis venas son astas de ciervo y mi cuerpo es batalla con sus brechas
y minas. De la lámina blanca que él me ofrece depende mi perdición, pero mi lengua, avanzando con rojos destellos,
recibe de su mano el sacrilegio y la muerte.
De: "Virgo Potens"
SHIRO MURANO
Ciervo
Quieto
en la luz poniente
a
la orilla del bosque, el ciervo
sabe
que apuntan a su frente,
pero
qué puede hacer. Quieto,
vuelve
tranquilamente
la
vista al pueblo. Su casa es esa
dorada
luz, la vida que le queda
contra
el bosque y la noche inmensa.
JULIA PRILUTZKY
Viaje sin partida
No amarse ahora, pero haber amado.
Y encontrarse otra vez, recuerdo grave
como el de alguna flor de aroma suave
que se mustia en un libro ya olvidado,
Va surgiendo el recuerdo desvelado:
una palabra, un gesto... Es una clave
que nadie descifró, que nadie sabe;
recinto nuestro, cántico inviolado.
Estamos en silencio, frente a frente.
Y sin verte, yo sé que me has mirado
con no sé qué recuerdo transparente
en los ojos lejanos... No has cambiado.
Y es dulce estarse así, indolentemente,
pero no amarse ya. Haberse amado.
No amarse ahora, pero haber amado.
Y encontrarse otra vez, recuerdo grave
como el de alguna flor de aroma suave
que se mustia en un libro ya olvidado,
Va surgiendo el recuerdo desvelado:
una palabra, un gesto... Es una clave
que nadie descifró, que nadie sabe;
recinto nuestro, cántico inviolado.
Estamos en silencio, frente a frente.
Y sin verte, yo sé que me has mirado
con no sé qué recuerdo transparente
en los ojos lejanos... No has cambiado.
Y es dulce estarse así, indolentemente,
pero no amarse ya. Haberse amado.
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