miércoles, 16 de diciembre de 2015


LUIS ALBERTO DE CUENCA




3. La vela



Una vela es el deseo.
Está encendida. Ilumina
la habitación. En los muros
hay desgarraduras viejas.
La vela baila. Se cierne
sobre el espacio. Divide
la sombra en dos. El deseo
tiene pulmones de cera.
Y es el ahogo. Las cosas
bajo llave. Las palabras
no dichas. Burbujas. Brillos.
Alas rotas. Labios muertos.
O tu pecho: todo es cera.
Siempre en luz. Sobre el silencio
extiende su brasa el ojo.
Las paredes tienen grietas,
salpicaduras recientes.
Y ellos se alejan. Ignoran.
No saben qué hacer. No saben
dónde esconderse. Son otros.
Sombras de la misma vela.


De "Necrofilia"



CONCHA GARCÍA



  
Extraña tristeza



Silenciosa, más que el polvo de la botica,
enmadejando hacia atrás con insolencia
varias disipaciones, busca el hito de su putaísmo
maltrecho y no goza con el pensamiento
sino que al quedarse puntuando las gracias
que le dieron, se le ocurre mirar la gamuza,
y la mira, y la vuelve a mirar.

1988


De "Ya nada es rito 1988"



ENZIA VERDUCHI




Radio de onda corta



A oscuras mi padre sintonizaba la radio:
una pelea de box en japonés,
la crónica de un atentado en italiano
o la caída de un avión en ruso.
Aunque los periódicos al día siguiente
desmintieran sus versiones, él se entendía
con la frecuencia y la estática.
Fiel receptor de hechos incomprendidos
a lo largo del cuadrante, insomne
en las ondas de alguna estación.
Mientras, junto a él, mi madre
soñaba encontrar un interlocutor.



CHARLES BUKOWSKI



  
Los mejores de la raza



No hay nada que
discutir
no hay nada que
recordar
no hay nada que
olvidar
es triste
y
no es
triste
parece que la
cosa más
sensata
que una persona puede
hacer
es
estar sentada
con una copa en la
mano


Versión de Rafael Díaz Borbón



ESPERANZA ORTEGA




Primeras luces



Pero hubo un resplandor
y ella alzó los ojos por encima
de la siesta humeante

de improviso
atravesando el tedio
afirmó su certera
verdad
esa súbita espada

!qué triste era volver
mansamente a la suela
del zapato!

imitar el esmero
con que algunos asearon sus cadenas
no preguntar quién golpeaba los cristales

los otros
los dormidos
ajenos a la aguja que enhebraba el temor
en el enjambre desdichado


De "Lo que va a ser de ti"



IDA VITALE




Patrimonio



Sólo tendremos lo que hayamos dado.
¿Y qué con lo ofrecido y no aceptado,
qué con aquello que el desdén reduce
a vana voz, sin más,
ardiente ántrax que crece,
desatendido, adentro?

La villanía del tiempo,
el hábito sinuoso
del tolerar paciente,
difiere frágiles derechos,
ofrece minas, socavones, grutas:
oscuridad apenas para apartar
          vagos errores-

El clamor, letra a letra,
del discurso agorero
no disipa ninguna duda;
hace mucho que sabes:
          ninguna duda te protege.


De "Reducción del infinito"