"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 29 de enero de 2020
MASAOKA SHIKI
La
gran mañana:
vientos de antaño
soplan a través de los pinos.
vientos de antaño
soplan a través de los pinos.
De: “A campo traviesa”
RAFAEL COURTOISIE
Los que no están
Para las almas los cuerpos valen oro. Pero es un oro carnal,
de ruido tibio, un oro en trazos y fibras, oscuro, más oscuro que la muerte
que lleva y devuelve las almas a su origen, la muerte como un mar que las devora.
Los cuerpos flotan.
Sin la muerte, un cuerpo es más grave que su sombra. La muerte los levanta,
los madura, hace de los cuerpos un sueño irrepetible en el que el deseo encuentra
materias claras para hacer la casa.
La casa se levanta y se derrumba, pero los trozos esparcidos son duras gotas
del agua del deseo, humedecen la vida que les falta.
Para las almas los cuerpos valen oro. Pero es un oro carnal,
de ruido tibio, un oro en trazos y fibras, oscuro, más oscuro que la muerte
que lleva y devuelve las almas a su origen, la muerte como un mar que las devora.
Los cuerpos flotan.
Sin la muerte, un cuerpo es más grave que su sombra. La muerte los levanta,
los madura, hace de los cuerpos un sueño irrepetible en el que el deseo encuentra
materias claras para hacer la casa.
La casa se levanta y se derrumba, pero los trozos esparcidos son duras gotas
del agua del deseo, humedecen la vida que les falta.
De: "Umbría"
FRIEDRICH SCHILLER
Dime
amiga, la causa de este ardiente,
puro, inmortal anhelo que hay en mí:
suspenderme a tu labio eternamente,
y abismarme en tu ser, y el grato ambiente
de tu alma inmaculada recibir.
puro, inmortal anhelo que hay en mí:
suspenderme a tu labio eternamente,
y abismarme en tu ser, y el grato ambiente
de tu alma inmaculada recibir.
En
tiempo que pasó, tiempo distinto,
¿no era de un solo ser nuestro existir?
¿acaso el foco de un planeta extinto
dio nido a nuestro amor en su recinto
en días que vimos para siempre huir?
¿no era de un solo ser nuestro existir?
¿acaso el foco de un planeta extinto
dio nido a nuestro amor en su recinto
en días que vimos para siempre huir?
...Tú
también como yo? Sí, tú has sentido
en el pecho el dulcísimo latido
con que anuncia su fuego la pasión:
amémonos los dos, y pronto el vuelo
alzaremos felices a ese cielo
en que otra vez seremos como Dios.
en el pecho el dulcísimo latido
con que anuncia su fuego la pasión:
amémonos los dos, y pronto el vuelo
alzaremos felices a ese cielo
en que otra vez seremos como Dios.
Versión de Antonio José
Restrepo
JUAN CARLOS SUÑEN
21
¿Y qué ciudad es esta
que para otro se apremia bajo el gastado palio
de sus reclamos, bajo
sus pretenciosos pájaros sin resplandor?
Avergonzada en su ácida demanda,
¿cómo puede guardarse
tanta nostalgia para sí, la sola
vigilia toda para sí de un hombre,
entre la sucesión y la revuelta? ¿Y cuánto
haber salvado puede quien pagaba
copa los viernes en la sobremesa
de la mediocridad?
De: "La prisa"
ALFRED TENNYSON
La hija del molinero
Esa es la chica del molino
y tan linda, tan linda se hizo,
que quisiera yo ser el pendiente
que en la oreja le tiembla:
pues, oculto en sus bucles noche y día,
rozaría su cuello tibio y blanco.
Ser el cinto quisiera
de su talle tan fino, tan fino:
su corazón daría contra mí sus latidos,
dolorido o alegre;
si late como debe yo sabría,
abrazando su talle, muy apretado siempre.
Ser un collar quisiera
y así mecerme todo el día
en su seno aromado,
a una con su risa y sus suspiros :
y tan leve, tan leve allí estuviera,
que por la noche apenas me desabrocharía.
Versión de Màrie Manent
GERARD MANLEY HOPKINS
La guirnalda de Tom:
sobre los Desempleados
Tom
— de romo acero arisco enguirnaldado
Tom;
luego de Tom botalodosamigo apila el pico
A
su lado y arranca piedrachispa rumbo a casa —
el fuerte Dick;
Tom
Corazón-en-paz, Tom Jornalero: sólo quiere su comida
Segura,
su lecho ya. Humilde que sea: con entusiasmo
su humilde suerte (sentir
Que
hambre no pasará, Tom; Tom rara vez enfermo,
Más
raramente afligido; que cruza, inmune al pinchazo,
densos
Millares
de espinas, pensares) blande empero. De la cosa
pública
Poco
me vale, ¡ja! el desnivel, si todos tuvieran pan:
¡Qué!
La nación es honra suficiente en todos nosotros —
testa señorial,
Ornada
por lo alto con las luces del cielo, o bien, suelomadre
Que
troza, poderoso pie. Mas en forma alguna asistidos,
Ni
mente ni fuerza motora; de, pro enguirnaldarse,
Peligroso,
oh no; tampoco afán confiado y fuerte
calzado;
Expatriados más allá del límite
De
la gloria terrena, la paz terrena, todos; ninguno en parte
alguna
Del
ancho bien del Mundo; oro raro, fiero acero, desnudos
De ambos; penan, pero comparten
penas —
Esto,
por Desespero, engendra al torvo Perro Vil; por
la Rabia,
Lobos
del hombre, peores; y sus jaurías infestan la era.
Dropmore, septiembre 1887
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