"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 10 de mayo de 2025
FILIPPO TOMMASO MARINETTI
Mar
¡Oh
grande, rebelde y feroz mar¡
Mar vengador,
mar como huele incoloro… ¡Anda¡ ¡salta¡
saltar con salto elástico
hasta las nubes, hasta el cenit.
¡… Y
luego botar y rebotar, sin cansarte
como una enorme bola¡
¡ Inundar orillas, puertos, muelles, agachados
como búfalos bajos sus retorcidos cuernos de humo¡
… Aplasta, oh mar, las ciudades con sus corredores de catacumbas
y aplasta eternamente a los viles,
los idiotas y los abstemios, y siega, siega
de un solo golpe las espaldas inclinadas de tu cosecha.
Machucar
los pozos de los millonarios,
tocándolos como tambores,
y lanzar, lanzar, mar vengador,
nuestro cráneos explosivos entre las piernas de los reyes.
Y
decid, Vagabundos y bandidos
si no es este el boliche que esperabais.
PÄR LAGERKVIST
El
atardecer
Es
el atardecer cuando uno se aleja,
a la caída del sol.
Es
entonces cuando se abandona todo.
El
pensamiento recoge su tolda de tela de araña
y el corazón olvida el porqué de su angustia.
El caminante del desierto abandona su campamento,
que pronto desaparecerá bajo la arena,
y continúa su viaje en la quietud de la noche,
guiado por enigmáticas estrellas.
Traducción
de Axel Von Greiff
SAMUEL T. COLERIDGE
Helada
a medianoche
La
helada cumple su secreto oficio
sin ayuda del viento. Un búho deja
su chillido en la noche -escucha- inmensa.
Todos descansan ya y me entrego a esa
soledad que propicia el desvarío.
Tan sólo queda junto a mí, en su cuna,
el reposado sueño de mi hijo.
¡Es tan tranquilo! Tanto que perturba
el pensamiento con su extremo y raro
silencio. ¡Mar, colina y arboleda,
junto a este pueblo! ¡Mar, colina y bosque
con los hechos diarios de la vida,
inaudibles cual sueños! La azul llama
se aquieta en el hogar y ya no tiembla;
sólo esa cinta interrumpe la calma,
agitándose aún sobre la verja.
Su meneo en la calma de esta escena
le da una semejanza con mi vida,
la toma una amistosa forma cuyo
endeble flamear hace un juguete
del pensamiento y es interpretada
a su modo por el alma, que busca
en cada cosa espejo de sí misma(…)
Traducción
de Gabriel Insuasti
ZBIGNIEW HERBERT
La
orilla
Espera
en la orilla de un largo y lento río
en la otra orilla está Caronte el cielo brilla túrbido
(no es por lo demás ningún cielo) Caronte
ya está aquí se limitó a lanzar la cuerda hasta una rama
ella (el alma) saca el óbolo
que rápidamente se agriaba bajo su lengua
se sienta detrás en la barca vacía
todo esto sin una palabra
si
al menos la luna
o el aullido de un perro
Traducción
de Xaverio Ballester
IZET SARAJLIĆ
Granada
desde el Mrkovici
Hace
treinta horas que
las granadas llueven sobre nosotros
desde todas partes.
Una de ellas acaba de sobrevolar
este poema.
Ha sido lanzada desde el Mrkovici
donde antes de la guerra
cogía margaritas
con la mujer que amo.
MANUEL VÁZQUEZ MONTALBÁN
Olvidable
la muerte de todos
Olvidable
la muerte de todos, tú
y la vieja insatisfacción de amanecer,
furias abstractas por barcos hundidos
húmedos cargamentos de humo malva,
rostros torvos, fenicios y verdugos
venden sentido común
en la plaza
de San Lukáes evangelista, los Macabeos
-Noemí ha llorado del todo y Rut
abre sus piernas al doblón de oro-
los Macabeos
decía, los Macabeos eran un algo brutos
y lo hicieron todo por el qué dirán
qué
dirán los náufragos y los ángeles
rueda la noche, arranca chispas
las estrellas
son más humanas desde aquel otoño,
eras aún una muchacha de tierra
que borraba el paisaje, no la tristeza,
no la trata de acacias, no la trata
de leyes de fugas, no la trata de sagradas
escrituras
no el dolor con rostros y apellidos.