miércoles, 3 de febrero de 2021


 

JOSÉ LANDA

 


 

Un río cualquiera

 

 

Sentado en equis tarde
a la orilla del río Champotón
Dudaba al escribir este poema
Decir que se trataba del Mar Negro
o de cualquier otro
De cierto era el río Champotón
(un río que es todos los ríos las aguas
y el desierto)
Arrojé a la corriente un huevo de gallina
El huevo abrió al caer
Yo dudaba acerca de la belleza:
Mostrar el lado perfecto o el imperfecto
de los cuerpos
Dudaba en mostrar la cara o cruz de la moneda
Decidí mostrar los dos lados al mismo tiempo
Comprendí que no hay “el mismo tiempo”
Que la belleza continúa siendo imposible

 

EMILIANO GONZÁLEZ

 


 

1

 

 

Espejo y laberinto: dos emblemas.
Las arduas bibliotecas del insomnio.
Jardines y penumbras. El demonio.
Relojes y monedas y teoremas.

 

 

De: “Miniaturas para definir a Borges”

UMBERTO SENEGAL

 

 


 

 

Madrugada.

Dos capullos se abren

al canto del gorrión.

 

 

JIM MORRISON

 

 

 

Poder

 

 

Puedo hacer que la tierra se pare
en seco. Hice
desaparecer los coches azules.

 

Me puedo hacer invisible o pequeño.
Puedo convertirme en gigante y alcanzar las
cosas más lejanas. Puedo cambiar
el curso de la naturaleza.
Puedo situarme en cualquier lugar
del espacio o el tiempo.
Puedo invocar a los muertos.
Puedo percibir sucesos de otros mundos,
en lo más profundo de mi mente
y en la mente de los demás.

 

Yo puedo.

Yo soy.

 

THOMAS MERTON

 

 

 

En Silencio



Aguarda.
Escucha las piedras del muro.
Permanece en silencio, ellas tratan
de decir tu nombre.

 

Escucha
a las paredes vivientes.

 

¿Quién eres?
¿Quién
eres tú? ¿El silencio
de quién eres?

 

Quién (permanece callado)
eres tú (así como estas piedras
permanecen calladas).
No pienses sobre aquello que eres
menos
de lo que podrías ser algún día.

 

Mejor aún
sé lo que tú eres (¿pero quién?)
sé aquello impensable
que desconoces.

 

O aguarda, mientras
sigas vivo,
y todas las cosas que viven
alrededor tuyo
hablando (yo no escucho)
hacia tu ser más propio,
hablando por lo desconocido
que está en ti y en ellas mismas.

 

“Trataré, como ellas
de ser mi silencio:
y es difícil. El mundo entero está
secretamente en llamas.
Las piedras queman,
aún las piedras queman.
¿Cómo puede un hombre aguardar
o escuchar a las cosas quemándose?
¿Cómo puede atreverse a sentarse con ellas
cuando todo su silencio está en llamas?”

 

MARA ROMERO

 

  

 

Hoy mi piel despertó lisa

 

 


I

 

Hoy mi piel despertó lisa;
reclamando un silencio que debió,
alguna vez, ser mi reposo;
desmoronada, espero,
y un frío ausente
acentúa tus expresiones,
te dibuja con fugacidad sigilosa
y fascinación.

 

En tu espacio un vacío languidece y reta;
mi cuerpo se defiende,
traduce gestos,
mis manos bailan inquietas,
fabrican imágenes,
palpan humedad, muerte ajena,
cuando las sábanas que me cubren
buscan tus brazos,
su fuerza,
sabor que empieza a resecar mi boca,
ritual solitario
pecho inerte, montañas sin cielo,
vientre lumbre,
te repasa imaginario,
lengua rosa textura,
retrato enlutado.

 

 

II

 

Bajan los dedos por mi pierna,
fantasma perdido en tus colinas,
tormenta eléctrica
aplaudida por mis muslos,
ventana abierta
que advierte un cielo gélido
embestida ojo de ombligo,
único presente,
severidad ausencia,
posesión sombría,
sonrisa lastimosa ansia.

 

Un sonido llega lejanía,
confundiendo alma,
distrayendo cuerpo,
caja vacía
convertida en lúgubre espacio
de apariciones,
que desfilan por mi piel
en una procesión sin santo que la guíe.

 

Tu rastro deja un olor parecido a las acacias,
me llena de voces,
seres orgullosos
riéndose de la realidad,
intentando hacer un trato,
alejarme de tu magia,
desbaratar el milagro,
pinceladas tuyas
que salen montón de letras.

 

 

III

 

Rechazo la imposición
el mensaje en los callejones de mi cuerpo
que siguen llenos de ti,
preocupados de una irrealidad
que se vuelve cada vez más complicada,
cuerpo al que no le importa el texto,
y afuera ignora la escena del dolor,
y no entiende las voces que persiguen.

 

Y así, tibiamente, con furia,
vuelvo a sentir el choque que estremece,
tu cuerpo y el mío
volviendose batalla imaginaria…