viernes, 16 de julio de 2021


 

EDMUNDO KAZALL

 


 

Belleza en tu tristeza.

 

 

Ayer que te miré ceñida

a los secretos de tu pensamiento,

sobre ti misma vencida

la luz serena de tus ojos,

no me importó contemplarte

largo rato en silencio,

si hablaban por si solos,

tus dulces labios rojos.

 

Con tanta gracia,

se deshojaban tus pensamientos.

Y al instante

Fueron náufragos en tu rostro.

Y en el navío de tu ira intermitente,

Fueron ahogados

Por tu sentimiento en lo más hondo.

 

Pocas palabras

se mecían en tus labios melancólicos,

sin que yo les forzara a salir.

Y aunque los prefería callados,

Porque eran para mí, así, edénicos.

Decidí saber cuánta tristeza aprisionaban

y cuanta pasión guardaban para mí.

 

Y acompañe luego

tus incontrolables ganas de mirar

las estrellas de otros dueños.

Y al contemplar vacío,

el espacio en que se hallaba la tuya,

te invadió la nostalgia,

que sintió vergüenza luego,

cuando al crepúsculo,

saboreó tu renuncia.

 

De esto, hace apenas algunas horas.

Ves, como te saluda

esta mañana iluminada y bella.

Deja que mis manos

con propiedad te conduzcan,

para contemplar por siempre,

ese imponente sol, que es nuestra estrella.

 

 

 

DANIELA C. KOMATSU

 

  

 

Elige vivir el momento

 

 

Elegí vivir cada momento porque no quiero morir un día sin poder decir que no disfruté de la vida. No quiero llegar a anciana y no poder  decirle a mis nietos que no cumplí las metas que yo misma me propuse. Dios me regala cada nuevo día para levantarme con energía y aprovechar cada hora que dura la mañana, la tarde y la noche. Quiero convertir mi vida en una aventura, con historias para contar y recordar maravillosos momentos que se viven sólo una vez. Quiero vivir un amor de esos que sólo se viven en los libros. Hacer de mis sueños una realidad, compartir con mis amigos y mi familia, atreverme a hacer cosas que en este minuto no puedo lograr... La vida es una sola y es corta, llena de emociones. Toda historia termina por acabar, y cada cual decide como contar el final.

 

 

DEMETRIO KORSI

 

 


 

Nocturno en gris

 

 

Lo gris se vuelve lluvia por la noche,

y esos muertos quisieran un gabán

para arropar sus sueños bajo tierra.

Al otro lado de la calle, un muro

con su verja de hierro, hecha exprofeso

no para que contemplen el mutismo

de tanta cruz anónima sin flores,

sino el parque de mármoles que encierra.

 

 

Las dos de la mañana. Insomnio errante

me empuja a un téte-a-téte con esta esquina

donde como una pústula del vicio

sórdidamente se abre una cantina.

Nueva generación de bebedores,

está en pie. . . Los otros, dónde están?

Todo igual. Solo yo no soy el mismo.

 

 

Una vez me embriagué en esta cantina.

Cantaba una mujer, bella en su tiempo,

que aún era como un bello anacronismo.

Descuartizaba un tipo en la guitarra

un valse como un clásico jigote.

Los dos ansiaban un pequeño lote,

ambos creyendo que la vida es buena.

Trabajaban los dos, sólo por eso.

Se embriagaban, después de la faena,

y ella escupía si él le daba un beso.

 

 

Tanta lucha por un pequeño lote

y tanta tierra que hay para los muertos.

Tanto afán de cantar con la guitarra

y nadie al fin se llevará ni un ruido.

Ya nadie canta. Para qué, si hay discos?

Son baratos: se tocan por un real.

Toque, toquen, que pronto habrá silencio.

Lo gris se vuelve lluvia por la noche.

 

 

El silencio es de un gris casi mental.

Una vez me embriagué en esta cantina,

hace ya un poco más de treinta años.

Todo, igual. Sólo yo no soy el mismo.

Cantaba la mujer y se reía.

Triste, fatal, como una rosa trunca.

La noche no se iba, enamorada

también de la mujer. Entre las copas,

aquella noche no acaba nunca,

lejos, cerca, como una lejanía. . .

 

 

Triste, fatal mujer, ni tan siquiera

queda ningún mal hombre que la nombre.

A veces, la recuerdo, cual sí

fuera un disco roto en medio de un derroche

de juventud. Ni yo me atrevería

a tocarla otra vez, pues me hace falta

el real de juventud de aquella noche.

 

 

Entre el silencio de lo gris, está ella.

En lo más gris de su silencio, es barro;

ese barro común, conque a los muertos

cubren con reiterado despilfarro.

 

 

No tan alto, sombrío, se alza el muro

con su verja de hierro, hecha exprofeso

no para que contemplen el mutismo

de tanta cruz anónima sin flores,

sino el parque de mármoles que encierra.

Todo igual. Solo yo no soy el mismo.

Nueva generación de bebedores,

está de pie... Los otros... Dónde están?

Lo gris se vuelve lluvia por la noche,

y esos muertos quisieran un gabán

para arropar sus sueños bajo tierra.

 

 

JOSÉ KOZER

 

 

 


Mi idioma

 

 

Mi idioma

natural y materno

es el enrevesado,

le sigue el castellano

muy de cerca, luego

un ciempiés (el inglés)

y luego, ya veremos:

mientras, urdo (que no

Urdu) y aspiro a un idioma

tercero para impresionar al

clero, a ver si puedo de una

vez por todas acabar con esta

errancia

 

 

JOHN OROZCO

 

 

 

...

 

 

Dame de tu vida el tiempo que no te sobra,

Para darte un beso sin ser pedido,

Para acariciar tu alma en el frío,

E inquietar tu mente con mi recuerdo cuando sientas mi olvido.

Porqué es el olvido  el antónimo del recuerdo,

Y quizás a veces el amor es tan tonto,

Que buscamos sentir menos los unos por los otros,

Devorándonos internamente por la incertidumbre y el odio.

PERRO SIN AMO.

SILVIO RODRÍGUEZ

 

 


 

Llueve otra vez

 

 

Llueve otra vez detrás de mis frontales.

Entre oreja y oreja nubes bajas,

oscuras como cajas,

se disfrazan de fieros animales.

 

Una mujer he visto cuatro veces

con los ojos comunes de nosotros.

Cuatro mil con los otros:

con los de padecer horas y meses.

 

Llueve otra vez

donde no hay más conmigo

que fieros animales,

que tiernos enemigos.

 

Llueve otra vez

detrás de mis frontales.

Oh, campo sin abrigo.

Oh, calle sin portales.

 

Llueve tan bien, que el fin de la semana

en vez de ser domingo en mi cabeza,

es sólo la tristeza

helándome el cerebro y la mañana.

 

Una mujer que nunca me provoca

me ha condenado a lluvias sin motivo

y desde entonces vivo

ahogado en el deseo de su boca.