"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 1 de agosto de 2025
RAÚL GONZÁLEZ TUÑÓN
Blues
de la Bohardilla.
Estoy solo en mi cuarto y por eso viene la fiebre
verde a devorarme.
¿Cómo te diré mi más bello poema? ¿Qué hará mi
corazón tan solo?
Los tejados deslizan hasta el suelo musgo y cantos
de pájaros.
Otras tantas muertes ruedan en la canaleta del día.
Las lavanderas inclinadas en las bateas
y los chiquillos pecosos que crecerán sin cultura.
Los obreros que vuelven de los talleres sólo
recuerdan ruidos.
El rumor de la ciudad achicado, perdido en el
rumor de las alcantarillas.
El muro del asilo fresco y sonoro y dos árboles y
dos ventanas y dos luces y dos pesos. Solamente dos
pesos.
Y el reloj que no quiere detenerse para aguardarte
y sigue palpitando el tiempo.
Y los libros ya manoseados llenos del drama que
superamos.
Y los retratos, otras tantas muertes colgadas.
Otras tantas ruedan por la canaleta del
día.
Y el penúltimo cigarrillo que arrojamos sin sentir
por el ojo de buey de la soledad.
Y el trepidar del tren asombrando la entraña de
la tierra.
Un grupo de croatas ha invadido la zona de Berchold
en busca de oro.
Los hombres dentro del túnel buscan el oro que
nace sucio y socavan la sociedad cuya base no podrá
ser el dinero sucio.
Los cadáveres marchan con una linterna en la
frente.
Así murió el padre de Catalina.
Un hilo de sangre le salía de la boca al asesino.
Nada se sabe del submarino hundido.
Señores profesores: el materialismo dialéctico es
también poesía.
Piensa que en el fondo de los mares andaba
y apenas salía a flote para ver con su único ojo terrible
los navíos a la distancia.
Piensa que fue afilado y sereno y tuvo gracia de
perfectos tornillos.
75 hombres están agonizando dentro del submarino.
A la hora de cerrar esta edición.
A semejante profundidad no llegarán los buzos, el
cable de oxígeno, el discurso del Almirante, los sollozos de los parientes, los
nombres de las tabernas,
las mujerzuelas de los muelles, el hinchado viento
del puerto, nuestro viejo amigo.
¿Paciencia?
Ayer enterraron al tercer pistolero muerto. (Los
policías dispararon sobre él mientras dormía.)
Es tiempo de ocuparse del hombre.
De Dios nos ocuparemos más tarde.
Y cada uno puede cultivarlo a su hora.
¡Viva Nicolás Lenin!
A los quince años me decidí por la aventura y
soy en potencia el más grande de los aventureros.
Mis camaradas no lo saben y a mí me importa un
comino que ni siquiera digan como la dueña de mi
casa: -“Si él quisiera…”
Es tremendo pensar en la vida microscópica que
se realiza en las aguas estancadas.
En el Instituto Osvaldo Cruz, de Río de Janeiro,
pude comprobarlo.
La intimidad de mi esperanza no conoce el reposo.
Mi sueño no tiene límite y está siempre despierto.
Escucha ahora el silencio, la noche de mármol, la
línea oscura del horizonte, la estatua de la plazoleta,
el canto del borracho conocido.
Amiga, pequeña amiga, qué horrible es estar triste
y los poetas creen lo contrario.
El sulfato de cobre se disuelve en un litro de agua.
La lluvia ha venido con todos sus tambores.
Un ejército de burbujas se ha instalado en el techo.
Me martiriza la soledad, me ahoga, me devora
una fiebre verde, como si estuviera en el corazón
misterioso de África.
JORGE SANTIAGO PEREDNIK
El
traductor al japonés pregunta
el
traductor al japonés pregunta
¿japonés es la persona o el idioma?
¿por un juego de palabras no hay personas
sino idiomas que engendran lenguas?
¿torcidas por un efecto babélico?
¿que hace hablar a las personas?
¿en la lengua de O, en la lengua A?
¿O es otro, A es ajena?
¿O es varón, A es mujer?
¿por un juego de personas
no hay lenguas sino sexos
órganos de mi y ti que encajan
y se confunden?
¿engendran
juegos lingüísticos?
¿para multiplicarse?
¿distraerse?
el
traductor al japonés pregunta
¿lo que mira designa al ojo
al portador del ojo
a aquello mirado por el ojo?
¿el ojo y lo mirado son designados juntos
en una misma palabra-frase?
¿forman con el que mira un único y solo complejo?
¿el complejo de mirar y el mirar complejo
son complementarios,
consecutivos, antagónicos, independientes?
¿un mirar que mira para lo, lo mira para que?
¿por lo, por que?
el
traductor al japonés pregunta
esto que estoy haciendo, preguntar
¿significa pedir, exigir, demandar?
¿dar, proveer, aportar?
al hacerlo ¿requiero o sugiero una respuesta
impongo?
¿el pre de la pregunta es un prefijo?
¿determina precedencia, prelación, privilegio?
¿preguntar a implica subjetividad, preguntar de objetividad
preguntar por causa, destino, dirección?
¿la letra g en donde está advierte que el obstáculo
de toda pregunta se omite como la g
al pasar por la garganta o el garguero?
el
traductor al japonés pregunta
¿hablar sobre el mar es pararse sobre las olas?
¿discurrir respecto de un tema?
¿figurar lo inestable del decir?
la particularidad en una lengua ¿debe pasar a la otra
—como en hablar parado en el Atlántico sur—
reprimirse conforme a las condiciones de la otra
—como en hablar sobre el mar que nos separa de China—
inventarse conforme a las condiciones de la otra
—como en discurrir a orillas del volcán—
modificarse o adaptarse
—como en balbucear con la cabeza en la boca del tigre—
despreciarse como problema?
el
traductor al japonés pregunta
sobre una lengua que alguna vez consideré propia
y cuanto más pregunta la vuelve
más o, más a
¿O es otro, A es ajena?
LUCÍA CARRANZA
El
escondite
Yo
era real y ficticia, me quedo con las dos.
Jugaba a las muñecas: les ordenaba su casa, su ropa, su día a día, y ellas me
lo agradecían. Me decían palabras al oído o soltaban una risita encantadora. Yo
sigo jugando, pero mis muñecas se guardaron.
Jugaba y giraba y me escondía cuando quería. Esos días volverán algún día.
"Has dejado el agua hirviendo por pensar en las musarañas
Has estado escuchando a La buena vida para salvar esos momentos
Has vuelto a reunir los juguetes en bolsas de plástico, rotas, de tiendas de
ropa"
-me digo
Me dices sí y yo respondo no porque quiero ser yo.
Papá no se va de viaje, él se queda conmigo, trae el periódico y arregla la
computadora.
Escucho esa salsa y lo recuerdo más, o el rock antiguo que él solía escuchar.
Mañana lo haré reir, acabo de decir.
MELISSA PATIÑO
7.
ENRIQUE WINTER
Los
encallados
I
El
único galeón está varado.
No
dará abasto su verduzco mástil
sin
la bravura ni las cuerdas.
En
la playa las saltan niñas de piernas largas
y
calzas. – Man-za-ni-ta del Pe-rú,
los
octosílabos seducen
a
las puestas de sol en sus pancitas.
Nos
forjó la palabra. Su ritmo lo cantamos
borrachos
entre flacas de muy breves vestidos,
obviando
el zarpe. Sólo somos un continente,
como
contiene al viento
cada
bolsa que cubre la falta de ventana.
Puede
ella volar hasta yacer en el carbono.
Así
hemos de volver a la palabra
que
llevamos adentro,
arrepentidos
de incendiar las naves,
uno
a uno en barcazas
para
cruzar a remo nuestra desolación.
Aterrados
cedimos
los
maderos por vino.
Dejamos
nuestros cuerpos para sacos
donde
ocultarnos en el puerto
y
vendimos las velas.
Pero
lo interno no resiste atracos,
sino
del aire. De este muerto
que
aloja en nuestras telas.
Tan
sólo el mar extiende travesías,
lo
demás es turismo:
las
ventanas del bus se empañan
y
son más bien espejos
en
que sus pasajeros se hermetizan.
II
La
palabra hacia la isla Soledad
en
la vaina, nosotros, buscando al fin objetos
para
innombrar. Pero éste es un viaje sin destino,
la
tregua entre los golpes del colegio y la casa.
Agitamos
las palmas como un fajo
de
billetes a crédito.
Nunca
hemos navegado mar adentro
y
tampoco lo haremos esta vez.
Ensordecidos
por el ruido
de levantar vestidos finos,
no
oímos canto alguno,
salvo
los que sirvieran para abrir nuevas blusas,
enaguas
y breteles.
Quedamos
las vasijas cuales anclas
tiradas
sobre la vereda
de
un continente de salvajes.
Mudos
y separados de la falta del aire,
que
desmaya rendido y lejos,
prolongando
la estela que conduce a Extinguirse.
PABLO ROMAY
Nuestra
primera noche
La
noche se levanta y crecen las estrellas como crece mi deseo en tu piel.
Los
poros se despiertan, los ojos nacen y vivimos aquello que hemos imaginado
tantas
veces en noches separados,
mil
caricias que surgen de tu ombligo del mundo.
Me
enciendes, me iluminas.
Primer
beso, no el primero,
último,
no el último,
último
pensamiento, primer sentimiento.
Abrazo
de nuestros cuerpos que no saben a dónde van volando por el universo.
Tus
suspiros me susurran como los vientos del mundo.
Nada
existe.
La
Luna rueda alta hasta desaparecer en el horizonte.
Nada
queda.
Nuestra
primera noche.
