"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 6 de mayo de 2021
AIXA RAVA
Edda
De
una casa a la otra despereza las plantas
junta los huevos tibios, la ropa tendida
y en un pasillo se demora entre los brazos
de algún hijo que retorna.
Hay palabras que recorre todos los días
con la misma devoción
nombres amados, nombres
que ya no contestan
y otras que deja a la vera de una charla
cómo se llama —mientras colgamos
de su silencio —cómo se llama…
Hace años que intercambiamos regalos
un perfume, un chal, un par de aros,
un sombrero que me da un aire
a la Hepburn desayunando.
Yo no soy su nieta pero poco importa
al amor esa cuestión del árbol
la escucho buscar otra vez entre la lengua
cómo se llama… cómo se llama…
 
al idioma del abrazo se le fugan las palabras.
De:
“En el patio crece una planta rosario”
DANIEL MONTOYA
La
herencia del cosmos
Hay una hora en que la canción de los grillos
hace brillar las estrellas
una
hora en que la gallina se yergue
como su antepasado dinosaurio
el
fresno percibe las plumas húmedas
del vencejo y lo deja posar en su rama seca
hay
una hora en que las estrellas
escriben sus memorias en la arena
una
hora en que el fruto que cae
se convierte en una casa
y
las hormigas llevan sus huevos
a la orilla del río
hay
una hora en que la araña desteje
la trampa y fabrica un lecho
los
pájaros sienten los lentos ríos de fuego
que corren debajo de la tierra
y el
cielo entra en el cascarón
que dejó la chicharra
hay
una hora en que las especies
se anudan al hilo de la vida
una
hora en que comprendo
la herencia del cosmos
una
hora en que no estorbo
FERMÍN VILELA
Ezra
La fe del niño que lo sostiene al acordarse
de sus noches entre amigos como sucesos
históricos, únicos en su vorágine.
Tiene derecho a toda esa fe. El alma tiene
derecho. Vive con los pies en el barro
y dos semillas en cada palma. Sonríe
ante la aparición de estos rostros
en la multitud, rostros como gotas
cayendo hacia los costados
de una planta enferma.
ALEXIS ROMERO
Mi
labor
si
al leer esto sientes que ya lo han dicho
habrás acertado otra vez
tal como la piedra cuando vienen los declives
y caen los reinos de las palabras que nos traicionaron
deja
el paisaje como está
vive mejor las líneas negras de las paredes blancas
por donde se filtra el cielo
soy
un lugar repetido por las gargantas clásicas y las efímeras
y por la noble furia del salto de un sentimiento
lo
que hago es recrear el vacío
finjo la inminencia
no
sé de quién es mi labor
continua y deformante de arcoíris
MELISSA OLIVARES
5.
Satriani
Oye,
gatito, te voy a contar la vida del humano
hay
postes desbarrancándose las últimas líneas con que jugábamos
edificios
construidos para adentro
para
que se diga que la unión existe
que
la guarida de ellos es mejor que la que tú construyes en los huecos de mi cama
pero
son solo cajas de arena haciendo montes de excremento
pero
son solo montes de excremento haciendo cajas a la vida,
creando
pliegues mal hechos, rasgando lo no instintivo de nosotros
El
pensamiento es lo que rasga, gatito
Decimos
que la vida es corta y mentimos
tenemos
que hacerlo,
porque
tú duras quince años
y
nosotros más
porque
tenemos que ir contra el tiempo para decir que nos iremos pronto
después
de ti
desde
este lado de estar parados esperando lo que no va a llegar
como
cuando un vidrio o mis brazos te impiden atajar una abeja
porque
cuidamos más de la cuenta
porque
el pensamiento es inseguro porque nuestras dudas son bigotes tuyos
pero
sin desarrollo y un salto puede ser una caída que no aprendemos
así
entrenemos como tú e intentemos inmovilizar cuellos
Sacamos
siempre las uñas porque el dolor para nosotros es magnético
no
es que se quema una casa y alguien corre a tus hombros para ser salvado
a
veces, solo nos sentamos a esperar el fuego y luego decir que las cenizas
nos
darán una nueva moral y que estar rotos es el paso a estar pegados
Pero
no es así, gatito, somos un error sin ensayo, con árboles para subir
pero
optamos porque ellos bajen a nosotros y nos sentemos en una talladura
como
el rey felino, pero sin sistema auditivo
Hemos
dejado de oír
no
tenemos un sinfín de llantos como tú de maullidos
tenemos
solo uno,
tan
estándar, tan constante que ya no suena a nada y no nos mueve a nada
no
tenemos patitas para no hacer ruido
inventamos
suelas para no mostrarnos
para
decir que hemos también intentado cazar aunque nunca hayamos corrido como tú
Y
cuando perdemos personas recogemos nuestras marcas, tomamos nuestros pasos
mientras tú dejas almohaditas en cada espacio que te pudo dar el amor
Nosotros
creamos mitos y representaciones, tu especie se vuelve uno
quizá
cuando te camuflas avizoras la guerra que no vemos
los
sismos que nos dejaron pensando si quedaríamos solos
sintiéndonos
la grieta de la pista donde cayeron nuestras ultimas compañías
y un
poco de la casa a la que no podríamos ya volver
y
otra vez, no tenemos almohaditas en los pies para entrar en otra
enrojecer
nuestra nariz, dilatar la pupila y mirar como si el rio se hubiera secado a
nuestro lado
y
suplicáramos agua y pidiéramos un bote para ahogarnos
así
alguien nos salvaría o seríamos otra especie con un pasado extinto
Pero
no, gatito, creamos ventanas no para mirar sino para mirarnos
para
creer que ya no reptamos, para no saber
que
nos estás cuidando la espalda cuando creemos que saltas para jugar
que
vigilas muertos para no acabarnos un día
y
decir que se pensó
que
la vida del humano,
alguna
vez, fue mejor que la tuya
ALFREDO HERRERA FLORES
Todas
las formas del río
El
río entero,
desnudo,
eterno, envuelto en música y llanto,
sobre la memoria acumulada y la pálida
espalda del tiempo, luce un brillo
ancestral y su perfil tesonero
antes de desvanecerse en un flujo
desolado y feliz a la vez.
Anochece y se confunden
principio y final,
humildes
las aguas transcurren hacia el drama de la calma,
tristeza y anochecer se encuentran
para andar camino nuevo,
inventado en el fragor de los recuerdos.
Nadie hay que resuelva el enigma
de todas las formas del río,
salvo el tiempo, que lo recorre.
De:
“Causas naturales”