jueves, 6 de mayo de 2021

MELISSA OLIVARES

  

 

 

5. Satriani

 



Oye, gatito, te voy a contar la vida del humano

hay postes desbarrancándose las últimas líneas con que jugábamos

edificios construidos para adentro

para que se diga que la unión existe

que la guarida de ellos es mejor que la que tú construyes en los huecos de mi cama

pero son solo cajas de arena haciendo montes de excremento

pero son solo montes de excremento haciendo cajas a la vida,

creando pliegues mal hechos, rasgando lo no instintivo de nosotros

El pensamiento es lo que rasga, gatito

 

Decimos que la vida es corta y mentimos

tenemos que hacerlo,

porque tú duras quince años

y nosotros más

porque tenemos que ir contra el tiempo para decir que nos iremos pronto

después de ti

desde este lado de estar parados esperando lo que no va a llegar

como cuando un vidrio o mis brazos te impiden atajar una abeja

porque cuidamos más de la cuenta

porque el pensamiento es inseguro porque nuestras dudas son bigotes tuyos

pero sin desarrollo y un salto puede ser una caída que no aprendemos

así entrenemos como tú e intentemos inmovilizar cuellos

 

Sacamos siempre las uñas porque el dolor para nosotros es magnético

no es que se quema una casa y alguien corre a tus hombros para ser salvado

a veces, solo nos sentamos a esperar el fuego y luego decir que las cenizas

nos darán una nueva moral y que estar rotos es el paso a estar pegados

Pero no es así, gatito, somos un error sin ensayo, con árboles para subir

pero optamos porque ellos bajen a nosotros y nos sentemos en una talladura

como el rey felino, pero sin sistema auditivo

Hemos dejado de oír

no tenemos un sinfín de llantos como tú de maullidos

tenemos solo uno,

tan estándar, tan constante que ya no suena a nada y no nos mueve a nada

no tenemos patitas para no hacer ruido

inventamos suelas para no mostrarnos

para decir que hemos también intentado cazar aunque nunca hayamos corrido como tú

Y cuando perdemos personas recogemos nuestras marcas, tomamos nuestros pasos mientras tú dejas almohaditas en cada espacio que te pudo dar el amor

 

Nosotros creamos mitos y representaciones, tu especie se vuelve uno

quizá cuando te camuflas avizoras la guerra que no vemos

los sismos que nos dejaron pensando si quedaríamos solos

sintiéndonos la grieta de la pista donde cayeron nuestras ultimas compañías

y un poco de la casa a la que no podríamos ya volver

y otra vez, no tenemos almohaditas en los pies para entrar en otra

enrojecer nuestra nariz, dilatar la pupila y mirar como si el rio se hubiera secado a nuestro lado

y suplicáramos agua y pidiéramos un bote para ahogarnos

así alguien nos salvaría o seríamos otra especie con un pasado extinto

Pero no, gatito, creamos ventanas no para mirar sino para mirarnos

para creer que ya no reptamos, para no saber

que nos estás cuidando la espalda cuando creemos que saltas para jugar

que vigilas muertos para no acabarnos un día

y decir que se pensó

que la vida del humano,

alguna vez, fue mejor que la tuya

 

 

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