Edda
De
una casa a la otra despereza las plantas
junta los huevos tibios, la ropa tendida
y en un pasillo se demora entre los brazos
de algún hijo que retorna.
Hay palabras que recorre todos los días
con la misma devoción
nombres amados, nombres
que ya no contestan
y otras que deja a la vera de una charla
cómo se llama —mientras colgamos
de su silencio —cómo se llama…
Hace años que intercambiamos regalos
un perfume, un chal, un par de aros,
un sombrero que me da un aire
a la Hepburn desayunando.
Yo no soy su nieta pero poco importa
al amor esa cuestión del árbol
la escucho buscar otra vez entre la lengua
cómo se llama… cómo se llama…
 
al idioma del abrazo se le fugan las palabras.
De:
“En el patio crece una planta rosario”
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