sábado, 23 de marzo de 2013

ALEJANDRO CERDA





Flauta de bambú



Con el sonido de la flauta  
me despierto de mi  sueño,
en este mundo de sueños que es el nuestro.

Y mirando el reflejo de la  niebla
en las aguas veo,
más allá de mi forma,
mi verdadera forma. 

JOSÉ MARTÍ





IV.–


Yo visitaré anhelante
Los rincones donde a solas
Estuvimos yo y mi amante
Retozando con las olas.  

Solos los dos estuvimos,
Solos, con la compañía
De dos pájaros que vimos
Meterse en la gruta umbría.  

Y ella, clavando los ojos,
En la pareja ligera,
Deshizo los lirios rojos
Que le dio la jardinera.  

La madreselva olorosa
Cogió con sus manos ella,
Y una madama graciosa,
Y un jazmín como una estrella.   

Yo quise, diestro y galán,
Abrirle su quitasol;
Y ella me dijo: "¡Qué afán!
¡Si hoy me gusta ver el sol!"  

"Nunca más altos he visto
Estos nobles robledales:
Aquí debe estar el Cristo,
Porque están las catedrales."  

"Ya sé dónde ha de venir
Mi niña a la comunión;
De blanco la he de vestir
Con un gran sombrero alón."  

Después, del calor al peso,
Entramos por el camino,
Y nos dábamos un beso
En cuanto sonaba un trino.   

¡Volveré, cual quien no existe,
Al lago mudo y helado:
Clavaré la quilla triste:
Posaré el remo callado!

De “Versos Sencillos”

ESPERANZA ORTEGA





Voces...



Voces
que no dicen su nombre

el mar
absorto
casi moja tus pies

nadie recoge la queja de los pájaros
que mueren en la arena

-ahora no eres tú-

voces
de niños que no encuentran

una mano perdida

les oyes crepitar

¡no abras los ojos!


De "Mudanza"



KAREN DEVIA





Las palabras



He olvidado algunas palabras
hemos tenido la lengua anestesiada

Morir a fuerza de imprevisto
morir de olvido de lagunas
morir incrustada en un lamento
morir espesa de una lágrima

Mejor no hacer dibujos en las ventanas humedecidas
todo es un espejismo

Cazar el viento en una olla de cobre
peinar las distancias
hacer una ronda a la hora oscura
la ennegrecida

Y por las noches
tejer un lamento despacito
para que nadie vaya a sospechar
ser sólo una palabra
no sacar las páginas del armario
mejor acumular las ideas lejos de la gente

EDUARDO CASAR






Referencia

para Andrea


Te hablo desde la noche. Desde
la lluvia que sé que te hace crecer
porque mañana serás más profunda.

Y aludo a las piedras. A las blancas
de Vallejo y a las secas
de León Felipe que perforarán –decía él–
el firmamento, y a la que Drummond tenía
en el medio del camino. Piedras
que son referencias frente a otras piedras.

Hija: te regalaré una honda.



ANA GUILLOT





La grandísima perra…

a Abelardo Castillo y Juan José Saer


-la grandísima perra-digo
la grandísima historia, ¿cuál?
¿cuál es la voz que dice esa historia?
un hombre en el balcón, transpirado y sediento
del último solcito
el otro en parís, con aguacero
(canta vallejo en las griegas tiendas)
-y helena no es helena-dice el joven
-la historia es otra cosa-
el hilo del teléfono es la línea frugal de los dos hombres
uno en la terraza
sudando el último solcito
otro en parís mirando la niebla tras un vidrio
la niebla como una forma de baile
en la cabeza
en la lengua del otro
-el baile es de castillo-digo
pero el otro, el de la voz en línea,
se esparce en la secuencia
en la voz que dice esa historia
¿qué cuerpo tiene aquello que se cuenta?
¿o son los espacios vacíos los que dicen?
el cielo en la terraza es un paréntesis azul
ni una nube
la niebla en parís es tenaz
¿qué miran los que miran?
¿qué miraba helena desde la alta torre?
¿por quién lloró?
¿cuál de los dos fue el hombre que poseyó a la bella?
¿tan bella?
la historia como un baile
la lengua en reverencia de palabras
-nada-dijo
-nadie
te llamo otro día- y cortó