Ser
y saber
Veía
el viento soplando
y la noche descendiendo.
Oía el grillo saltando
en la hierba estremecida.
Pisé
el agua
más bella que la tierra.
Veía la flor abrirse
como se abre la ostra.
El
día y la noche se unieron
para ungirme.
La unión de luz y sombra
abrazó mis sueños.
Veía
la hormiga esconderse
en la ranura de la piedra.
Así se esconden los hombres
entre las palabras.
La
belleza del mundo me sustenta.
Es el hermoso pan matinal
que la mano más humilde coloca
en la mesa que divide.
Jamás
seré un extranjero.
No temo ningún exilio.
Cada palabra mia
es una patria secreta.
Soy
todo lo que es partición
el trueno la claridad
los labios del mundo
todas las estrellas que desaparecen.
Sólo
conozco el origen:
el agua negra que lame la tierra
y los cangrejos que me acechan
entre las raíces del mangle.
Sólo
sé lo que no aprendí:
el viento que sopla
la lluvia que cae
y el amor.