miércoles, 2 de junio de 2021

 



RICHARD CRASHAW

 


 

Un Cantar.

 


 

Señor, en el sentido de tu dulce gracia
Envía a mi alma a buscar tu rostro.
Tus benditos ojos reproducen tal deseo,
Muero en el delicioso fuego del amor.
O el amor, yo soy tu sacrificio.
Permaneced inmóviles triunfantes, ojos benditos.
Aún brillan en mí, ¡soles hermosos! que yo
Aún puedo contemplar, aunque todavía moribundo.

 

Aunque todavía Moribundo, vivo de nuevo;
Aun anhelando por lo que aún estoy muerto,
Así gratificada es la pérdida de la respiración.
Moribundo incluso en el deseo de la muerte.
Aún vive en mí esta lucha amorosa
De vivir la muerte y el morir la vida.
Porque mientras tú dulcemente me das muerte
Muerto por mí mismo, yo vivo en ti.

 

 

EARLE BIRNEY

 


 

El oso en la carretera de Delhi

 

 


Un real alto como un mito 

Por el camino el oso del Himalaya 

Está golpeando el aire brillante 

Con sus brazos torcidos 

Sobre él dos hombres desnudos 

Como el salto de langostas 

Uno tira de un anillo 

En la gran nariz suave Su compañero 

Flicks películas con un palo 

Para arriba en los ojos que ruedan 

 

No lo han llevado hasta aquí 

Abajo de las colinas fabulosas 

A este llano extranjero calvo 

Y el mundo clamoroso para matar 

Sino simplemente enseñarle a bailar 

 

Son pacíficos tanto estos de repuesto 

Hombres de Cachemira y el oso 

Vivo es su vida también 

Si lejos en la manera de Delhi 

Alrededor de él galvánico ellos bailan 

Es simplemente usar ropa 

De su cuerpo peludo el trance 

Deseo quedarme para siempre 

Sólo un oso deambula

Cuatro patas en bayas 

 

No es más feliz para ellos 

En este polvo caliente a cabriolas

Fuera del alcance de las garras orantes 

Afilado a la pata para las hormigas 

En las sombras de los deudos 

No es fácil liberar 

Mito de la realidad 

O la parte trasera de este compañero 

Sacudir con ellos 

En el baile trance de los hombres 

 

EDUARDO MOGA

 

 


 

La tarde se hace
metacrilato y sueño
en el vagón.

VICENTE GALLEGO

 


 

Aurora de la muerte




Fue fumar y esfumarte
de tu mundo y de ti
hacia tu mundo oscuro.
Fue tan sólo un momento
que no tuvo principio y que no acabará.
Fue conforme el arder, ser un humo fragante,
una lumbre tan sólo
con las hojas resecas de la salvia quemada.
Fue de plata y tiniebla la funeral aurora,
fue encontrar un camino
en el fondo más cruel del pozo ciego,
fue fundar residencia
en el mismo reverso de la incrédula carne,
contemplar la semilla del terror
germinada en corola de una flor sin raíces.

Fue morir y vivirlo,
fue partir y quedarse,
fue brillar un segundo
de la muerte en el negro filamento,
apagado de luz misericorde.

 

 

EVA CERECERES

 

 

jamás

 

 

Como tu, jamás nadie me ha mirado, con tanto amor con un toque de devoción, con un rastro de locura, con un poco de pasión.

Como tu, jamás nadie me abrazo, tan fuerte,
tan suave, tan eterno, como si jamás
de tu lado quisieras que partiera,
un abrazo tan bello, incluso tan libre.

Como tu, jamás nadie me había besado
con tanta ternura, con tanta vehemencia
desfrutando de mi existencia.

 

ÁNGELA LEITE

  

 

Y ese sonido

  

 

Y ese sonido que poco a poco

 a se apodera

 de toda la ciudad

 ¿es acaso quimera

 o fiera de verdad?

 Es un convoy de vagones

 que con su chillido corre

y en cada triste grito

el pasado llega.

 Pasa el pasado

y descompasado

 algún corazón

brincotea con el pito.