"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 12 de julio de 2022
ZHIVKA BALTADZHIEVA
¿Ser
o ser?
Esa
es la cuestión.
Un
ser entumecido, hecho cuchillo
para rajarse a sí mismo,
dejar de gritar
amor.
Versión
de Eva Davidova y Francisco Larios
LISEL MUELLER
Lector
para Mary Elsie Robertson, autora de “Family Life”
Un
esposo. Una esposa. Tres hijos. El año pasado no existían; hoy los padres son
mayores, una de las hijas es adulta. Vivo con ellos en su casa de verano que
está cerca del mar. Vivo ahí pero ellos no pueden verme compartir sus caminatas
por la playa, la preparación de la cena en la cocina. Me duele porque sé lo que
ellos no saben, que uno de ellos ha recortado los hilos que entretejían sus
vidas y ahora no hay solución a este lento desenredo. Si soy un fantasma que
pueden atravesar con la mirada, también soy un coro griego, un aplauso dirigido
a la boca por miedo, sabiendo que sus mejores intenciones saldrán mal. “No lo
hagas”, quiero gritar, pero soy ellos no pueden escucharme; las toallas de
playa sobre sus hombros, la cuchara de madera en su mano, ellos siguen jalando
los hilos. Cuando nada queda ellos desaparecen. Cerrando el libro me siento
abandonada. He perdido a mis queridos amigos. Quiero escribirlos, desearles
suerte en todo, asegurarle a cada uno de ellos mi cariño. Si tan sólo me
hubieran dejado despedirme.
Versión
por Andrea Muriel
SABRINA USACH
Hiedra
un
gajo desprendido de la planta madre bastó
para saber que desde mi ventana colgaría
una pequeña selva con el golpe de frescura necesario
para mi cabeza en los últimos días del verano
de dos mil diecinueve olí el follaje un mediodía
y desperté en mi cuerpo fui trepando
por sitios desconocidos coros de vocecitas
acompañaban el vértigo de enredarme nervadura
a nervadura fue cierto lo que dijeron las magas
patología diagnóstico extirpar son palabras
que deberías deglutir hacia el fin de la estación
no voy a contar lo duro que fue ver partir río abajo
a las serpientes luminosas -ellas me protegieron
del intruso hasta asfixiarlo con otras palabras
como tejido anticuerpos obstrucción- en su lugar
eché raíces tiernas como esas hilachas rojizas
que nos raspan los pies al andar por zanjones agrestes
y sirven de nido a microanimales que quieren desovar
ya no puedo salir de mí habito el sistema natural
que me une al mundo y crezco de acuerdo a la luz
OUMAR FAROUK SESAY
Los
dedos de la democracia
Machete
en mano, renegado
De óxido
De cuclillas sobre una mente
Deformada por la cocaína.
Extremidades que privan de derechos a un muñón
Tartamudean un mantra demente
Lentamente: veremos cómo puedes votar
Con manga corta en ambas manos.
Músculos
de pirámide
Levantan el machete hasta el cielo
Bajando sobre el tocón
Extremidades vuelan como fragmentos
Fuente de sangre brota
Queriendo sin querer que el tocón crezca
Testigo de una locura insaciable
Dolor que surge por los poros
Aísla la ira
Entumece los sentidos.
El
espíritu de almas que gritan
Manos decapitadas tiemblan,
El enterrar hacia la muerte, ruñen
Cada pulgada de nervio palpitando
Extremidades cicatrizadas por la democracia.
Llegó
la democracia con tinta de mi sangre
Escribía derechos sobre dedos
Extremidades sobre la mesa
Como extremidades sobre el tocón
Al lado de la carretera
Espera que la tinta sobre-cicatrice cicatrices
El demócrata levanta la cabeza
Busca una uña
Tartamudea el guion de un mantra;
“Pero necesitas tinta indeleble
Sobre una uña y una uña sobre un dedo
Y un dedo sobre una extremidad para votar”
“Los perdí por un renegado de óxido
Sobre un tocón al lado de la carretera”
Le murmuro
Pero los demócratas me privan de derechos
De nuevo
Mochado hasta un muñón
Sobre un tocón al lado de la carretera.
Versión de G. Leogena
VIOLETA PARRA
Yo
canto a la diferencia
Yo
canto a la chillaneja
si tengo que decir algo,
y no tomo la guitarra
por conseguir un aplauso.
Yo canto la diferiencia
que hay de lo cierto a lo falso.
De lo contrario no canto.
Les
voy a hablar enseguida
de un caso muy alarmante.
Atención el auditorio
que va a tragarse el purgante,
ahora que celebramos
el dieciocho más galante.
La bandera es un calmante.
Yo
paso el mes de setiembre
con el corazón crecido
de pena y de sentimiento
del ver mi pueblo afligido;
el pueblo amando la Patria
y tan mal correspondido.
El emblema por testigo.
En
comandos importantes,
juramento a la bandera.
Sus palabras me repican
de tricolor las cadenas,
con alguaciles armados
en plazas y en alamedas
y al frente de las iglesias.
Los
ángeles de la guarda
vinieron de otro planeta.
¿Por qué su mirada turbia,
su sangre de mala fiesta?
Profanos suenan tambores,
clarines y bayonetas.
Dolorosa la retreta.
Afirmo,
señor ministro,
que se murió la verdad.
Hoy día se jura en falso
por puro gusto, nomás.
Engañan al inocente
sin ni una necesidad.
¡Y arriba la libertad!
Ahí
pasa el señor vicario
con su palabra bendita.
¿Podría su santidad
oírme una palabrita?
Los niños andan con hambre,
les dan una medallita
o bien una banderita.
«Por
eso, su señorida
–dice el sabio Salomón–,
hay descontento en el cielo,
en Chuqui y en Concepción,
ya no florece el copigüe
y no canta el picaflor».
Centenario de dolor.
Un
caballero pudiente,
agudo como un puñal,
me mira con la mirada
de un poderoso volcán
y con relámpagos de oro
desliza su Cadillac.
Cueca de oro y libertad.
De
arriba alumbra la luna
con tan amarga verdad
la vivienda de la Luisa
que espera maternidad.
Sus gritos llegan al cielo.
Nadie la habrá de escuchar
en la Fiesta Nacional.
La
Luisa no tiene casa
ni una vela ni un pañal.
El niño nació en las manos
de la que cantando está.
Por un reguero de sangre
mañana irá el Cadillac.
Cueca amarga nacional.
La
fecha más resaltante.
La bandera va a flamear.
La Luisa no tiene casa.
La parada militar.
Y si va al Parque la Luisa,
¿adónde va a regresar?
Cueca triste nacional.
Yo
soy a la chillaneja,
señores, para cantar.
Si yo levanto mi grito
no es tan solo por gritar.
Perdóneme el auditorio
si ofende mi claridad.
Cueca larga militar.
SRETEN VUJOVIC
Carpe
Diem
Dispersos
Entre las cenizas volcánicas
Ellos van tras
Los secretos vampíricos
Ahora y
Como siempre
Indestructibles
Todas las lágrimas del universo
Que no pueden apagar las llamaradas
Que han soñado
Cada tanto
Inmersas en la oscuridad infernal
