jueves, 3 de octubre de 2013

CARLOS LEVY




Pan del corazón

Carta abierta
A Julio Carabelli, cómplice.
A Jorge Sosa, que convierte las palabras en abrazos.

“La noche en que fusilen canciones y poetas
por haber traicionado, por haber corrompido
la música y el pólen, los pájaros y el fuego,
quizá a mí me salven estos versos que digo.”
Antonio Esteban Agüero

Todos los días
la poesía todos los días
todos los días como bandera
como bandera todos los días darla al viento
y que el viento la lleve
de ciudad en ciudad
de pueblo en pueblo
sin olvidar ninguno por pequeño que sea
casa por casa de puerta en puerta
cada lugar del valle al mar con su poema
y cada hombre
porque es pan del corazón

y todos los días a nosotros el pan nuestro

No oyeron ese canto acaso
nacido elemental y puro en la ronda de los niños
leudar ingenuo con la ganas
de una muchacha de amor primerizo
ser consuelo
después del dios cuando hambriento lo reclama?

no lo supieron el crepúsculo
árbol nube baja tempestad
planeta
universo
vida
esa piedad de milagros alborotando
un pedacito del espacio?

Yo doy fe del verso insomne
hablándole a la mano del suicida
camarada empezar de nuevo mañana cardinal

Y es batalla claro mucha batalla
todos los días batalla

Es pan del corazón

Y ustedes
sí ustedes
se preguntaron por Federico y la sangre derramada?
saben que aún llora la guitarra de Víctor?
a ustedes
les dieron alguna vez duro con un palo duro como a César?

No saben nada
la poesía no es libre
esta presa del abrazo humano y necesario

Es el pan del corazón y ustedes
farsantes
meros ordenadores de palabras
que osan llamarse a sí mismos
pomposamente
poetas
al traicionar su espíritu lo han corrompido

Les digo:
sus metáforas tan pulcras ellas
declamadas a patéticos exégetas
no son perfectas están muertas
porque son ustedes vanidosos
navegan tan por arriba capitanes celestes
que aún soberbios como dioses no les dieron vida

Mientras tanto dispensadme los exabruptos y sed felices
a puertas cerradas
muy bien
realizad vuestras selectas tertulias
escuchaos los unos a los otros
y paladios
y regocijaos mucho cuando dicen vuestros nombres
ahora aprovechad
el olvido vigila

Y hacedle a los mortales un favor
con el pan no jodais.



JUAN GELMAN




Escribo en el olvido...


Escribo en el olvido
en cada fuego de la noche
cada rostro de ti.
Hay una piedra entonces
donde te acuesto mía,
ninguno la conoce,
he fundado pueblos en tu dulzura,
he sufrido esas cosas,
eres fuera de mí,
me perteneces extranjera.



JORGE LUIS BORGES




A quien ya no es joven


Ya puedes ver el trágico escenario
y cada cosa en el lugar debido;
la espada y la ceniza para Dido
y la moneda para Belisario.
¿A qué sigues buscando en el brumoso
bronce de los hexámetros la guerra
si están aquí los siete pies de tierra,
la brusca sangre y el abierto foso?
Aquí te acecha el insondable espejo
que soñara y olvidará el reflejo
de tus postrimerías y agonías.
Ya te cerca lo último. Es la casa
donde tu lenta y breve tarde pasa
y la calle que ves todos los días.


MARÍA NEGRONI





el desierto es un animal…



el desierto es un animal
ávidamente inconcluso
y la luz
             un desierto
ávidamente más grande
que el desierto

cuando la noche se encrespa
               la sombra escribe en el lomo
de esas arenas suntuosas

el desierto medita

aparte de eso
sólo es visible aquello
que está adentro de la visión


SUSANA ROMANO




Diario de la cama 


Empiezo por la cama
Por donde empieza uno a empezar

Antes se llamaba lecho de respeto
la cama donde la madre aprendía a llamar con nombres

A lo que se le había ido de sí,
A lo que se le había ido con el alma enroscada al cordón.

Y ahora se prendía a sus pechos.

El lecho está vedado para él
Él no entra
No imagina un ardid
Queda fuera
Ideando otro juego.


Del libro "Diario de las cosas"



LAURA YASAN





Barco encallado



cuando se quiere oxígeno
y hay sólo oscuridad para tragar
¿qué se respira?

cuando se quiebra el cuerpo como un barco encallado
en la tardía luz de una bengala

y el ciclo del fastidio
arroja contra el muro frontal de la locura
la edad de una mujer

cuando la piel expulsa su madera podrida
y el corazón bombea su mensaje de náufrago
qué duelo se anticipa al funeral
qué desencuentro escarba en la sequía
quién anda en esa furia cortando el eslabón
que la sostiene en la cordura
como unida a un desgarro