"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
martes, 24 de abril de 2018
JAIME TORRES BODET
Una
antorcha enemiga
alumbra, mientras duermes, el profundo
túnel que de mi amor a tu alma lleva.
Con invisibles puños
¿qué guardia la sustenta?
Quiero avanzar... Y me detiene un muro.
Pretendo entonces
retroceder y siento que una puerta
se cierra tras de mí siempre que dudo...
En pleno sol me quedo
-trémulo, terco, ciego- imaginando
no más el golpe brusco
con que, al cortar tu sueño,
me arrojará a la noche, sin antorchas,
otro invisible centinela mudo.
alumbra, mientras duermes, el profundo
túnel que de mi amor a tu alma lleva.
Con invisibles puños
¿qué guardia la sustenta?
Quiero avanzar... Y me detiene un muro.
Pretendo entonces
retroceder y siento que una puerta
se cierra tras de mí siempre que dudo...
En pleno sol me quedo
-trémulo, terco, ciego- imaginando
no más el golpe brusco
con que, al cortar tu sueño,
me arrojará a la noche, sin antorchas,
otro invisible centinela mudo.
NIZAR QABBANI
El amor no se detiene ante la luz roja
No
pienses jamás: la luz está roja,
no
hables con nadie: la luz está roja,
no
polemices sobre textos jurídicos
ni
sobre gramática,
morfología,
poesía
o
prosa:
el
intelecto es maldito, repugnante, despreciable...
No
abandones
tu
gallinero lacrado: la luz está roja,
no ames
a mujer ni a rata:
la luz
del amor está roja,
no
cohabites con pared, piedra o asiento:
la luz
del sexo está roja.
Sigue
clandestino,
y no
descubras tus decisiones ni a las moscas,
sigue
analfabeto,
y no
formes parte del adulterio ni de la escritura:
en
nuestra época, el adulterio
es
menos grave que el delito de la escritura.
No
pienses en los pájaros del país
ni en
los árboles, ríos y noticias del país.
No
pienses en los que usurpan el sol del país:
la
espada de la opresión te alcanzará de mañana
en los
titulares del periódico,
en los
pies del poema
y en
los posos de tu café.
No
duermas en los brazos de tu esposa...
al
alba, tus visitantes estarán bajo el sofá.
No leas
libros de crítica ni de filosofía:
al
alba, tus visitantes
estarán
infiltrados, como carcoma, en todos los estantes de la biblioteca.
Sigue
en tu barril lleno de hormigas, mosquitos y basura,
sigue
ahorcado por los pies hasta el día del Juicio,
sigue
ahorcado por la voz hasta el día del Juicio,
sigue
ahorcado por el intelecto hasta el día del Juicio;
sigue
en tu barril para no ver
el
rostro de esta nación violada.
Si
intentas ir a ver al sultán,
a su
esposa,
a su
suegro
o a su
perro, responsable de la seguridad nacional,
que
come pescado, manzanas, niños
y
también carne humana,
encontrarás
la luz roja.
Si un
día intentas leer
el
parte meteorológico, las esquelas de difuntos o la sección de sucesos,
encontrarás
la luz roja.
Si
intentas preguntar el precio del medicamento contra el asma,
de los
zapatos de los niños
o de
los tomates,
encontrarás
la luz roja.
Si un
día intentas leer
la
página del zodíaco
para
conocer tu suerte antes del petróleo
y
después del petróleo,
o para
conocer cuál es tu número en los batallones de las bestias,
encontrarás
la luz roja.
Si
intentas
buscar
una casa de cartón que te albergue,
una
señora -de los restos de la guerra- que quiera consolarte
o unos
pechos rotos
y una
vieja nevera,
encontrarás
la luz roja.
Si
intentas
preguntar
a tu profesor de clase: ¿por qué
se
distraen los árabes de ahora con las noticias de las derrotas?
¿Por
qué los árabes de ahora son cristal que se rompe sobre cristal?
Encontrarás
la luz roja.
No
viajes con pasaporte árabe,
no
viajes otra vez a Europa:
Europa,
como sabes, rebosa de necios.
Rechazado,
sospechoso,
expulsado
de todos los mapas,
gallo
herido en su orgullo,
muerto
sin combate,
degollado
sin sangre...
No
viajes por tierras de Dios:
a Dios
no le agrada encontrarse con cobardes.
No
viajes con pasaporte árabe,
espera,
como una rata en todos los aeropuertos:
la luz
está roja.
No
digas en árabe clásico:
soy
Marwán,
Adnán
o
Sahbán
a la
vendedora rubia de Harrods:
el
nombre no significa nada para ella
y tu
historia, señor mío, es una historia falsa.
No
presumas de tus victorias en el Lido,
Susanne,
Janinne,
Colette
y miles
de francesas jamás han leído
la
historia de Zayr y Antara.
Amigo:
tu
aspecto es cómico en la noche de París.
Vuelve
inmediatamente al hotel:
la luz
está roja.
No
viajes
con
pasaporte árabe por los barrios árabes:
te
matarán por una piastra
y,
hambrientos por la noche, te devorarán.
No seas
huésped de Hatim Tai [1]:
es un
embustero
y un
estafador.
No te
dejes engañar por miles de esclavas
y
cofres de oro.
Amigo:
no
vayas solo de noche
entre
los colmillos de los árabes;
tu
estancia se reduce a tu casa,
tu
pueblo desconoce tu linaje.
Amigo:
Dios se
apiade de los árabes.
[1] Personaje célebre del folklore
árabe, símbolo de la hospitalidad.
ALICIA SALINAS
La cicatriz
Un hilo
atraviesa el campo,
de poste a poste corta
el cielo con su filo. Tanza
indómita desangra el progreso
del próximo pueblo.
de poste a poste corta
el cielo con su filo. Tanza
indómita desangra el progreso
del próximo pueblo.
Noche
de estrellas perfectas
a la salida de la ciudad.
Fuimos a comer lejos del ruido,
se hizo tarde sobre el negro mar
sin horizonte ni puntos cardinales.
a la salida de la ciudad.
Fuimos a comer lejos del ruido,
se hizo tarde sobre el negro mar
sin horizonte ni puntos cardinales.
Dónde
buscar ya no el daño
sino la cicatriz.
sino la cicatriz.
OMAR JAYAM
IV. El gran secreto
35
Y allí estaba la puerta cuya llave no vi;
y allí se alzaba el velo que lo ocultaba todo:
Un vago murmurar cerca de Ti y de Mí
se escuchó… y después nada, ni de Mí ni de Ti.
ZOFIA BESZCZYNSKA
el único color auténtico
para Krystyna
“Verde que te quiero verde...”
Federico García Lorca
el único color auténtico es el verde
el de las hojas y de una piedra
solo el verde sabe de veneno debajo de la lengua
hasta que toda cambies en una nube
hasta que toda empieces a llover
por
encima de la montaña descansa la Luna
bicorne
el Sol macho ya casi la alcanza con sus brazos
pero ella tiene un cristal
todopoderoso
que le ofrece protección
bicorne
el Sol macho ya casi la alcanza con sus brazos
pero ella tiene un cristal
todopoderoso
que le ofrece protección
dulce
veneno: la vida
y la muerte
y la muerte
Traducción de Krystyna Rodowska
Revisión de Laura Vargues Sánchez
VILMA TAPIA
Al pie de la letra
Tu lento arado se
hunde en mis entrañas
Rosario Castellanos
Liados
párpados estrellas cabellos no se puede
no
tejer
el
tejido
Este
artificio
Extraigo
desde adentro las hebras
concéntricas
llenan de aire el aire
de agua
el agua
Seda
virginal
errantes
trazos
Escucho
escucha
su tamborileo
Suscribirse a:
Entradas (Atom)