jueves, 19 de junio de 2014

MIGUEL ARTECHE SALINAS


 

Himno al Dios del otoño

 
 
Cuando soñando baja
De los cielos perdidos tu silueta,
Alguna niebla entre los cuerpos
Recuerda a las terrestres criaturas
Que tu reino comienza.

Temprana ya la lámpara
Abandona su luz sobre la estancia,
Cuando el poeta contempla en la ventana
El mar alado, mirando su amor en soledad
Diluirse entre las nubes ligeras.

Tu mano, como regalo hermoso,
Deja caer en nuestros pechos
El amarillo baño de tus bucles,
Bajo la incierta luz,
En tanto allá los ángeles
Aumentan la tristeza
Del amor perdido, y con gestos melancólicos
Abren sus ojos lentamente,
Bendiciendo tus serenas miradas en la noche.

Vas llenando el espacio aéreo con sonidos,
Doblando por los muros cansados,
Y acompañas los deseos de los amantes,
Mientras enamorados abren hacia tus ojos
Sus deslumbrantes pechos adormecidos.

¿Qué ave gozará de tu cuerpo
Sin posarse ligera sobre las ramas solas?

Hacia el silencio oscuro,
Sobre las frentes lentas,
Sueñan los dioses que a la tierra te envían,
Adoran tu voz de niebla
Y tus sonrisas tristes,
Cuando llegando caes
Sobre los campos bellos,
Girando en las espigas altas,
Muriendo en los zaguanes,
Haciendo renacer la tristeza entre los patios.

Cuando en antiguos bosques pasas,
El viento del sur
Esconde tu recuerdo en las maderas,
Clarísimos olvidos de tristeza
Ciñen tu frente melancólica.
Vagando de costa a costa
El frío claro y azul que de tus venas
Infundes con gozo, de graciosa manera
Siento renacer: el hábito del sueño,
El sueño en el sueño, el agua en el agua,
Todo aquello que siendo hermoso
Pasa sobre nuestras impuras frentes;
Todo aquello que siendo triste
Alcanza nuestros labios, besa nuestros ojos,
Roza a los amantes que cohabitan en silencio:
Así cubres con gracia bondadosa
La dolorosa fatiga de sus cuerpos,
Abandonados y tristes cuando el deseo escapa.

¿Hay algo, Dios ausente, que el poeta
No puede penetrar tras los lejanos cielos?

Bello hermano, las brumas
Esbeltos vahos de tu boca;
Tus alas, lentas nubes
Sobre tu corazón que adentro
Oculta el verde, el azul,
La planta dulce de la primavera.

Memoria del aire, cuerpo amado,
Genio bondadoso que entre los hombres cantas,
En la soledad de mi nocturno lecho
Vives conmigo, con las imágenes amadas.
Sobre la madrugada, apenas la lluvia
Cae como una rosa oscura
Delicadamente sobre tejados oscuros,
A mi lado, con la tristeza de quien no tiene a nadie,
Cuando mueres,
No sé si muere alguna cosa dentro de este cuerpo mío;
Cuando escapas,
Así la vida escapa hacia las nubes.

 

PABLO NERUDA


 


Bella


 

BELLA,
como en la piedra fresca
del manantial, el agua
abre un ancho relámpago de espuma,
así es la sonrisa en tu rostro,
bella.

Bella,
de finas manos y delgados pies
como un caballito de plata,
andando, flor del mundo,
así te veo,
bella.

Bella,
con un nido de cobre enmarañado
en tu cabeza, un nido
color de miel sombría
donde mi corazón arde y reposa,
bella.

Bella,
no te caben los ojos en la cara,
no te caben los ojos en la tierra.
Hay países, hay ríos
en tus ojos,
mi patria está en tus ojos,
yo camino por ellos,
ellos dan luz al mundo
por donde yo camino,
bella.

Bella,
tus senos son como dos panes hechos
de tierra cereal y luna de oro,
bella.

Bella,
tu cintura
la hizo mi brazo como un río cuando
pasó mil años por tu dulce cuerpo,
bella.

Bella,
no hay nada como tus caderas,
tal vez la tierra tiene
en algún sitio oculto
la curva y el aroma de tu cuerpo,
tal vez en algún sitio,
bella.

Bella, mi bella,
tu voz, tu piel, tus uñas
bella, mi bella,
tu ser, tu luz, tu sombra,
bella,
todo eso es mío, bella,
todo eso es mío, mía,
cuando andas o reposas,
cuando cantas o duermes,
cuando sufres o sueñas,
siempre,
cuando estás cerca o lejos,
siempre,
eres mía, mi bella,
siempre.

 

GABRIELA MISTRAL


 

La flor del aire

 

Yo la encontré por mi destino,
de pie a mitad de la pradera,
gobernadora del que pase,
del que le hable y que la vea.

Y ella me dijo: "Sube al monte.
Yo nunca dejo la pradera,
y me cortas las flores blancas
como nieves, duras y tiernas."

Me subí a la ácida montaña,
busqué las flores donde albean,
entre las rocas existiendo
medio dormidas y despiertas.

Cuando bajé, con carga mía,
la hallé a mitad de la pradera,
y fui cubriéndola frenética,
con un torrente de azucenas.

Y sin mirarse la blancura,
ella me dijo: "Tú acarrea
ahora sólo flores rojas.
Yo no puedo pasar la pradera."

Trepe las penas con el venado,
y busqué flores de demencia,
las que rojean y parecen
que de rojez vivan y mueran.

 

 

EFRAÍN BARQUERO


 

Receta para el amor

  

Para males de amores
dormir tres días,
dormir con ropa puesta
y luz prendida.
¿Y luz prendida?
Dormir tres días,
sus manos y sus ojos
que desvivían,
desprender su fragancia
con agua fría,
en la mañana
de los tres días.
¿De los tres días?
¡De tres mujeres
con que dormiste estos tres días!

 

FERNANDA SIERRA




Mery Poppins

  

Una visión... en fin
Mi amor de sombrero
Me acerca con su mano
Y con la otra afirma el paraguas
Fue rápido
Pero intenso
Tengo mariposas en el estomago
Y ganas de abrir el paraguas
Y volar como Mery Poppins
Mis piernas intentan
seguir estáticas y pesadas
De la mejor forma posible
Empuño mi cigarro
Piso con firmeza
Y continuo mi camino
A paso fuerte

 

 

 

EDUARDO FARIÑA POVEDA


 

Al incomprendido

  

La gente te perdona, mas nunca se olvida
En tu espalda llueven las miradas de desprecio
Más idílico sería para ésa gente tomar chicha de acero
A revisar las lecturas sobre tu travesía del infinito
No te acompañan cámaras para filmar tus aventuras
Tampoco la paciencia de un juicio ajeno
Siempre hay tiempo para escuchar lindas cancioncitas
También para rociar con parafina la lengua de fuego.

Está muy lejos el santuario
En donde la orgía secreta selecciona sus plegarias
De esplendor y pacto con DC. Eros
La fachada se parece mucho a los ojos de infancia
Antes de presenciar los primeros quiebres
Te duele que te aplasten como cucaracha
Más te duele aplastarlos sonriendo
Todo lo que ha pasado tan necesario como lluvia y sol
Tan impredecible como embrión sereno
Comer y ser comido
Vomitar y ser vomitado.

Y están bailando en tu cabeza las musas secretas
En donde el crepúsculo derrama en sus copas toda la botella
El santuario que es uno de ésos paisajes que se abren
A manera de un río al frente del mar y sus obscenidades
Eres la guitarra de mil cuerdas
Y falta viento para esparcir las hojas
Sube la temperatura
Y te ven entre las hojas los mismos de siempre.

DC. Eros se ha embriagado
Se marchó mofándose de todos diciéndoles que los ama
Asimismo vas tú por sobre las cabezas
Con una pequeña diferencia
Que al despertar no hayas quién te levante.