miércoles, 3 de enero de 2018

 

ANDRÉS TRAPIELLO







Las horas muertas



Violeta de la tarde,
abejorro amarillo
que zumba en el espejo
de la poza del río.

Las horas verdenegras
las pasan los mosquitos
haciendo y deshaciendo
sobre el agua su ovillo.

Todo parece hecho
por obra del Destino,
lo que se pierde en flautas,
lo que se pierde en pitos.

En el manzano juzga
un abejorro fino.




De: "La vida fácil" 


LUCILA NOGUEIRA







IX






Esta vez no iré a Santiago

De Iberia, Cuba inversa lorquiana

Y el nombre de mi padre en la maleta

Me hizo sentirme en casa en tierra  extraña



Esta vez no iré a Santiago

Román, el de Padrón, Reyno d´Hespaña

En lengua portuguesa tuvo origen

Mi destino en la lengua castellana.






MAYRA OYUELA








Orillas





Era el pasado un tren sin rumbo,

llevaba por embestida

la pólvora que en los ojos de mi padre

apuntaba a su propia soledad.



“El hombre nace para contemplar

la tierra, la cosecha, los hijos

y todas las mujeres iniciadas en ese arte llamado amor”

Quizás mi padre, en sus propio afán

rasgo la tierra, mordió la cosecha,

creyó que sus hijos eran un sueño

y amó a todas y cuantas carabelas

que en su navegar pausado llegaron a su orilla.

Mi padre, de manos resueltas como arena

de dejo trepar por unas caderas imprevistas

que lo preservaron en sal;

pero la penumbra es blanca y negra

y se amarillenta con la soledad.

Mi madre guarda a escondidas de él, una foto

donde aún emerge lo clandestino de su propia ética,

ambos ausentes ya de efervescencia,

andan los pasos tersos por tanto roce con las despedidas:

se ven,

a tientas parpadean un Morse de amor náufrago,

pero hoy ya es martes y, hace cuarenta años

que mi padre no ve el mar.


MIJAIL LAMAS




No quisiste quedarte.



No quisiste aprender cómo quedarte.
Quedarte resignado a beber toda la luz que nunca muere.
De tal modo que el recuerdo te soborna,
te hace dudar hasta llevar tus manos a tocar lo que no tienes.
Para tocarlo primero hay que saber decirlo, decirlo muchas veces.
Mucho tiempo has pensado destejer, una tras otra,
las tramas que se te van enredando entre los dedos.
Mucho tiempo quisiste enumerar cada partícula de polvo, cada capa de tristeza,
enumerar también cada puñetazo de la frustración,
cada truco para engañar el mediodía que te cortaba en sombra la figura.
Pero no puedes y te llevas una mano a la cabeza
y descubres que en ese recuento
hay una imagen que tienes de ti mismo y te es extraña
que sólo en sus contornos y a lo lejos, apenas en su sombra,
podrías reconocer.
Hay algo que ahora te detiene.
Has dicho demasiado y te has metido en un problema.
El añejo dolor que te conserva despierto y a la sombra
guarda para ti un sentimiento de revancha.
No puedes avanzar lo que quisieras,
el desierto que pretendes recordar se vuelve más extenso.

  
De: “Contraverano”


VALERIA GUZMÁN PÉREZ




2



Tomada de las manos de mi abuela aprendí
el ritmo de las uvas,
el estallido de la redondez en los dedos
la métrica de los pies separados.

Descalza y ligera
mi infancia se escurrió en el lagar.

En este anochecer
abro una botella de Saperavi
y su aroma me devuelve al mosto
a los blancos pies de la primera danza.


De: “Anamnesis”


ARIEL MONTOYA




La mercadera

                                   ...Su horizonte de barro y su luna de broza...
                                                                                Joaquín Pasos



La ven
con su puesto de verduras
en un tramo del mercado.
La ven
escoger frutas olorosas para la venta
los melones se deciden en la última oferta.
La ven
con la cara tostada
del sol que le chorrea en la frente
(los dientes de ajo que  cuelgan de una ristra
le sonríen)

El aire pasa, zumbando,
acariciando la mejilla de los tomates
y el viento se espina en los maltrechos rostros de
las piñas.

La ven
los pies bañados de polvo. De polvo
y sudor que parecen de barro,
los caites cansados
la voz con furia suelta toda la mañana,
la ven sacar sueños que no pone en venta.


De: “Perfil de la Hoguera”