"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
miércoles, 28 de diciembre de 2022
MARÍA BARANDA
IV
Cuando el dibujante traza una línea,
relincha la oreja de Dios:
es una yegua.
De: “Teoría de las niñas”
JULIO FÉLIX ROYANO
Neanderthal
Muy
bien, hablemos claro.
Alguien ha dicho
que las armas atómicas podrían
deshacernos a todos.
A todos; no a unos cuantos
y eso,
según parece, es malo.
Mucho
más malo que antes
cuando morían esos cuantos
y los demás seguían a través de sus tumbas
bebiendo el hidromiel y procreando
y amparando a las viudas y violando a las hijas
de aquellos cuantos.
Y eso, según parece,
no era tan malo.
Pero
ahora, con las armas
que nos hemos dados
ya no se puede controlar la destrucción
ni la dirección del estrago
y sin control, podría destruirse
lo que siempre fue salvado
–habrá que esperar que se erijan nuevas casamatas
para resguardarlo–
Es
decir que nadie garantiza
que mueran sólo unos cuantos–.
…………
Señor, podríamos pactar con él
aunque no sea muy amigo de cumplir los pactos.
Podríamos mellar el filo de las armas
de nuestros aliados
y dejarle plantar algunas viñas
en nuestros campos.
Y fijarnos cómo fabrican sus tiendas y sus ropas
para imitarlos
–esto, seguro, los halagaría;
esto tiene que halagarlos–.
…………
Podríamos fumar la pipa de la paz
y consultar el oráculo
en el vientre del ave
para ir tirando
…………
Y arrastrarnos astuta y voluptuosamente
con pies y mano…
Pero
el hombre de Neanderthal, señor, no nos querría.
Porque él era curioso, progresista y dramático.
Y salió al campo y lo comió una fiera.
Y subió a un monte y lo deshizo un rayo.
GUSTAVO ADOLFO GARCÉS
Ciervo
Nunca
ha llegado
un ciervo
a mis poemas
el
más
cercano
se quedó
en los arces
pastó
junto
al arroyo
toda
la tarde
estuve
mirándolo
JOSÉ LUIS RIVAS
Érase
una mujer
–tendida al sol que pica
sobre
la arena parda–
Y a un golpe de pestaña
mil
pájaros vestían
sus pechos y su sexo
Sé
que olía igual
que la ribera hirsuta
con
hirvientes marismas
que ondula la resaca
No
eran rudos marinos
sino sencillos pájaros
que
sabían posarse
allí donde sus senos
respingan
en botones,
(y tupida floresta
circunda
sarraceno
jardín de las delicias)
ALEJANDRA LERMA
Comenzaste
a crecer cuando te vi en la morgue
Sé
que las uñas crecen en la muerte.
Antonio Gamoneda
Comenzaste
a crecer cuando te vi en la morgue
la sábana llegaba a tus rodillas
y pensé que nunca volverías a bailar
se acabaron los pasodobles, la salsa de Richie,
las orquestas cubanas
las uñas y el cabello de tus vecinos seguirían in crescendo
pero imaginé que en ti se extendería el fémur
y te volverías solo piernas
una extensión enorme de corrientes óseas
debajo de las tumbas
como esas enredaderas que la gente llama maleza
mamá está segura de que al otro lado pasan cosas
Parece
que las almas no van a discotecas
por eso cuando bailo te siento en mis rodillas
mis huesos vienen de tus huesos
te llevo por las noches a las fiestas
para que no te aburra la eternidad.
MARIANO CASTRO
todo
se tornará ciego horizonte,
paso breve
y sombra perdurable,
quimérica visión, deslenguada promesa,
viático nocturno de ceniza.
Oh,
tú, rosa de luz,
pura sustancia de la claridad,
haz más dulce el dolor, no tan humano,
en el ígneo limes del lenguaje.
