miércoles, 2 de abril de 2025


 

ARIANNA MATHISON

 


 

Viuda Negra

 


Creciste dentro de una resina blanca

con olor a cal

 

Traspasabas el espejo, buscando

la sombra ahogada de tu carne herida

 

y oraste con las manos fundidas en tu rostro

cada noche, para ver

la mandíbula desdibujada de tu madre

 

Señora de las esquinas rotas

deja de implorar sacrificios

 

las arañitas partieron al telar

con sus patitas infectadas

por el gesto de tus ojos

 

Esperar que aparezca

el rastro de un delirio

sin cuerpo

 

Romper el nido

para meter de tajo

los colmillos

en tus crías

 

 

Todos tragan

vísceras podridas

y soles silenciados

 

La sangre borbotea

en tu cuerpo                                                       y los suyos

No hay filo en el alma

sin un seno

enfermo

 

 

JAVIER LORENZO CANDEL

 

 

 

Diciembre

 


Camino hacia tu piel para observar de cerca el esplendor,

los signos y los pliegues de la carne,

el color que han marcado todas tus resistencias.

Y camino despacio para reconocerme, para hacerme,

en aquel que se acerca, tan solo tu aliado.

 

Tú recibes mi herida, mi tiempo protegido

y el que no lo fue tanto, recibes la consciencia

del hombre atribulado, del ser humano solo

que apostó por callar para que no supieran

la razón del dolor y el abandono. Y la recibes, dulce,

con todas las sonrisas que has sabido mostrarme.

 

Ya no quedan fantasmas, ya el origen de todo en nuestra huida,

y hay un renacimiento entre tus labios y estos que son mis labios,

sin palabras a penas, mordidos de placer, amansados de amor,

acercados los unos a los otros para, así, celebrarse.

 

El lenguaje que soy, el de la intensidad cuando digo tu nombre,

cuando sencillamente te digo que te quiero,

no es lanza ni fusil, ni tropa que resiste en la trinchera,

es libertad y es vuelo, es razón y es verdad para contarte.

 

Tú me observas de cerca, abres tus ojos para mirar los míos,

adviertes este tiempo que es vértigo y temor,

porque el comienzo de cualquier cosa es

de vértigo y temor, sencillamente. Pero no hay gravedad

que salte por encima del abrazo primero, o del primer temblor,

para apagarlos.

 

Camino hacia tu piel donde observar de cerca tu estallido;

tú me esperas allí en el lugar en que todo se asombra.

Y revienta de júbilo diciembre.

 

 

 

ÉRIKA MANOCHE BARRETO

 

 


 

La deriva

 


Un náufrago

espera un milagro

 

canta para no volverse loco

en el mar callado

         y pétreo

 

 

 

espera a un viajante

por la llanura de minutos

      pasos          aguas

         y sal

 

sueña que alguien viene

 

 

y

 

    se

 

          va

 

 

Una gaviota extraviada

anida en su cabeza

cuenta los días

para hacerlos más largos

 

marca rayitas tras la puerta

las tacha todas.

    (cierra la puerta)

y se sienta a esperar.

 

 

GISELLE LÓPEZ FERNÁNDEZ

 

  

 

Sin bestiario

 



Yo no soltaba conejos por la boca

ni mariposas,

aunque volaran

fueran blancas

saltarinas

y temblorosas

como gaviotas,

sobre la arena negra de Savannah,

mis palabras.

 

Yo no tenía

las bestias adecuadas

para hacerme de un zoológico raro.

Sólo tuve

una escultura verbal

que, como animal salvaje,

eléctrico

y fulgurante

jamás se dejó domar.

Nunca tuve un herbario

ni un montón de tierra

parecido a un volcán

encima de una mesa,

aunque, como Teresita Fernández,

podía yo muy bien ser

“alita de cucaracha

llevada hasta el hormiguero”.

 

No hubo una serpiente

con cara de tiburón

que secuestrara mi cordura

ni chillara

entre mis sienes.

No acaricié mancuspias

ni un tigre paseó en mi jardín.

 

Sólo tuve ojos de búho

dos tinajones

un diccionario

el sonido de alta frecuencia que se escucha

en las hondas ondas de la noche

y una palabra escrita detrás de otra.

 

 

ANA LÓPEZ HURTADO

 

  

 

El beso


es sutil
la manera en que un cuerpo
aprende a abalanzar todo su peso
sobre otro

sutil
no en su forma
que abiertamente asfixia y devora

sutil
más bien
en su capacidad de hacerse
imperceptible
en un paisaje ya inhóspito

                hostil

un cuerpo que recuesta su peso
sobre otro
desprende labios
despliega el blando órgano
deglutorio
              da apertura a babosa
              o molusco que se riega
                                se esparce
                              en la superficie del cuerpo otro
                              quiera éste el contacto o no
                              apruebe éste el despliegue o no
                              disfrute éste del      chorreo o no
porque así aprenden
los cuerpos que se abalanzan con descuido
          así      hacen     el deseo
así lo practican
           lo ejercen

y en paralelo
así     se instruyen      las otras
en       quietud y apertura inerte
o la disposición de recibir
                  en cuerpo que disocia
                      no ser el cuerpo ya
                           borrarse los límites ya
                                 recibir baba o molusco inquieto que duramente
                              penetra

es evidente

esa forma aprendida en los cuerpos que se abalanzan y recuestan
esa pulsión de agarrar un antebrazo
y romper
el reposo de un cuerpo otro
jalar con fuerza hacia sí
y apretujar
lamer
aprisionar para luego decir
                    qué romántico
                           te amo con pasión y alta locura
                          no puedo contenerme

                    me perteneces
                        sin ti yo no soy nada

sutil
no es el acto de dominación mismo
la forma en que un cuerpo se abalanza sobre otro y lo retrae
                           lo contrae
                           lo reduce

sutil
se finge
aquella fricción de cuerpos o ejercicio de fuerzas
cuando brota un lenguaje que adoctrina y recubre

un lenguaje edulcorado para decir el amor
cuando lo que en realidad palpita
                    es la violencia

 

 

JESÚS MONTOYA

 

  

 

Trapecista

 


en la terapia

el traductor retrasa los días.

 

Sabio se teje de sí como la araña

que trabaja.

 

La terapeuta trata de apaciguarle

el espasmo del habla.

 

La terapia es lenguaje, le zanja,

y menciona a Lewis Carroll,

y bífida salta la rana que pernocta

aquí sentada, dada la perplejidad.

 

Nómada silencio de mutaciones

que transitan su nonsense,

nadador de sillas que pellizcan

y garabatean, por ejemplo, yesca,

yunque, o yo; yo ya no lloro,       olá,

tudo bem?      Yo ya me anulé

na linguagem, decía, yo ya

jugué al yoyo y leí a Susana Thénon,

ova completa en lenguas-viajes:

 

“vetusto oís vosotros

¿veis?

arriesgarse con ‘choto’ o ‘chacabuco’

es pasaporte a la marginación

¿queréis ser presa de antólogos chiflados?

¿tener una verruga en el currículum?”.

 

Arriesgarse con “luar” o “vaga-lume”,

brillante por la “errância”,

decía, de esta norma partida,

plumífera de garzas,

y más allá de grillos,

variopinta animalía,
musga al compás de la vía,

esta matéria que nos faz

por todo o río flutuar.

 

De: “Sales, sais”