Viuda Negra
Creciste
dentro de una resina blanca
con
olor a cal
Traspasabas
el espejo, buscando
la
sombra ahogada de tu carne herida
y
oraste con las manos fundidas en tu rostro
cada
noche, para ver
la
mandíbula desdibujada de tu madre
Señora
de las esquinas rotas
deja
de implorar sacrificios
las arañitas partieron al telar
con sus patitas infectadas
por el gesto de tus ojos
Esperar que aparezca
el rastro de un delirio
sin cuerpo
Romper
el nido
para
meter de tajo
los
colmillos
en
tus crías
Todos
tragan
vísceras
podridas
y
soles silenciados
La
sangre borbotea
en
tu cuerpo y los
suyos
No
hay filo en el alma
sin
un seno
enfermo
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