Trapecista
en
la terapia
el
traductor retrasa los días.
Sabio
se teje de sí como la araña
que
trabaja.
La terapeuta
trata de apaciguarle
el
espasmo del habla.
La
terapia es lenguaje, le zanja,
y
menciona a Lewis Carroll,
y
bífida salta la rana que pernocta
aquí
sentada, dada la perplejidad.
Nómada
silencio de mutaciones
que
transitan su nonsense,
nadador
de sillas que pellizcan
y garabatean,
por ejemplo, yesca,
yunque,
o yo; yo ya no lloro, olá,
tudo
bem? Yo ya me anulé
na
linguagem, decía, yo ya
jugué
al yoyo y leí a Susana Thénon,
ova
completa en lenguas-viajes:
“vetusto
oís vosotros
¿veis?
arriesgarse
con ‘choto’ o ‘chacabuco’
es
pasaporte a la marginación
¿queréis
ser presa de antólogos chiflados?
¿tener
una verruga en el currículum?”.
Arriesgarse
con “luar” o “vaga-lume”,
brillante
por la “errância”,
decía,
de esta norma partida,
plumífera
de garzas,
y
más allá de grillos,
variopinta
animalía,
musga al compás de la vía,
esta
matéria que nos faz
por
todo o río flutuar.
De: “Sales, sais”
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