sábado, 20 de junio de 2015

CÉSAR SIMÓN


 

Invernal

 

Qué tentación, ser viento, ser girones,
ser basura que arrojan sobre escombros.
Dejar que todo lo que quiera
eche raíces en tu polvo.
 

De "Erosión"

 

 

ENRIQUE GONZÁLEZ MARTÍNEZ


 

Intus

 

Te engañas, no has vivido... No basta que tus ojos
se abran como dos fuentes de piedad, que tus manos
se posen sobre todos los dolores humanos
ni que tus plantas crucen por todos los abrojos.

Te engañas, no has vivido mientras tu paso incierto
surque las lobregueces de tu interior a tientas;
mientras en un impulso de sembrador no sientas
fecundado tu espíritu, florecido tu huerto.

Hay que labrar tu campo, divinizar la vida,
tener con mano firme la lámpara encendida
sobre la eterna sombra, sobre el eterno abismo...

Y callar... mas tan hondo, con tan profunda calma,
que absorto en la infinita soledad de ti mismo,
no escuches sino el vasto silencio de tu alma.

 

 

 

LUIS IZQUIERDO


 

Confidencial

 

Ahora que ya se está muriendo poco
quedan tan pocas cosas por hacer
que no le importan lentitud demoras
no le importan.
Ya no le importan,
por acabar de hacer
como por no,
tan pocas cosas.
Y es que además se está -dicen-
muriendo poco a poco
porque leyó de Byron una cita
que presidía los poemas póstumos
de Jaime Gil de Biedma.
Desde luego se muere poco a poco
y no le importa saber tan pocas cosas
tener tan pocas cosas por hacer
y haber hecho tan pocas.
Sólo una vena de tinta detenida
sobre el sudario vegetal
alivia el paraíso amenazado
de agenda y pasaporte, documentos
de la apariencia imprescindible o circulante.

Quien nada sabe procede paulatino
y aun pertinaz ingenuo en la tarea
de ir más allá de obstáculos o plácemes.
Se va apocando poco a poco -dicen-
junto a la valla protectora de los niños,
de los años.

Más allá del caudal
del estertor o la cadencia brusca de los versos
convendría algún alto en el camino
y la confianza abrupta al fin
de una iracundia sosegada en el silencio
que inquiriera,
si de verdad se está muriendo poco a poco,
de qué fulmínea extraña enfermedad
se están muriendo sin cesar ustedes.
 

De "El ausente"  y "Travesías del ausente" 

 

 

CARMELINA SOTO


  

Confidencial


Para mi amor yo quiero cada día
el pan sin odio, el vino sin pesares.
La voz cordial. La vida sin azares
y si se puede un poco de alegría.

Unos tuvieron el amor que pasa.
Otros tuvieron el amor que dura.
Yo tuve la canción. Sed y ternura.
(Pero quién por sus dones se solaza?)

Yo traía mi tiempo. El tiempo mío,
con atávicos sueños realizado.
y de él el corazón me fue colmado
como a un golfo de amor un mar sombrío.

Ni un minuto le queda al calendario
de lo que pudo ser y no fue nunca.
Mi historia en el pasar se queda trunca
y trunco queda el tiempo del himnario.

Transito por la pávida ceniza
que otros dejaron porque yo viviera.
He sido nada más una extranjera
asomada al desdén de la sonrisa.

Quise vivir mi vida en cada hora
exactamente, sin mayor alarde
y dije: ya me voy porque es muy tarde
y en ese instante despuntó la aurora.

El aire no alcanzó para mi aliento
de agraz ternura. Campo renadío.
Pues yo he vivido como vive el río
con limo, con estrella, con lamento.

Cómo volver el rostro de este olvido
que la lámpara anuncia sin recelo.
Si en cada atardecer fui contra el cielo
y contra el viento las palabras mido?

No disculpo mi nombre ni mi frente.
No me hago perdonar esta presencia.
Mi rostro es nada más el de la ausencia
y mi ausencia es mi rostro solamente.

Sin permiso de nadie, pienso y vivo
y paso por la vida que pasaba.
La vida no me pesa y me pesaba
con su juego pesado y agresivo.

Inauguro el instante en acto puro
con el oscuro cotidiano esfuerzo.
El verso no es trabajo pero es verso.
Vivir no es necesario y es muy duro.

Bajo la luz del sol, fiera y filante
-la que mide mi tiempo con cuidado-
yo voy pasando sin haber pasado
pues no pasa el pasado en un instante.


 

 

 

CRISTINA MAYA




Poema de la ausencia

 

Cómo golpea tu ausencia
cuando evoco tus pasos por la casa,
tus huellas en mi alcoba,
mi cotidiano empeño de tenerte.
Puedo palpar la luz de cada amanecer
con su luna desierta y congelada,
tu voz de agua
fluyendo por mi sangre
de magnolia encendida,
tu sombra fugitiva
que tejes y destejes,
por la escalera anónima
que hasta ti me conduce.
Puedo esperarte desvelada
en la noche profunda,
sembrar el horizonte
de voces que te nombran
desde mis sueños desolados.
Penetrar en un círculo etéreo
de niebla y lejanía
de polvo inerte y blanco
donde mi soledad de nieve
habita el más remoto sitio
de tu alma.
Allí donde tu imagen
en constante reflejo del silencio,
memoria impresa en el espejo.

 

 

IDEA VILARIÑO


  

Cuando una boca suave boca dormida besa...

 

Cuando una boca suave boca dormida besa
como muriendo entonces,
a veces, cuando llega más allá de los labios
y los párpados caen colmados de deseo
tan silenciosamente como consiente el aire,
la piel con su sedosa tibieza pide noches
y la boca besada
en su inefable goce pide noches, también.
Ah, noches silenciosas, de oscuras lunas suaves,
noches largas, suntuosas, cruzadas de palomas,
en un aire hecho manos, amor, ternura dada,
noches como navíos...
Es entonces, en la alta pasión, cuando el que besa
sabe ah, demasiado, sin tregua, y ve que ahora
el mundo le deviene un milagro lejano,
que le abren los labios aún hondos estíos,
que su conciencia abdica,
que está por fin él mismo olvidado en el beso
y un viento apasionado le desnuda las sienes,
es entonces, al beso, que descienden los párpados,
y se estremece el aire con un dejo de vida,
y se estremece aún
lo que no es aire, el haz ardiente del cabello,
el terciopelo ahora de la voz, y, a veces,
la ilusión ya poblada de muertes en suspenso.