lunes, 28 de diciembre de 2020

ANGÉLICA SANTA OLAYA

 


 

 

Soñaba el árbol

desatar el cabello

claro del sol

YAMILE PAZ PAREDES

 




Los infortunios de la sinrazón

 

                            Todo es tan inexplicable, que me

                                      duele, la inutilidad de las ideas

                                                                         Ciorán

 

 


Cuando el infortunio se encharca en la cuneta del espíritu, se corrompe y apesta y a la vida la oxida el desaliento, le herrumbra el corazón. ¿por qué es entonces cuando asociamos la idea del alma con la idea de Dios?

 

¿Dolerán las ideas?

 

¿Existirá el alma?  ¿Será sombra afligida oculta en algún intersticio fatal del esqueleto, o una emoción vergonzante que se esconde ante la perversa mirada de la razón?

 

¿Existirá Dios? ¿Será pesadilla o sueño trastabillando por una calzada de sombras y fracasos, el espejo del hombre hecho o deshecho a imagen y semejanza de la nada, un muro inaceptable en el territorio minado de lo abstracto?

 

Soy el desasosiego de todos los humanos. Estoy triste en mis huesos, desde los goznes del alma hasta sus intrincados laberintos que conducen dolosos a mitad de la calle. Estoy triste allá afuera, en la calle poblada de infortunios y botellas vacías, desperdicios, cascajos de sueños sin piel deambulando en la noche. 

 

Me duele el alma con todas sus verrugas. Me duele Dios, cíclope ebrio, me duele con su ojo implacable, con su angina de pecho y su falta de fe.

 

El frío de la madrugada va acercándose a trancos.

 

Nadie pensará mi tristeza en el fondo del fondo de esta noche altanera. Soy calle sin sentido, latas agonizando en las banquetas, lo turbio irreparable, desperdicio anhelante en el lecho de todas las basuras.

 

Todo procede de la sinrazón.

 

                                    La razón es una zorra estéril.

 

VIOLETA PUJOLS

 

 

 

El grito del perdón




Un fantasma
me ronda
pero ya no duele.

Recorre los espacios
de la memoria
que un día
lloró, gritó,
maldijo en silencio.

Una memoria que se asqueó
echando culpas
a una inocente.

Hoy ese fantasma
cabalga en la memoria
que perdona.

 

MARIO ALBERTO SANTOYO

 

  

 

Curutchet

a Le Corbusier

 

 


Esta naturaleza brota del asfalto.
La nueva Arquitectura construye los horizontes.

 

Las paredes nos persiguen,
caminamos con ellas:
nos habitan.

 

El espacio es una importación de dimensiones,
mezcla y cristal solitario
donde las Terrazas
elevan el vuelo
y se convierten en Quintas fachadas.

 

Lo tradicional se vuelve moderno:
colmenares de Hormigón
sobre Pilotes.

La vida es una carrera hacia el anonimato,
vista por los aviones de un Buenos Aires extranjero.

 

Cae la mudez sobre la tierra.

 

ARIATNA GÁMEZ SOTO

 

  

 

Piélago

 

 

La hinchazón y el agua con sal vivirán aquí, 
en esto que agoniza en mi garganta;
porque he recogido el mar con los dientes y, ahora,
él es una muela gigante  
y yo un monstruo demasiado pequeño para sus colmillos.

 

Mis huesos se deshacen en esta piel de arena manchada.
Los cabellos son olas que golpean mi destino  
cubierto de piedras que danzan sobre el lodo cárdeno.

 

Seré profundidad oceánica que se pierde en su propio castigo,
con los labios de la marea azotada 
que me ha arrastrado hasta aquí
y me deja para convertirme en nácar.

 

 

EMI G. CANCHOLA

 

 


Tarde divertida con dios

 

 

Dios y yo nos escapamos de misa.
No le gustan las multitudes. No le gusta
que lo enjaulen en palabreríos.
Nos deslizamos en el tobogán
y bendecimos la tarde.
El pasto es una piel más nuestra. El cielo,
nuestros pulmones hambrientos.
Y nos comemos las horas y Dios se agota.
Ven, le digo, y lo acuesto en mis piernas.
Duerme, le digo. Estoy dormido.
Si abriera los ojos…