"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 5 de mayo de 2022
E. E. CUMMINGS
Mi niña es alta con grandes ojos serios
Mi
niña es alta con grandes ojos serios
tal como se para, con sus largas manos duras manteniendo
el silencio en su vestido, bueno para dormir
es su largo cuerpo duro lleno de sorpresa
como un blanco cable electrizante, cuando ella sonríe
una dura sonrisa larga que a veces hace
alegría limpia a través mi dolorosa cosquilla,
y el ruido débil de sus ojos fácilmente lijan
mi impaciencia hasta el borde—mi niña es alta
y tiesa, con piernas delgadas como una viña
que ha vivido por completo en la pared del jardín,
y que va a morir. Cuando siniestramente vamos a la cama
con estas piernas y ella empieza a levantarse y enroscarse
Sobre mí, y para besar mi cara y cabeza.
Nota: Edward Estlin Cummings nombre del
poeta conocido como E. E. Cummings
PHILIP LEVINE
Ritos
funerarios
Incluso
en una rara mañana de lluvia
como esta mañana, con el cielo tan bajo
como pendiente de sus riquezas
y salvo por algunas lágrimas falsas, la tierra dura
no acepta nada. Seis años atrás
enterré las cenizas de mi madre
al lado de una joven lila que es ahora
más alta que yo, y atrapa entre el tallo
de una rosa en medio de las raíces
donde, como todo lo demás que no
es humano, florece. Los pequeños botones
nunca se abren; lo que sea que sepan
lo guardan para sí mismos hasta
que una mañana lluviosa o un viento nocturno
vuelve los pétalos nuevamente a la nada.
Incluso el gato del vecino que caga
diariamente en los senderos y se esconde
en la profundidad de la selva ramada
se niega a ronronear. Está bien terminar
al lado de la mujer que me hastía,
cavar en la tierra lo que sea que queda
y dejar solo un nombre para alguien
que lo quiera a uno. Piensa en ello,
mi nombre, que ha dejado de ser
una parte de mí, ya no más inflado
o golpeado, ya no más guisándose
en un complejo compuesto de memoria
o la simple unidad del hueso, mierda
de gato, las raíces del eucalipto
que planté en el ‘73,
un yo pequeño llevando nada, dando
nada, vacío, y libre al fin.
JOSÉ SANTOS CHOCANO
Abnegación
Yo
sé que me has dado cuanto darme podías,
sin tener la esperanza de una compensación,
mientras que las mujeres que han ido siendo mías
han recibido en pago siquiera una canción…
¡Ni
una canción me pides! Todas mis poesías
no valen la tragedia muda de esta pasión,
con que en la copa amarga de mis melancolías
el lirio has deshojado que hay en mi corazón…
Tú
me entregaste solo como a los peregrinos
se entregaban las ninfas en los viejos caminos:
¿No soy un alma errante que hace su vida a pie?
Si
por vencerte empiezo, por rendirme concluyo…
¡Pues que libre me dejas, solo quiero ser tuyo!
¡Pues que nada me pides, todo te lo daré!
EMILIO ADOLFO WESTPHALEN
Mundo mágico
Tengo
que darles una noticia negra y definitiva
Todos ustedes se están muriendo
Los muertos la muerte de ojos blancos las muchachas de ojos rojos
Volviéndose jóvenes las muchachas las madres todos mis amorcitos
Yo escribía
Dije amorcitos
Digo que escribía una carta
Una carta una carta infame
Pero dije amorcitos
Estoy escribiendo una carta
Otra será escrita mañana
Mañana estarán ustedes muertos
La carta intacta la carta infame también está muerta
Escribo siempre y no olvidaré tus ojos rojos
Es todo lo que puedo prometer
Tus ojos inmóviles tus ojos rojos
Es todo lo que puedo prometer
Cuando fui a verte tenía un lápiz y escribí sobre tu puerta
Esta es la casa de las mujeres que se están muriendo
Las mujeres de ojos inmóviles las muchachas de ojos rojos
Mi lápiz era enano y escribía lo que yo quería
Mi lápiz enano mi querido lápiz de ojos blancos
Pero una vez lo llamé el peor lápiz que nunca tuve
No oyó lo que dije no se enteró
Sólo tenía ojos blancos
Luego besé sus ojos blancos y él se convirtió en ella
Y la desposé por sus ojos blancos y tuvimos muchos hijos
Mis hijos o sus hijos
Cada uno tiene un periódico para leer
Los periódicos de la muerte que están muertos
Sólo que ellos no saben leer
No tienen ojos ni rojos ni inmóviles ni blancos
Siempre estoy escribiendo y digo que todos ustedes se están muriendo
Pero ella es el desasosiego y no tiene ojos rojos
Ojos rojos ojos inmóviles
Bah no la quiero
LECONTE DE LISLE
Fiat Nox
La
muerte universal parece un flujo marino,
Tranquilo o furioso, ni lento ni apresurado,
Que se eleva, ola tras ola, rugiente, rodado,
Y en los altos peñascos pasa el tiempo anodino.
Si
la felicidad de este vano mundo sin desatino
Se vive, si es un siglo sin fin el día angustiado,
El tormento y la dicha serán sueño de lo soñado
Cuando nuestro pie tropiece con el abismo divino.
¡Oh
corazón del hombre, oh tú, mártir miserable
Que corroes el rencor y el amor has de agotar,
Tú que besas tu cadena y que libre quieres marchar!
¡Mira!
¡La ola sube y viene para devorarte!
¡Tu infierno, en la negra marea, se ha extinguido,
Derramando tu sombra sagrada en el olvido!
Nota: Charles Marie René Leconte de Lisle,
nombre del poeta conocido como Leconte de Lisle.
NANCY BACELO
Si
es un riel
de esos que no corren
aunque debieran correr y
deslizarse no insistas.
No insistas.
