sábado, 18 de noviembre de 2017


FERNANDO DE LA CRUZ




Kaláshnikov



Hablando de poetas explosivos,
fallece hoy el maestro.
Su primer poemario fue un best-seller: el “T-34”
con tiraje de cien mil ejemplares
de fino blindaje, cadencia sostenida, gran poder expresivo,
traducido con letras escarlata a las lenguas de millones de civiles…

Ya en el postboom, su nueva obra maestra,
“AK-47”,
hoy canónica, un clásico moderno,
goza de tal demanda que se halla en colecciones
públicas y privadas; y su terso lenguaje,
tensión dramática, tono contundente,
metáforas que afloran en el pecho de lectores de todas las edades
en ráfagas de versos…

Descansa en paz, poeta Mijaíl Kaláshnikov.
Tocaste nuestras almas:
nos cambiaste la vida ciertamente
a millones y millones
de fantasmas.




TANYA DE FONZ




Cicatriz

Para Carlos Edmundo de Ory y Laura Lachéroy de Ory



Corro dentro de mí
como judía en el holocausto
como mujer embarazada de Acteal
como niña quemada de Hiroshima
como poeta en el GULAG
corro dentro de mí
me encuentro con otros
que también van corriendo
sin saber a dónde vamos
a dónde acudir
en dónde guarecer nuestras manos
nuestra boca desdentada
nuestros cuerpos hechos hilo
corremos dentro de nosotros
somos nosotros mismos quienes nos perseguimos
no nos alcanzamos
cuando nos alcanzamos
ya estamos a un paso de ser nuevamente polvo
cicatriz del alba
cicatriz del tiempo
cicatriz de siglos
Cicatriz encerrada
clausurada
cicatriz en la mejilla
golpeada
de Dios



JULIÁN HERBERT




Delitos contra la salud


Festín o circunstancia 



Como hace varios años que no logro dormirme,
me convertí en la noche que conocí en los libros.
Largos tramos de luna sobre rocas pulidas
y afluentes que se engastan en caracteres chinos.
La mirada de Uther en el talle de Igraine
profetizándole la muerte al duque de Cornualles–
y con ello vergüenza, guerra y blasones, triacas
de láudano que anieblan el insomnio.
Vino ático, cerveza nórdica,
vestimentas ganadas en un juego de azar.
Música de laúd, ángeles en el sueño,
sobrecitos de droga debajo de la mesa
que van de mano en mano.

Amanece y estoy muerto.
Me llevan por las calles como a una zalea,
enturbio los palacios, me duele la cabeza,
estoy gordo de miedo.

Cuando vuelve la noche vuelven mis pesadillas
y me siento feliz:
siluetas homicidas en espera del rey,
túneles que unen cárceles y mares,
codornices rellenas, sexo oral
en los baños del banquete,
Salomé y la cabeza de San Juan.

Frisos de plomo que envilecen las tertulias
de la mente. Fecunda periferia,
suicida rosa mística, núbil oscuridad.
Festín
o circunstancia.


El corazón del sábado en la noche
(Tom Waits bebe con Li Po)
El viento baja del bosque. La luz del bulevar
baila como una vela en el pretil de una ventana.
Cielo tibio. Las montañas forman una corona
alrededor de nosotros. Alguien habla de futbol
entre el llano dormido del estacionamiento
y los gritos que salen a la puerta del bar.
Por la barra, las luces de colores
saltan vasos vacíos,
como en un juego de damas chinas.
La música es un río tembloroso de estrellas.
Una botella de vodka
hace más transparente la luna.


MARÍA GÓMEZ LARA




La gotera

“La luz cae desde ninguna parte”
Wisalwa Szymborska



la luz cae desde ninguna parte
y cae también la sombra

no sabemos de dónde llega el dolor
ni por qué toca nuestra puerta
y no la del vecino

un día como cualquiera
viene a instalarse la pena
y no hay remedio

se acuesta en nuestra cama
come en nuestros platos
lee nuestros libros
oye nuestros discos
y son suyas las canciones
que antes nos gustaban

un día
desde ninguna parte
cae la pena

y entonces nos acostamos
en un rincón de la cama
para que  duerma a sus anchas

comemos al borde del plato
leemos otros libros
cantamos otras canciones en la ducha

cuando llega el dolor
cuando se instala la pena

nos vemos de repente siendo otros
luchando incansables pero en vano

sin saber todavía
cómo se remienda la gotera


LEONARDO VARELA




Baudeleriana



Jeanne Duval era negra
como esos escorpiones que rondan por las ferias
y son inofensivos
salvo para el que los ama

La Venus Negra
la Diosa
bailaba en un bar de París
de cuyo nombre no queremos acordarnos

El poeta acudía cada noche
a padecer la espuma de su danza



De: “Naufragaciones”

DIANA AZCONA TREJO




XIV



Hambre   ruiseñor    lengua
me piden que te cuente la vida
Memoria   abstinencia   clavos
dicen que me escuchas
sangre   tristeza   antibiótico
que mi voz te hace bien
coágulo   neumonía   café
que te diga lo que hago mientras duermes
fiebre   ceremonia   vómito
que los sonidos familiares estimulan tus neuronas
neuronas   neurólogo   neurosis
que la música te ayudaría
Bach   Schumman   ¡Shumman!
que la música que más te gusta
silencio   silencio   silencio
que no, que no me quede callada
silencio   silencio   silencio
me iré mañana a las ocho en punto.



De: “Crónicas de hospital”