viernes, 30 de abril de 2021


 

EMILY BRONTË

 


 

Estrofas para…

 

 

“Bueno, algunos te odiarán, otros te despreciarán,
y otros incluso olvidarán tu nombre.
Pero mi corazón triste siempre lamentará
tus arruinadas esperanzas, tu fama marchitada.”

Así pensaba yo hace una hora,
sollozando por el infortunio de ese desdichado.
Una palabra detuvo mis incesantes lágrimas
e hizo que en mis ojos brillase el sarcasmo.

“¡Bendito sea el polvo afable, dije,
que cubre tu obstinada cabeza!
Vano como eres, y débil,
esclavo de la Falsedad, el Orgullo y el Daño,
no es mi corazón como el tuyo,
ni tiene poder tu alma sobre la mía.”

Se desvanecieron también esas ideas
insensatas, impías y falsas.
¿Acaso desprecio al ciervo tímido
porque sus miembros tiemblan de miedo?

¿Me burlaría del lobo aullando en su agonía
porque su cuerpo es flaco y feo?
¿Oiría con alegría el grito del lebrato
por no ser capaz de morir con valor?

¡No! Entonces, sobre su memoria,
que el corazón de piedad se enternezca.
Digamos: “¡Tierra, sé leve para ese pecho,
y cálido Cielo, concédele a ese alma descanso!”

 

 

1839

 

 

ARTURO GUTIÉRREZ PLAZA

 

 

Escrito a la intemperie

 


Papá, ayer al dormir

olvidaste cerrar los ojos,

quizás por eso se nos ha hecho

tan larga esta noche,

fija en tu mirada

como si poco a poco

se alejara del amanecer.

 

Toda la noche hemos soñado con despertar

para hablarte y contarte las buenas nuevas:

<< Un geranio rojo sorprendió temprano

nuestro jardín, mañana —dicen las noticias—

ha de escampar antes de que baje el sol

y estrenarán en todas las salas de cine

una misma película muda>>.

 

Papá, anoche olvidaste apagar la luz

dejando la puerta de la calle entreabierta,

libre de pestillos,

como para que entrara la noche

y se recostara junto a ti.

 

Oye, ¿me escuchas?

¿por qué no me cuentas algo de tu sueño?

tú sabes, bajito, sin levantar mucho la voz

como si me hablaras con la pura mirada

para que los demás no despierten.

 

Recuerdo que siempre dices que con ella basta

Porque tú y yo nos entendemos.

 

Papá, ¿sabes una cosa?…

 

Mejor es que sigamos durmiendo.

 

Ya mañana, con calma, hablaremos.

 

 

De: “Al margen de las hojas”

 

IVÁN TREJO

 

 


 

Voces del heredado éxtasis inundan el jardín/

no pienses que he muerto/ ni lo sientas/

ni lo digas/ el silencio del estar es todo lo que poseemos/

otra es la voz del agonizante/ no la nuestra

que recorre los hombros desnudos de las preguntas/ no la nuestra

que habita todos esos lugares donde no estamos.

 

 

De: “Hay un jardín”

 

 

ROBERTO MALATESTA

  

 

Un simple espectáculo

 


Mi hija y yo observamos como entrenan perros.
No es por interés en el asunto,
es cierto que nos gustan mucho los animales,
hoy estamos aquí sin más cuestiones.
Apasible espectáculo:
hombres y bestias,
viento y un cielo gris,
luz a lo lejos, en los bordes,
donde quiebran las nubes.
Estamos bien aquí,
la tarde nos parece inmejorable,
echados en el pasto sin nada que hacer,
nada podría resultar mejor, tanto que
yo no se que es esto, como denominarlo,
si felicidad, busco el cómo y el porqué
sin nombre alguno todo me desborda,
sin nombre alguno, no está mal, mejor así.
Todo es inmensidad:
el pasto, el viento, la luz,
Todo importa, empero, nada es importante:
sólo grande y sin peso.
Estamos bien aquí.


ARTURO GUTIÉRREZ PLAZA

 

 

Escritura



Todo comienza con la ilusión de un comienzo. Estás sentado. Sabes que alguien te mira pidiendo cuentas de tu inmóvil pretensión. Los cubiertos sucios sobre el plato atrapan la veleidosa vigilancia que te acompaña. Te reconoces juzgado. Expías tus culpas sin confesor ni confesionario. Te apuras en tragar la hostia sin rezos previos. Sigues allí como si nada: tratando de decir de casi nada casi algo. El tiempo pasa y tú pasas con él, como al comienzo: con la ilusión de un comienzo.

 

De: “Un sobre sin abrir”

 

 

ROBERT CREELEY

 


  

Para Ric, que amó este mundo

 

 

Los sonidos
de su peculiar

música siguen haciendo eco,
permanecen en el suave

aire meses después
de que todo haya desaparecido

en la hierba, en las sombras
que se alargan, en el sol

que se inclina sobre el agua cambiante,
en los bordes de la luz tardía

sobre los altos árboles—
a pesar del inútil

grave
pensamiento

 

 

De: “Espejos”

Versión de Luna Marina Companioni.