"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
viernes, 1 de abril de 2022
GONZALO ROJAS
¿Qué se ama cuando se ama?
¿Qué
se ama cuando se ama, mi Dios: la luz terrible de la vida
o la luz de la muerte? ¿Qué se busca, qué se halla, qué
es eso: ¿amor? ¿Quién es? ¿La mujer con su hondura, sus rosas, sus volcanes,
o este sol colorado que es mi sangre furiosa
cuando entro en ella hasta las últimas raíces?
¿O
todo es un gran juego, Dios mío, y no hay mujer
ni hay hombre sino un solo cuerpo: el tuyo,
repartido en estrellas de hermosura, en partículas fugaces
de eternidad visible?
Me
muero en esto, oh Dios, en esta guerra
de ir y venir entre ellas por las calles, de no poder amar
trescientas a la vez, porque estoy condenado siempre a una,
a esa una, a esa única que me diste en el viejo paraíso.
FRIDA KAHLO
Fragmento (5): Otra carta a Diego Rivera
Diego:
Nada comparable a tus manos, ni nada igual al oro-verde de tus ojos. Mi cuerpo
se llena de ti por días y días. Eres el espejo de la noche. La luz violeta del
relámpago. La humedad de la Tierra. El hueco de tus axilas es mi refugio. Toda
mi alegría es sentir brotar la vida de tu fuente-flor que la mía guarda para
llenar todos los caminos de mis nervios que son los tuyos, tus ojos, espadas
verdes dentro de mi carne, ondas entre nuestras manos. Solo tú en el espacio
lleno de sonidos. En la sombra y en la luz; tú te llamarás auxocromo, el que
capta el color. Yo cromóforo, la que da el color. Tú eres todas las
combinaciones de números. La vida. Mi deseo es entender la línea, la forma, el
movimiento. Tú llenas y yo recibo. Tu palabra recorre todo el espacio y llega a
mis células que son mis astros y va a las tuyas que son mi luz.
JOSÉ EUGENIO SÁNCHEZ
la felicidad es una pistola caliente
la
eta mató a estudiantes guardias choferes enfermeras ministros
el ira a señoras que iban al súper
idi amín a congresistas campesinos jardineros obreros militares jockeys
pederastas sacerdotes
augusto mató las relaciones diplomáticas
nn mató a kennedy
la cia mató a jimi hendrix al wilson jesucristo karen carpenter janis joplin
john lennon beavis & butthead
el fbi a ma baker vincent vega tommy larrin al capone felix pappalardi
la kgb a máíakovski trotsky y bukowski
la bbc mató a lady di
y a la madre teresa de Calcuta
y a 1551 pasajeros del titanic
y a 17 tribunas de la liga premier
la kraft mató a la heinz
la pepsi a la coca
la coca a los gringos
el ddt a los piojos
el lsd a los protestantes
el pvc al poliestireno
al qaeda a sí mismos
el kkk a malcom x bob marley martin luther king garrincha y ótelo
jp ii mató a jp i
aburto a colosio
yolanda a selena
camelia a emilo
fuenteovejuna al comendador
el aburrimiento a syd vicius
o jota simpson no mató a nadie
la policía mató indígenas en chiapas
el manchester con gol de último minuto mató las esperanzas del bayern
la emi mató a the beatles
la us army mató a miles de agresivos ancianos y niños
de korea japón vietnam nicaragua panamá irak yugoslavia
y a 140 de un edificio en oklahoma
el video mató a la estrella de radio
el pri mató 1 972 545 kilómetros cuadrados
la pgr mató dos pájaros de un tiro
la sep mató la ortografía
william burroughs a su esposa
: la
vida es un invento del dinero
SALVADOR NELIDA
Todavía
Un
pájaro
atraviesa la tarde,
una música inmóvil
gira sobre sí misma.
Pronto
se quebrará la luz
en cristales violáceos
y el pequeño esfuerzo
de organizar palabras
resultará increíblemente
fatigoso.
Sin embargo
todavía podremos
beber a oscuras
este momento:
celebrar
el imperioso rito
de la noche,
crear el tiempo.
De. “Las Fábulas insomnes”
DENISE LEVERTOV
La lluvia de cinco días
La
ropa lavada cuelga del limonero
bajo la lluvia
y el pasto, largo y tosco.
La
secuencia, rota. La tensión
de la luz solar, rota.
Tan leve, la lluvia.
finos jirones
que penden sobre las hojas rígidas.
¡Vestite
de rojo! ¡Arrancá los limones verdes
del árbol! No quiero
olvidar lo que soy, lo que ardió en mí
y colgar, limpia y lánguida, como un vestido vacío.
ÓSCAR CASTRO
Coloquio de flauta y viento
Luna
de cantos mojados,
pulida de viento y alba.
Calles de esquinas desnudas.
Casas de ciegas ventanas.
En
una esquina sin nadie,
el viento encontró a la flauta;
sobre el agua de la música
se le murieron las alas
y se vistió de colores
como un país en un mapa.
Por
las aceras desiertas
iban el viento y la flauta.
Como el viento estaba herido,
la música lo llevaba.
Iban
buscando los ojos
de los niños qué soñaban
para lamerlos de azul
con su caricia delgada.
Con
la frescura del canto
los hombres se despertaban
y se dormían de nuevo,
entre el sonido y el alba.
Quebró
su junco la música;
el viento giró buscándola.
Quedó la calle ceñuda
como una mala palabra.
Gallos
batieron las alas
para que el canto volara.
En
la cubierta del día
se deshojaron campanas.
