"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
sábado, 24 de abril de 2021
SANTA TERESA DE ÁVILA
A una profesa
¡Oh!,
dichosa tal zagala
que hoy se ha dado a un tal Zagal
que reina y ha de reinar.
Venturosa
fue su suerte
pues mereció tal Esposo:
ya yo, Gil, estoy medroso,
no la osaré más mirar,
pues ha tomado marido
que reina y ha de reinar.
Pregúntale
qué le ha dado
para que lleve a su aldea.
El corazón le ha entregado
muy de buena voluntad.
Mi fe, poco le ha pagado
que es muy hermoso el Zagal,
que reina y ha de reinar.
Si
más tuviera más diera.
¿Por qué le avisas, carillo?
Tomemos el cobanillo,
sírvanos, deja sacar,
pues ha tomado marido,
que reina y ha de reinar.
Pues
vemos lo que dio ella,
¿qué le ha de dar el Zagal?
Con su sangre la ha comprado.
¡Oh qué precioso caudal,
y dichosa tal zagala,
que contentó a este Zagal!
Mucho
le debía de amar,
pues le dio tan gran tesoro.
¿No ves que se lo da todo,
hasta el vestir y calzar?
Mira que es ya su marido,
que reina y ha de reinar.
Bien
será que la tomemos,
para este nuestro rebaño,
y que la regocijemos
para ganar su amistad,
pues ha tomado marido,
que reina y ha de reinar.
EMILY BRONTË
El viento nocturno
En
la suave medianoche del estío,
Una luna despejada brilló
A través de nuestra ventana
Y los rosales bañados en rocío.
Me
senté en la reflexión silenciosa;
El viento suave agitó mi cabello;
Me dijo que cielo era un destello,
Y la tierra durmiente, justa.
No
necesité sus toques
Para alimentar estos pensamientos;
Así y todo susurró, diciendo,
“¡Cuán oscuros serían los bosques!”
“Las
hojas gruesas en mi murmullo
Crujen como en un sueño,
Y de sus incontables voces es dueño
Un instinto que parece arrullo”.
Dije,
“Ve, apacible murmurante,
Tu cortés melodía es única:
Pero no pienses que su música
Tiene el poder de alcanzar mi mente.”
“Juega
con la flor perfumada,
La rama tierna del joven árbol,
Y deja mis sentimientos humanos
En su propio cauce inquieto.”
El
vagabundo no me oyó:
Su beso se entibió cálidamente:
“¡Oh, Ven!” suspiró dulcemente;
“Seré yo contra tu voluntad”
“¿No
fuimos amigos en la infancia?
¿No te he amado hace mucho tiempo?
Mientras tú, la noche solemne,
Mi canto despertabas con tu silencio.”
“Que
cuando repose tu corazón
Bajo la fría lápida de cemento,
Yo tendré tiempo para el lamento,
Y tú para estar sola.”
PERCY BYSSHE SHELLEY
Soy como un espíritu que mora
Soy
como un espíritu que mora
en lo más hondo del corazón.
Siento sus sentimientos,
pienso sus pensamientos
y escucho las conversaciones más íntimas del alma,
la voz que sólo se oye en el rumor de la sangre,
cuando el vaivén de los latidos
se asemeja al sosegado oleaje del océano estival.
He
desatado la melodía dorada
de su alma profunda y me he zambullido en ella
y, como el águila en medio de la bruma y la tormenta,
he dejado que mis alas se adornasen
con el fulgor de los rayos.
JUAN CERVERA
Cancioncilla de la palabra
Cayó
la palabra al río;
calló
y calló la palabra
y se
hizo silencio el grito.
Cayó
la palabra al agua
y un
travieso pececillo
rompió
la palabra en sílabas
y
dijo lo que no dijo.
Cayó
y cayó la palabra
en
un profundo mutismo
y el
agua calló y calló
y el
silencio se hizo río.
México D. F., 17
septiembre 2009
OZAM YEHYA
con
el pecho en el dolor y sin espalda
o
será que tanta nicotina no me alcanza
para
ir del dicho al trecho
derecho
de ladito o chueco
no
me basta el espacio (libre de humo y preso)
para
patear el pesebre del alquitrán
y
aquí están al tris tras
las
bocanadas cenizas pachecas o erizas
cagados
de la risa
clavadas
en la textura del zaguán
y
sus escaramuzas
dándole
la cara a las musas
de
repente ni cuenta te das
pero
ya ni te las cruzas
más
bien las usas y las rehusas…