sábado, 24 de abril de 2021


 

RICARDO LABRA

 


La casa de un artista. El sarcófago de un exhibicionista.

SANTA TERESA DE ÁVILA

 

  


A una profesa

 


¡Oh!, dichosa tal zagala
que hoy se ha dado a un tal Zagal
que reina y ha de reinar.

Venturosa fue su suerte
pues mereció tal Esposo:
ya yo, Gil, estoy medroso,
no la osaré más mirar,
pues ha tomado marido
que reina y ha de reinar.

Pregúntale qué le ha dado
para que lleve a su aldea.
El corazón le ha entregado
muy de buena voluntad.
Mi fe, poco le ha pagado
que es muy hermoso el Zagal,
que reina y ha de reinar.

Si más tuviera más diera.
¿Por qué le avisas, carillo?
Tomemos el cobanillo,
sírvanos, deja sacar,
pues ha tomado marido,
que reina y ha de reinar.

Pues vemos lo que dio ella,
¿qué le ha de dar el Zagal?
Con su sangre la ha comprado.
¡Oh qué precioso caudal,
y dichosa tal zagala,
que contentó a este Zagal!

Mucho le debía de amar,
pues le dio tan gran tesoro.
¿No ves que se lo da todo,
hasta el vestir y calzar?
Mira que es ya su marido,
que reina y ha de reinar.

Bien será que la tomemos,
para este nuestro rebaño,
y que la regocijemos
para ganar su amistad,
pues ha tomado marido,
que reina y ha de reinar.

 

 

EMILY BRONTË

 

 

  

El viento nocturno

 


En la suave medianoche del estío,
Una luna despejada brilló
A través de nuestra ventana
Y los rosales bañados en rocío.

Me senté en la reflexión silenciosa;
El viento suave agitó mi cabello;
Me dijo que cielo era un destello,
Y la tierra durmiente, justa.

No necesité sus toques
Para alimentar estos pensamientos;
Así y todo susurró, diciendo,
“¡Cuán oscuros serían los bosques!”

“Las hojas gruesas en mi murmullo
Crujen como en un sueño,
Y de sus incontables voces es dueño
Un instinto que parece arrullo”.

Dije, “Ve, apacible murmurante,
Tu cortés melodía es única:
Pero no pienses que su música
Tiene el poder de alcanzar mi mente.”

“Juega con la flor perfumada,
La rama tierna del joven árbol,
Y deja mis sentimientos humanos
En su propio cauce inquieto.”

El vagabundo no me oyó:
Su beso se entibió cálidamente:
“¡Oh, Ven!” suspiró dulcemente;
“Seré yo contra tu voluntad”

“¿No fuimos amigos en la infancia?
¿No te he amado hace mucho tiempo?
Mientras tú, la noche solemne,
Mi canto despertabas con tu silencio.”

“Que cuando repose tu corazón
Bajo la fría lápida de cemento,
Yo tendré tiempo para el lamento,
Y tú para estar sola.”

 

 

 

PERCY BYSSHE SHELLEY

 

  

 

Soy como un espíritu que mora

 

 

Soy como un espíritu que mora
en lo más hondo del corazón.
Siento sus sentimientos,
pienso sus pensamientos
y escucho las conversaciones más íntimas del alma,
la voz que sólo se oye en el rumor de la sangre,
cuando el vaivén de los latidos
se asemeja al sosegado oleaje del océano estival.

He desatado la melodía dorada
de su alma profunda y me he zambullido en ella
y, como el águila en medio de la bruma y la tormenta,
he dejado que mis alas se adornasen
con el fulgor de los rayos.

 

 

JUAN CERVERA

 

 

 

 

Cancioncilla de la palabra

 


Cayó la palabra al río;

calló y calló la palabra

y se hizo silencio el grito.

  

Cayó la palabra al agua

y un travieso pececillo

rompió la palabra en sílabas

y dijo lo que no dijo.

 

Cayó y cayó la palabra

en un profundo mutismo

y el agua calló y calló

y el silencio se hizo río.

 

México D. F., 17 septiembre 2009

 

OZAM YEHYA

 

  


 

con el pecho en el dolor y sin espalda

o será que tanta nicotina no me alcanza

para ir del dicho al trecho

derecho de ladito o chueco

no me basta el espacio (libre de humo y preso)

para patear el pesebre del alquitrán

y aquí están al tris tras

las bocanadas cenizas pachecas o erizas

cagados de la risa

clavadas en la textura del zaguán

y sus escaramuzas

dándole la cara a las musas

de repente ni cuenta te das

pero ya ni te las cruzas

más bien las usas y las rehusas…