"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 7 de mayo de 2020
ANDRÉ BRETON
El penacho
Si
solamente hiciera sol esta noche
Si
en el fondo de la Ópera dos senos claros y resplandecientes
Compusieran
para la palabra amor la más maravillosa capitular viviente
Si
el pavimento de madera se abriera sobre la cima de las montañas
Si
el armiño mirara con gesto suplicante
Al
sacerdote de vendas rojas
Que
regresa de la prisión contando los coches cerrados
Si
el eco lujoso de los ríos que atormento
Sólo
arrojara mi cuerpo en la hierba de París
Que
no se hiela en el interior de las joyerías
Por
lo menos la primavera ya no me causaría miedo
Si
solamente fuera una raíz del árbol del cielo
Por
fin el bien en la caña de azúcar del aire
Qué
ves tú hermosa silenciosa
Bajo
el arco de triunfo del Carrusel
Si
el placer gobernara bajo el aspecto de una eterna transeúnte
Estando
las Cámaras surcadas sólo por la mirada violeta de los paseos
Qué
no daría yo porque un brazo del Sena Se deslizara bajo la Mañana
Que
está de todas formas perdida
No
me resigno no a las salas acariciantes
Donde
suena el teléfono de las multas de la noche
Al
partir he prendido fuego a una mecha de cabellos
que
es la mecha de una bomba
Y
la mecha de cabellos excava un túnel bajo París
Si
solamente mi tren Penetrara Por ese túnel
EDGAR LEE MASTERS
Cooney Potter
De
mi padre heredé cuarenta acres
y trabajando mi esposa, mis dos hijos
y dos hijas de sol a sol, me hice de mil acres.
Pero no satisfecho,
queriendo ser dueño de dos mil acres,
corrí por los años con hacha y arado
trabajando con privaciones yo, mi esposa, mis hijos
y mis hijas.
Squire Higbee me hace una injusticia al decir
que morí por fumar puros Red Eagle.
Comer pay caliente y tragar café
durante las horas en que más quema el sol
de la cosecha...
Eso es lo que me trajo aquí
antes de cumplir mis sesenta años.
y trabajando mi esposa, mis dos hijos
y dos hijas de sol a sol, me hice de mil acres.
Pero no satisfecho,
queriendo ser dueño de dos mil acres,
corrí por los años con hacha y arado
trabajando con privaciones yo, mi esposa, mis hijos
y mis hijas.
Squire Higbee me hace una injusticia al decir
que morí por fumar puros Red Eagle.
Comer pay caliente y tragar café
durante las horas en que más quema el sol
de la cosecha...
Eso es lo que me trajo aquí
antes de cumplir mis sesenta años.
SARA DE IBAÑEZ
Tú,
por mi pensamiento
¿Que se estiró la tierra
hasta el gemido?
¿Que fue el cielo sonando sus campanas azules
desde el pálido sueño a la sangre que sufre?
¿Que se ha cruzado un río,
llanto y llanto?
¿Que se han cruzado veinte galopes de cristales,
con sus veinte misterios llenos de claridades?
¿Que se alzó la montaña
poderosa?
¿Que alargó el alto hielo su selva inmaculada?
¿Que las rocas crecieron para tapar tu cara?
¿Que el viento se hizo espeso
como piedra,
como una inmensa rueda de vidrio turbulento
girando entre tus sienes y el rumor de mis besos?
¿Que el espacio se burla
de mis ojos?
¡Ah, no! Yo sé el camino para poder hallarte.
La muerte me ha mirado caminar por sus valles.
¿Que se estiró la tierra
hasta el gemido?
¿Que fue el cielo sonando sus campanas azules
desde el pálido sueño a la sangre que sufre?
¿Que se ha cruzado un río,
llanto y llanto?
¿Que se han cruzado veinte galopes de cristales,
con sus veinte misterios llenos de claridades?
¿Que se alzó la montaña
poderosa?
¿Que alargó el alto hielo su selva inmaculada?
¿Que las rocas crecieron para tapar tu cara?
¿Que el viento se hizo espeso
como piedra,
como una inmensa rueda de vidrio turbulento
girando entre tus sienes y el rumor de mis besos?
¿Que el espacio se burla
de mis ojos?
¡Ah, no! Yo sé el camino para poder hallarte.
La muerte me ha mirado caminar por sus valles.
FANOR TELLEZ
País: nuestra victoria
Los
jóvenes se cansaron de ver la belleza
de los países más hermosos, su bien, su libertad admirable,
lejos de aquí.
Hastiados de buscar el Paraíso extraterritorial,
abandonaron su deseo de ir allí.
Hartos de dictadura,
de disfraces
y de todo el falso amor del mundo,
volvieron hacia sí,
y en sus cuerpos
estaban las terrazas de la primavera.
La perfecta correspondencia del sueño
con la realidad,
del bien con la humanidad,
de la belleza con lo que no mengua.
Allí profundo contemplamos ahora
el más libre y puro país,
en su desinterés de morir para sí
con valor sin fin.
Desde el estío al aguacero,
entre el ideal y la historia
no cae la sombra.
Ese lugar, es nuestra patria nueva,
que en ellos se ha develado.
Destruyan aquí los asesinos lo que destruyan
¿Cómo podrán destruir la perfecta correspondencia?
¿Quién después de esta visión desea ir a buscarla en otro lugar,
donde no somos?
La tierra de nuestra naturaleza,
aquí y ahora la podemos tocar.
El déspota ha extraviado su destino, no la alcanzará.
Ya perdió
de los países más hermosos, su bien, su libertad admirable,
lejos de aquí.
Hastiados de buscar el Paraíso extraterritorial,
abandonaron su deseo de ir allí.
Hartos de dictadura,
de disfraces
y de todo el falso amor del mundo,
volvieron hacia sí,
y en sus cuerpos
estaban las terrazas de la primavera.
La perfecta correspondencia del sueño
con la realidad,
del bien con la humanidad,
de la belleza con lo que no mengua.
Allí profundo contemplamos ahora
el más libre y puro país,
en su desinterés de morir para sí
con valor sin fin.
Desde el estío al aguacero,
entre el ideal y la historia
no cae la sombra.
Ese lugar, es nuestra patria nueva,
que en ellos se ha develado.
Destruyan aquí los asesinos lo que destruyan
¿Cómo podrán destruir la perfecta correspondencia?
¿Quién después de esta visión desea ir a buscarla en otro lugar,
donde no somos?
La tierra de nuestra naturaleza,
aquí y ahora la podemos tocar.
El déspota ha extraviado su destino, no la alcanzará.
Ya perdió
RAMON DE CAMPOAMOR
Así
un esposo le escribió a su esposa:
«O vienes o me voy. ¡Te amo de modo
que es imposible que yo viva, hermosa,
un mes lejos de ti!
¡Mi amor es tan profundo, tan profundo,
que te prefiero a todo, a todo!...»
Y ella exclamó: «¡No hay nada en este mundo
que él quiera como a mí!»
Mas pasan unos meses, y la escribe:
«¡Qué hermoso debe estar nuestro hijo amado!
¡Sólo él, él sólo en mis entrañas vive!
Piensa en él más que en ti,
su cuna se pondrá junto a mi cama.
No hay cielo para mí más que a su lado.»
Y ella prorrumpe: «¡Es que, el ingrato, ya ama
al hijo más que a mí!»
Después de algunos años le escribía:
«Espérame. Ya sabes lo que quiero:
mucho orden, mucha paz y economía.
¿Estás? Yo soy así.
Cierra el coche: me espanta el reumatismo;
avísale que voy al cocinero.»
Y ella pensó: «¡Se quiere ya a sí mismo
más que al hijo y a mí!»
«O vienes o me voy. ¡Te amo de modo
que es imposible que yo viva, hermosa,
un mes lejos de ti!
¡Mi amor es tan profundo, tan profundo,
que te prefiero a todo, a todo!...»
Y ella exclamó: «¡No hay nada en este mundo
que él quiera como a mí!»
Mas pasan unos meses, y la escribe:
«¡Qué hermoso debe estar nuestro hijo amado!
¡Sólo él, él sólo en mis entrañas vive!
Piensa en él más que en ti,
su cuna se pondrá junto a mi cama.
No hay cielo para mí más que a su lado.»
Y ella prorrumpe: «¡Es que, el ingrato, ya ama
al hijo más que a mí!»
Después de algunos años le escribía:
«Espérame. Ya sabes lo que quiero:
mucho orden, mucha paz y economía.
¿Estás? Yo soy así.
Cierra el coche: me espanta el reumatismo;
avísale que voy al cocinero.»
Y ella pensó: «¡Se quiere ya a sí mismo
más que al hijo y a mí!»
Suscribirse a:
Entradas (Atom)