lunes, 16 de junio de 2014

MIGUEL ARTECHE SALINAS


 


 

Hay hombres que nunca partirán,
Y se les ve en los ojos,
Pues uno recuerda sus ojos
Muchos años después de que han partido.

Pueden estar lejanos,
Pueden aparecer a medianoche
(Si están muertos)
Y jugar a que viven.
Pero siempre, con la desolación de su ausencia,
Uno comprende que no han vivido en vano,
Y que su esperanza
Es la única esperanza digna de ser vivida.

Y los hombres que nunca partirán
Suelen no aparecer en los periódicos,
No se habla de ellos en las radios,
Su imagen no gesticula en la televisión:
No son gente importante,
No circulan entre las altas esferas.

Son aquellos
Que aceptaron el sufrimiento
Y lo hicieron suyo para la salvación de otros hombres
Sin decir una sola palabra:
Pero dejaron abiertos, bien abiertos sus ojos
Para que nunca los olvidemos cuando ellos hayan partido.

 

PABLO NERUDA


 
 

Allá voy, allá voy, piedras, esperan!

 
 

ALLÁ voy, allá voy, piedras, esperen!

Alguna vez o voz o tiempo
podemos estar juntos o ser juntos,
vivir, morir en ese gran silencio
de la dureza, madre del fulgor.

Alguna vez corriendo
por fuego de volcán o uva del río
o propaganda fiel de la frescura
o caminata inmóvil en la nieve
o polvo derribado en las provincias
de los desiertos, polvareda
de metales,
o aún más lejos, polar, patria de piedra,
zafiro helado,
antártica,
en este punto o puerto o parto o muerte
piedra seremos, noche sin banderas,
amor inmóvil, fulgor infinito,
luz de la eternidad, fuego enterrado,
orgullo condenado a su energía,
única estrella que nos pertenece.

 

 

 

GABRIELA MISTRAL


 

La Cajita de Olinala

 

Cajita mía
de Olinalá,
palo-rosa,
jacarandá.

Cuando la abro
de golpe da
su olor de reina
de Sabá.

¡Ay, bocanada
tropical:
clavo, caoba
y el copal!

La pongo aquí,
la dejo allá;
por corredores
viene y va.

Hierve de grecas
como un país:
nopal, venado,
codorniz,

los volcanes
de gran cerviz
y el indio aéreo
como el maíz.

Así la pintan,
así, así,
dedos de indio
o colibrí;

y así la hace
de cabal
mano azteca,
mano quetzal.
 

II
 

Cuando la noche
va a llegar,
porque me guarde
de su mal,

me la pongo
de cabezal
donde otros ponen
su metal.

Lindos sueños
que hace soñar;
hace reír,
hace llorar:

Mano a mano
se pasa el mar,
sierras mellizas
campos de arar.

Se ve al Anáhuac
rebrillar,
la bestia-Ajusco
que va a saltar,

y por el rumbo
que lleva al mar,
a Quetzalcóatl
se va a alcanzar.

Ella es mi hálito,
yo, su andar;
ella, saber;
yo, desvariar.

Y paramos
como el maná
donde el camino
se sobra ya,

donde nos grita
un ¡halalá!
el mujerío
de Olinalá.

 

 

 

EFRAÍN BARQUERO


 

Puertas de China

 

Extranjero, detente en mis murallas
contengo tantos muertos que entera soy de cal y espinas
mi tempestad será de cenizas extinguidas hace siglos
te quemaré como al caballo de la estepa.
Sarmentosa soy como la más pura claridad
fiera como un terrible leprosario
no verás mi desnudez que el viento cuida
conmigo dormirás sin conocerme
en mis rodillas dormirás el sueño devastado del invierno
oirás sólo el tifón
el puñado de los huesos enemigos que en mí no encuentran el reposo.
Para tí seré ausencia de raíces
un río turbio, un fruto descarnado
en mi manto hay un tambor que batiré por ti mientras existas
hueso contra hueso morderás el arroz podrido del esclavo.
Olvidarán los hijos y los padres
todo aquel que en mi pecho exprimido se formó
en ti seré siempre este fragor del tifón en las estepas milenarias
la sequedad, el frío de mis uñas
el coro de mi hambriento en tus oídos.
En el hombre encontrarás refugio
en el templo hallarás el aire que te niego
junto a Buda la oscuridad de mi memoria
de mí saldrás como has venido
no verás sino mi anchura inabarcable
no tendrás otra cosa que el silencio.

 

 

FERNANDA SIERRA



 

Adiós a Dios

  

adiós le digo a los muertos.......

haciendo jerga en sus almohadas

adiós les digo
mientras se acomodan en mis palabras
mientras se acomodan en mi alma

adiós .....
me voy.....
con sangre en mis ojos
con larvas en mi cerebro
adiós ....

colmada
en un abismo perdido
sumida en el

y DIOS?
me prometió otra vida
pero no la encuentro
e vivido todo el tiempo
en el infierno

señor ......por que me mintió?
es usted un ángel?

 

 

 

EDUARDO FARIÑA POVEDA


 


Dale tiempo al pajar para que oculte la aguja

  

DALE TIEMPO AL PAJAR PARA QUE OCULTE LA AGUJA
Proporciónale las herramientas necesarias para la tarea
De querer que otros te ayuden eufóricamente
Debes caerles del cielo como la aguja en aquel infierno
Portarse mal les hará un bien
Jaque mate a tres jugadas es de pésimo gusto
Y que te importa todo eso ahora si bien
todo esto es demasiado
dale de todas formas tiempo al pajar
se tu mismo el pajar
esperando a tu aguja desde el cielo.