"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 16 de noviembre de 2017
ÁNGEL CARLOS SÁNCHEZ
Exposición a la ausencia
(Impresiones acerca del sentido del
sinsentido)
Hoy,
caminar bajo un cielo poco estable es tentalear con todos los sentidos.
Uno es
tan sensible a veces que detenerse es distinto.
Los
cambios de la atmósfera influyen pero no determinan a quien nos ve:
cruzamos
los brazos, alzamos los hombros, nos acurrucamos en algún deseo,
observamos
la claridad con ojos entrecerrados…
Lo que
nos vuelve vulnerables es la añoranza
de una
sombra dulce.
La
melancolía es a veces un indicador grato de que estamos habitando también
otro
lado del mundo donde alguien nos desea.
¿Quieres
percibirme?
Entre
todas las palabras, como entre todas las islas,
hay
puentes por los que puede atravesar la necesidad.
Empeñados
en hablar del abandono
la
puerta atrancada de una casa no logra perturbarme.
Entiendo
que sea complicado comprender una actitud de tanto desapego.
Quedarme
sin un lugar me descompone no tan urgentemente.
La
realidad nunca es historia de tanto peso como la imaginación.
Olvidar
incendiados los barcos de la confianza es algo que preocupa,
respirar
en el agua al ras de la memoria.
La
unión entre tú y tus días me conmueve con unas imprecisas ganas de todo el
cuerpo,
cuando
revelas frente a frente cosas que has perdido:
besos
dinteles, combas caricias, catárticas columnas.
Ahora
que tu boca percibe el tiempo quebrajándose
viene
de lejos el eco de un aullido,
un
ulular que avisa de algo lúgubre.
Al
fondo de tus palabras tu calle tal vez asoma por otras ventanas.
Todo el
mundo está cada vez más ausente.
Te
confieso un poco de tristeza.
Ojalá
olvidara las señales que intentan describirla.
Hace
algunas locuras pretendía ser un signo.
Padecimiento
espiritual favorecido
por asfixiantes
modos de control, las acciones cotidianas.
Mis
días frenan líneas arriba ante la tentación de un sitio placentero.
Afortunadamente
somos fantasía sólida.
¿Disfrutaremos
mañanas subjetivas,
consciente
amor detrás de las voces más delgadas?
ALEJANDRA LERMA
Lo
único importante es elegir si me quedo
cualquier otra decisión se hace pequeña, tonta
cualquier otra decisión se hace pequeña, tonta
Debo
medir el peso entre las manos
quedarme con las noches de profunda luz
o cerrar las cortinas para siempre
quedarme con las noches de profunda luz
o cerrar las cortinas para siempre
Debo
elegir
si amar
o perpetuarme en un recuerdo
vago, transitorio
como toda memoria
si amar
o perpetuarme en un recuerdo
vago, transitorio
como toda memoria
Quedarme
y asumir la lluvia
no quejarme de los zapatos huecos
agradecer el agua
no quejarme de los zapatos huecos
agradecer el agua
Lo
único importante es elegir si me quedo
si me abrazo a mi cuerpo
y me contengo a mí misma
como un dique
si me abrazo a mi cuerpo
y me contengo a mí misma
como un dique
Si no
me dejo caer
MARGARITA MEJÍA
Un verano largo, muy largo
con
árboles secos y pájaros muertos
días y días de sol
noches calientes
inagotables
días y días de sol
noches calientes
inagotables
De vez
en cuando un aguacero fugaz
es absorbido por la tierra
levanta humo y traquean las grietas
es absorbido por la tierra
levanta humo y traquean las grietas
Perros
que pasan en los huesos
buscando migas de pan
buscando tanques en los patios
para saciar la sed
buscando migas de pan
buscando tanques en los patios
para saciar la sed
El
pasto se quema con facilidad
las vacas
sólo costillas forradas de pelo
las vacas
sólo costillas forradas de pelo
Llegan
con las rodillas dobladas
hasta la sombra de un árbol
y allí esperan la muerte
hasta la sombra de un árbol
y allí esperan la muerte
Un
verano largo como los rieles de un tren.
ANGÉLICA HOYOS GUZMÁN
Suerte
Qué
suerte ser Angélica,
planta
medicinal afrodisíaca.
Qué
suerte no ser Cortázar,
víctima
de alguna caja china.
Qué
suerte no ser Gates,
ícono
económico de una ventana repetida.
Qué suerte
no ser Dalí,
en la
realidad de los ojos cortados por navajas.
Qué
suerte no ser Chomsky,
esa
competencia sumergida en el mundo.
Qué
suerte ser Angélica,
caminar
por mis calles silentes
arrastrando
la música de una lata vacía.
Qué
suerte ser Angélica,
vivir
suspendida en el abismo minúsculo de este nombre.
Qué
suerte sentir los golpes,
ver los
moretones y la brisa que los toca.
Qué
suerte morir para renacer en palabras no dichas.
Qué
suerte contar soledades en gotas de lluvia.
Qué
suerte ser otro humano,
con eso
es suficiente.
ANGELA VALLE
Tú, ¿eres el otro?
¿Tú eres el otro? No. eres tú mismo.
A quien mi sangre no ha esperado en vano.
Y el mediodía de mi vida quiso
Hacerte sol lumínico en mi mano.
Tu eres el soñado hoy, y mañana.
El surco soy para tu amable grano.
El polen eres tú que se agiganta
Para sembrarse en mi, yo no se cuando…
¿Quién dice que eres el otro?
ADRIANO DEL VALLE
Otoño, viento amarillo...
Otoño,
viento amarillo...
vientecillo trotador
que e campo como a un asnillo,
carga de odres de olor...
otoño, viento amarillo...
vientecillo trotador
que e campo como a un asnillo,
carga de odres de olor...
otoño, viento amarillo...
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