martes, 10 de octubre de 2017


ALFREDO CHACON



  
Nada mío



De pronto
yo en mí
al descampado y sólo en mí.
Desatado
conmigo
sin nada mío
sin distancia con nadie.



ADRIANA PÉREZ




Título imposible



Si el corazón no me estalla
a causa de constelaciones de imágenes;
si el cuerpo en que ostento revoluciones intrínsecas
se mantiene entero —o relativamente útil;
si mis pies se detienen ante el barranco
para desandar sus pasos y sucumbir a las necesidades
censuradas del vientre;
si descubro, pues, un remedio temporal
a la ansiedad por las manías fuera del protocolo;
habré de llamarte desde una desordenada habitación
para encontrarnos antes que la tinta;
habré de contemplarte en la inmovilidad sonora del instante.

Sabré, al romperse el gastado hilo
lo que hace tiempo sabía.


IVÁN TUBAU




Dean Moriarty ya no vive aquí

                                             In memoriam Jack Kerouac



Es una bomba el corazón, y un día
estallará en tus manos sin remedio.



De "La quijada de Orce" 

ANDREA OCAMPO




Para todo lo demás



No entiendo esa propaganda.
Las otras sí. Las de antes.
Nos divertimos
de sobremesa comentando
propagandas viejas.
La emoción fácil de
tararear jingles.
Evocamos productos,
usos y costumbres
un pasado compartido
de afiches y slogans.
En el aire, en las calles,
en parques y escuelas
la publicidad arrastra
palabras nuevas, ideas nuevas.
Relucen
como trocitos de vidrio,
como piedritas gastadas
por el agua,
se han ido cayendo de carteles,
radios y televisores.
En la casa de la
propaganda se han refugiado
algunos poetas.
Han roto los baños
y vaciaron la heladera.
Duermen en el piso
y meten los dedos sucios
en sus frascos de colores.
No entienden la propaganda.
Dicen que es más fácil leer poesía.


DOUGLAS TÉLLEZ




El acero de Toledo
“ Nosotros no hablamos “mal” el castellano:
hablamos “otro” castellano que no es lo mismo”




Las espadas de Toledo no son las mejores del mundo
si no aquella templada y oportuna hoja
que me ha sacado triunfante e ileso
al librar duelo de valor y filo.
Yo no Ezpañol aclaro.
Digo malas palabras con las cuales me hago entender.
Ignoro las tiránicas reglas del idioma
cuando enamoro a una mujer
cuando lleno de júbilo celebro y me embriago
con mis amigos o cuando puteo a mis enemigos
(Aclaro no tengo enemigos, yo soy mi peor y único enemigo)
Jamás me arrodillo ante las severas formalidades de los
grámaticos de púrpuras togas doctorales. Soy un ortógrafo
Sin límites. Yo no hablo Ezpañol, ni creo que en Toledo
se forjen las mejores espadas del mundo.



MANUEL IRIS




Ecos
             

                    
Mordida por su edad
mi abuela le habla al anterior
que la vio por mis ojos:

 ¿No te dolió jamás
dejarme así, con cinco niños?
¿No nos pensabas nunca?

Me siento culpable del silencio
que mi rostro, antes de mí, guardó

pero le aclaro: amor, yo soy tu nieto,
el primer hijo de tu hijo menor,

soy el que vive lejos.

Ya decía yo, me dice, que no tenía sentido
que yo fuera una vieja
y tú siguieras igual.

Me abraza con alivio,
como si esa conversación
entre nosotros
acabara

pero sucederá, como es costumbre,
la siguiente vez que nos veamos.