Sueño
XV
A
María Delgado Rodas
...Sueño
que fuiste impulso de mi latido,
y alas en mi anhelar:
Te mata la vida que nutriste,
como la flor el fruto nacido de sus galas.
y alas en mi anhelar:
Te mata la vida que nutriste,
como la flor el fruto nacido de sus galas.
Afán
que me hechizaste de tan triste,
pensamiento clavado
en mis frágiles pulsos; estilete sutil:
a esa punta que hincaste pereces, traspasado.
Loco sueño disuelto en mi sangre febril:
¡esa sangre te ahoga!
...Morir te miro, ensueño
que fue yo toda -como fue tronco toda hoguera,
y charco toda nube- en un trasvasamiento
imperceptible, blando, como un deshojamiento de rosa,
en un temblor de atravesada mariposa.
pensamiento clavado
en mis frágiles pulsos; estilete sutil:
a esa punta que hincaste pereces, traspasado.
Loco sueño disuelto en mi sangre febril:
¡esa sangre te ahoga!
...Morir te miro, ensueño
que fue yo toda -como fue tronco toda hoguera,
y charco toda nube- en un trasvasamiento
imperceptible, blando, como un deshojamiento de rosa,
en un temblor de atravesada mariposa.
Morir
te miro, ensueño,
como el árbol mirara arder el vicio leño
cortado de su rama, o pudrirse la hoja
como el árbol mirara arder el vicio leño
cortado de su rama, o pudrirse la hoja
de
cuyo muerto libre saldrá la yema roja.
Morir te miro, ensueño,
y tu postrer tristeza es ya casi alegría,
¡y tu último suspiro es ya casi esperanza!
Morir te miro, ensueño,
y tu postrer tristeza es ya casi alegría,
¡y tu último suspiro es ya casi esperanza!
...Hoja
muerta, que vuelves a la tierra madura:
¿en qué capullo nuevo, húmedo de ternura,
renacerás mañana, ensueño en agonía...?
¿en qué capullo nuevo, húmedo de ternura,
renacerás mañana, ensueño en agonía...?
Fuimos,
en sueños compañeros
Fuimos, en sueños, compañeros:
la vigilia no nos unió.
¡Sólo en los sueños traicioneros
su pie a mi paso se ajustó!
Fuimos, en sueños, compañeros:
la vigilia no nos unió.
¡Sólo en los sueños traicioneros
su pie a mi paso se ajustó!
Labios
gemelos en el ansia:
¡no unisteis nunca vuestro ardor!
Pupilas, astros de constancia:
¡nunca rimasteis un fulgor!
¡no unisteis nunca vuestro ardor!
Pupilas, astros de constancia:
¡nunca rimasteis un fulgor!
Jamás
la diestras se estrecharon;
los labios sedientos no hablaron;
pero el juramento existió.
los labios sedientos no hablaron;
pero el juramento existió.
Nunca
las bocas se besaron;
¡de los besos que no quemaron,
brasa fue el doble corazón!
¡de los besos que no quemaron,
brasa fue el doble corazón!