lunes, 21 de abril de 2014

ENQUILLO SÁNCHEZ


 

Llovizna


Uno abre los armarios
A veces uno abre los armarios
buscando no se sabe qué cosas          qué fotografía
qué monedero roto en que no cupieron las monedas
Ya no quedan monedas          Uno sabe que ha sido pobre
durante noventa años de lluvias y golondrinas
Quizá encuentre uno polainas que no resistieron la muerte
los polvos de una abuela que nunca fue a desfiles
tijeras que recortan la tristeza
y el hábito de la tristeza
la presumible flor en las páginas de un libro
que nadie leyó porque los novios ya se fueron
trajes que están bailando un vals de naftalina
espejos de media luna y espejos de gorrión nevado
quizá una mariposa que no sabe cómo volar
dentro de las páginas de un amor que encuadernó el otoño
relojes que dan la hora y buenos días
cuadernos escritos con tinta y caramelo
que devoran diminutas hormigas cantarinas
títulos de una propiedad que el Estado no ha reconocido
los quesillos de almendra que Bilita guardaba en su gaveta
los pagarés          los recibos          las llaves
del paraíso o de la cuartería o del olvido
la infancia archivada como un expediente de la brisa
los labios de una muchacha que dijo sí toda la vida
las notas del Instituto con la conducta en rojo
castigos que uno ha perdonado
a pesar de la locura de su dueño
Uno abre los armarios
a veces uno abre los armarios
como si abriera la nostalgia
y salieran hablando los espejos

FABIO FIALLO


 

Astro muerto

 

         La luna, anoche, como en otro tiempo,
como una nueva amada me encontró;
también anoche, como en otro tiempo,
cantaba el ruiseñor.

Si como en otro tiempo, hasta la luna
                    hablábame de amor,
¿por qué la luna, anoche, no alumbraba
                    dentro mi corazón?


 

 

FRANKLIN MIESES BURGOS


 


 
Lo redondo es un ángel caído en el vacío
de su propio universo,
donde la oscura voz de su verdad resuena
llena de eternidad cerrada y de infinito.

Lo redondo es un río que sale y que torna
de nuevo hacia sí mismo, hacia la hueca nada
donde su ser gravita.

Por su forma la lengua de Dios está explicando
su gracia preferida,
la imagen con que muestra la sombra de su rostro
desnuda sobre el mundo.

-¿No es su ley la que esculpe la manzana del orbe,
el anillo que muerde el pedestal del árbol,
la cabeza del hombre?

Lo redondo es un ángel cautivo que no sueña,
que no se translimita de su cerrado cielo;
un ángel prisionero
que está sujeto a Dios como un objeto más
de amor entre sus dedos.

 

 

GASTÓN FERNANDO DELIGNE


 

 
 

Ya se integró al espíritu fecundo
que un tiempo hiciera palpitar su lira,
ya es átomo y celaje y blando efluvio
del perfume, la luz y la armonía.

Nos deja en sus melódicos cantares
inmaculado resplandor celeste,
como el halo divino de una estrella
cuando traspone trémula el Poniente.

Enamorada del ameno valle
y del florido soto fue calandria
que alguna vez al éter ascendiera
con la serena majestad del águila.

Gloria y honor del sexo en que el futuro
vincula honor y gloria y alegría,
fue de aquellas que irradian las virtudes
prez del hogar, que los hogares nimban.

Y es de aquellas criaturas venturosas
cuya vida fue salmo, hermoso y noble;
y ante cuyo sepulcro esparce adelfas
y ciñese la patria de crespones.

 

 

SALOMÉ UREÑA DE HENRÍQUEZ


 


 

Cuando los vientos murmuradores
llevan los ecos de mi laúd
con los acentos de mis amores
resuena un nombre, que de rumores
pasa llenando la esfera azul.

Que en ese nombre que tanto adoro
y al labio acude con dulce afán,
de aves y brisas amante coro,
rumor de espumas, eco sonoro
de ondas y palmas y bosques hay.

Y para el alma que en ese ambiente
vive y respira sin inquietud,
y las delicias del cielo siente,
guarda ese nombre puro y ferviente
todo un poema de amor y luz.

Quisqueya ¡oh, Patria! ¿Quién, si en tu suelo
le dio la suerte nacer feliz,
quién, si te adora con fiel desvelo,
cuando te nombra no oye en su anhelo
músicas gratas reproducir?

Bella y hermosa cual la esperanza,
lozana y joven, así eres tú;
a copiar nunca la mente alcanza
tus perfecciones, tu semejanza,
de sus delirios en la inquietud.

Tus bellos campos que el sol inunda,
tus altas cumbres de enhiesta sien,
de tus torrentes la voz profunda,
la palpitante savia fecunda
con que la vida bulle en tu ser,

todo seduce, todo arrebata,
todo, en conjunto fascinador,
en armoniosa corriente grata,
hace en tu suelo la dicha innata
y abre horizontes a la ilusión.

Y ¡ay, si oprimirte con mano ruda
quiere en su saña la iniquidad!
Tu espada pronto brilla desnuda,
te alzas potente, y en la lid cruda
segando lauros triunfante vas.

Naturaleza te dio al crearte
belleza, genio, fuerza y valor;
y es mi delirio con fe cantarte
y entre lo grande siempre buscarte
con el empeño del corazón.

Por eso el alma te buscó un día
con ansia ardiente, con vivo afán,
entre las luchas y la porfía
y entre los triunfos de gallardía
con que el progreso gigante va.

Mas ¡ay! en vano pregunté ansiosa
si entre el tumulto cruzabas tú:
llevó la brisa mi voz quejosa;
silencio mudo, sombra enojosa
miré en tu puesto solo y sin luz.

Tú, la preciada, la libre Antilla,
la más hermosa perla del mar,
la que de gloria radiante brilla
¿huyes la senda que ufana trilla
con planta firme la humanidad?

A tu corona rica y luciente
falta la joya de más valor;
búscala presto, que ya presiente
para ti el alma, con gozo ardiente,
grandes victorias de bendición.

¡Patria bendita! ¡Numen sagrado!
¡Raudal perenne de amor y luz!
Tu dulce nombre siempre adorado,
que el pecho lleva con fe grabado,
vibra en los sones de mi laúd.

Y pues que mueve nombre tan puro
de mis cantares la inspiración,
y ansiando vivo tu bien seguro,
la sien levanta, mira al futuro,
y oye mis cantos, oye mi voz!

 

 

AURORA ARIAS


 

Yo, Ícaro

 

Desde aquí escapo al aire
oloroso a cemento
o a las cuerdas de alumbrado

Retiro mi libertad
de entre la abominable máquina
de zurcir alas y palabras.
La máquina del sí
y del no

Escapo al viento que baila
sobre las antenas aleteando sus
vértebras de acero

Huyo hacia el más simple átomo
que vive en los niveles de la brisa
Las paredes caen como bloques
de nubes
Me desplazo contemplándolos
a todos