lunes, 21 de abril de 2014

ENQUILLO SÁNCHEZ


 

Llovizna


Uno abre los armarios
A veces uno abre los armarios
buscando no se sabe qué cosas          qué fotografía
qué monedero roto en que no cupieron las monedas
Ya no quedan monedas          Uno sabe que ha sido pobre
durante noventa años de lluvias y golondrinas
Quizá encuentre uno polainas que no resistieron la muerte
los polvos de una abuela que nunca fue a desfiles
tijeras que recortan la tristeza
y el hábito de la tristeza
la presumible flor en las páginas de un libro
que nadie leyó porque los novios ya se fueron
trajes que están bailando un vals de naftalina
espejos de media luna y espejos de gorrión nevado
quizá una mariposa que no sabe cómo volar
dentro de las páginas de un amor que encuadernó el otoño
relojes que dan la hora y buenos días
cuadernos escritos con tinta y caramelo
que devoran diminutas hormigas cantarinas
títulos de una propiedad que el Estado no ha reconocido
los quesillos de almendra que Bilita guardaba en su gaveta
los pagarés          los recibos          las llaves
del paraíso o de la cuartería o del olvido
la infancia archivada como un expediente de la brisa
los labios de una muchacha que dijo sí toda la vida
las notas del Instituto con la conducta en rojo
castigos que uno ha perdonado
a pesar de la locura de su dueño
Uno abre los armarios
a veces uno abre los armarios
como si abriera la nostalgia
y salieran hablando los espejos

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