martes, 17 de septiembre de 2013

RAMÓN LÓPEZ VELARDE




Rumbo al olvido


¡Oh pobres almas nuestras
que perdieron el nido
y que van arrastradas
en la falsa corriente del olvido!


Y pensar que extraviamos
la senda milagrosa
en que se hubiera abierto
nuestra ilusión, como perenne rosa.


Pudieron deslizarse,
sin sentir, nuestras vidas
con el compás romántico
que hay en las músicas desfallecidas.


Y pensar que pudimos
enlazar nuestras manos
y apurar en un beso
la comunión de fértiles veranos.


Y pensar que pudimos,
al acercarse el fin de la jornada,
alumbrar la vejez en una dulce
conjunción de existencias,
contemplando, en la noche ilusionada,
el cintilar perenne del Zodíaco
sobre la sombra de nuestras conciencias...


Mas en vano deliro y te recuerdo,
oh virgen esperanza,
oh ilusión que te quedas
en no sé qué lejanas arboledas
y en no sé qué remota venturanza.


Sigamos sumergiéndonos... Mas, antes
que la sorda corriente
nos precipite a lo desconocido,
hagamos un esfuerzo de agonía
para salir a flote
y ver, la última vez, nuestras cabezas
sobre las aguas turbias del olvido.




SILVIA CARBONELL




La noche esta siendo amada por un hombre



Toda esa noche iba vestida de erotismo;
mientras tú venías de la mano con ella,
desvistiéndola con los labios.

Desde entonces la noche se desnuda con solo escuchar tu nombre.
Esperando al pie de alguna ventana para ofrecerte sus brazos.

Y tú llegas como quien llega descalzo; sin hacer ruido.
Tomando su cuerpo,
como se toma la más delicada de las copas y se acerca a los labios.

Bebiendo su piel tan llena de pecas como de estrellas.
Tan llena de cielo,
que es su misma piel la que te lleva a tocar el universo.

Y a la vez la noche, te ofrece su espalda desnuda.
Esa, la oculta;
la que vive de espaldas mientras guarda tu nombre.

Te ofrece sus pechos blancos de luna,
iluminados sensualmente con el contorno redondo de su silueta.
Y los faroles inquietos sonrojados se apagan,
mientras dejan que los amantes llenen el aire de suave viento que susurra,
"Que la bella noche está siendo amada por un hombre".



MANUEL GUTIÉRREZ NÁJERA



  
Non omnis moriar



¡No moriré del todo, amiga mía!
De mi ondulante espíritu disperso,
algo en la urna diáfana del verso,
piadosa guardará la poesía.

¡No moriré del todo! Cuando herido
caiga a los golpes del dolor humano,
ligera tú, del campo entenebrido
levantarás al moribundo hermano.

Tal vez para entonces por la boca inerme
que muda aspira la infinita calma,
oigas la voz de todo lo que duerme
con los ojos abiertos de mi alma.

Hondos recuerdos de fugaces días,
ternezas tristes que suspiran solas;
pálidas, enfermizas alegrías
sollozando al compás de las violas...

Todo lo que medroso oculta el hombre
se escapará vibrante, del poeta,
en áureo ritmo de oración secreta
que invoque en cada cláusula tu nombre.

Y acaso adviertas que de modo extraño
suenan mis versos en tu oído atento,
y en el cristal, que con mi soplo empaño,
mires aparecer mi pensamiento.

Al ver entonces lo que yo soñaba,
dirás de mi errabunda poesía:
era triste, vulgar lo que cantaba...
mas, ¡qué canción tan bella la que oía!

Y porque alzo en tu recuerdo notas
del coro universal, vívido y almo;
y porque brillan lágrimas ignotas
en el amargo cáliz de mi salmo;

porque existe la Santa Poesía
y en ella irradias tú, mientras disperso
átomo de mi ser esconda el verso,
¡no moriré del todo, amiga mía!


JOSÉ JUAN TABLADA



  
Misa negra



¡Noche de sábado! Callada
está la tierra y negro el cielo;
late en mi pecho una balada
de doloroso ritornelo

El corazón desangra herido
bajo el cilicio de las penas
y corre el plomo derretido
de la neurosis en mis venas

¡Amada ven!…¡Dale a mi frente
el edredón de tu regazo
y a mi locura dulcemente,
lleva a la cárcel de tu abrazo!

¡Noche de sábado! En tu alcoba
hay perfume de incensario,
el oro brilla y la caoba
tiene penumbras de sagrario.

Y allá en el lecho do reposa
tu cuerpo blanco, reverbera
como custodia esplendorosa
tu desatada cabellera.

Toma el aspecto triste y frío
de la enlutada religiosa
y con el traje más sombrío
viste tu carne voluptuosa.

Con el murmullo de los rezos
quiero la voz de tu ternura,
y con el óleo de mis besos
ungir de diosa tu hermosura.

Quiero cambiar el grito ardiente
de mis estrofas de otros días,
por la salmodia reverente
de las unciosas letanías;

quiero en las gradas de tu lecho
doblar temblando la rodilla
y hacer del ara de tu lecho
y de tu alcoba la capilla…

Y celebrar ferviente y mudo,
sobre tu cuerpo seductor,
lleno de esencias y desnudo
¡la Misa Negra de mi amor!



ELVA MACIAS




El gesto 


Hay un gesto que perdura
        en cada cuerpo
se lleva con ligereza
o se arrastra como un ala rota

Es el ademán que ronda la soledad
el primer paso ante el desastre 

Distingue a cada uno
y sabe hacerse cicatriz o mirada 

El gesto no se carga y descarga como un revólver
ni se desmorona como ciudad de naipes.

De “Caravanas en riesgo”



RENATO SALES HEREDIA




Marea, instala la cadencia de un árbol desmañado…



Marea, instala la cadencia de un árbol desmañado:
instrumenta la precisa levedad el viento terco,
mina ventanas, juego niñas y hojas el viento,
las ventanas, reconduce rebaños a la fiesta.

Ella bebe despacio ese vino de flores.
Entre sus pechos bronce, savia y oro.
Mi sangre por tus pezones, mis manos
y mi lengua
para sanarme, Superávit, perra.

De: Para que partan los pájaros
Traducción de Felipe Sentelhas