miércoles, 25 de julio de 2012


CECILIA BUSTAMANTE






Retorno



I

Patria mía?
en tus muros
vive la sombra
de aluviones antiguos.
Morada
bajo el golpe discreto
de la brisa.

A orillas del Pacífico
las neblinas debilitan.
Mohos grises, el salitre
socavando tus ciudades
en la corriente
leve de la sangre.

Después?
sólo miedo y descontento
incurables.
Y en la piel del aire
viaja un frío
como los recuerdos.

II

Mi infancia se pierde
por las calles de Lima,
palabra
sobre paisajes virreinales
rematados por el hambre.
Idioma
rebotando, desangrándose
en el fértil dominio
del pasado.

III

Dura España
Madre
España.
En mis viejos cuadernos
reverbera
el veneno mayor.
Y en las montañas
los animales ciegos,
los metales
que te colmaron de esplendor.

Mi país
el de pulcros erales,
el de parcelas limpísimas
en sus flancos
sólo sangre
y en al aire
sólo una espada
una espada en el aire.

IV

Metal contra metal
  vibran el poder y la muerte
y mi país
desenvaina
una espada en el aire.

En el aire
una espada.

CAROLINA CORONADO





La Luna Es Una Ausencia



Y tú, ¿quién eres de la noche errante
  aparición que pasas silenciosa,
cruzando los espacios ondulante
tras los vapores de la nube acuosa?

negra la tierra, triste el firmamento,
ciegos mis ojos sin tu luz estaban,
y suspirando entre el oscuro viento
tenebrosos espíritus vagaban.

yo te aguardaba, y cuando vi tus rojos
perfiles asomar con lenta calma,
como tu rayo descendió a mis ojos,
  tierna alegría descendió a mi alma.

¿Y a mis ruegos acudes perezosa
cuando amoroso el corazón te ansía?
Ven a mí, suave luz, nocturna, hermosa
hija del cielo, ven: ¡por qué tardía!



ALFONSO REYES






Quedate callado



Quédate callado y solo:
casi todo sobra y huelga.
De la rama el fruto cuelga
y la rosa del peciolo,
no a efectos del querer sólo,
sino a la inerte ceguera
que la visión exagera
en alcance y en sentido;
y lo que cantas dormido
es tu canción verdadera.

Quédate solo y callado:
casi todo huelga y sobra.
Ningún gasto se recobra,
ni vale el oro cambiado
la moneda que has pagado
por montones de vellón.
Que a hurtos da el corazón
los latidos que aprovechas,
y aunque imaginas que pechas,
lo debes al panteón.

LETICIA LUNA





Cuando llueve tu poema


A Felipe Granados


Hay algo en tu poema
Que me hace leerlo antes de dormir
Repetirlo al cruzar los parques
Y soltarlo por el mundo cuando llueve
Cuando llueve
Consuela a los enfermos de melancolía
Los enamorados suplican
Por sus versos húmedos
Y los perros no olfatean
En los charcos sucios
                                   De la vieja Roma
Hay algo en sus palabras
Que me invita a navegar
Pero este barco tiene goteras
Y no llegará a Paraíso de Cartago
Ni podrá hacer frente a los gansos
Ni a los vendedores de caramelos
                               En la calle de Dolores
Hay algo en tu poema
Que nos invita a festejar
Aunque esto no sea un hidrofaltante
La laguna sepultada bajo el suelo de México
O la promesa de un diluvio que no llega
Hay algo de oración   de vieja plegaria
Una burbuja   un tragaluz
La sonrisa de Nick Cave o el gatito de Tino
Que me hacen sonreír y creer que por fin
                                             Hoy no llueve

FEDERICO GARCÍA LORCA




Alba


Campanas de Córdoba
en la madrugada.
Campanas de amanecer
en Granada.
Os sienten todas las muchachas
que lloran a la tierna
soleá enlutada.
Las muchachas
de Andalucía la alta
y la baja.
Las niñas de España
de pie menudo
y temblorosas faldas,
que han llenado de luces
las encrucijadas.
¡Oh, campanas de Córdoba
en la madrugada.
y oh, campanas de amanecer
en Granada!