jueves, 15 de noviembre de 2012


JORGE LUIS BORGES




  
Diecisiete Haikus



16.-

Lejos un trino.
el ruiseñor no sabe
que te consuela.

JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO






El lobito bueno



Erase una vez
un lobito bueno
al que maltrataban
todos los corderos.

Y había también
un príncipe malo,
una bruja hermosa
y un pirata honrado.

Todas esas cosas
había, una vez.
Cuando yo soñaba
un mundo al revés.

SERGIO GARCÍA




Tus Besos…

Para Norma Olivia


Mientras tu belleza seduce mi mirada

Tus labios trashumantes recorren mi cuerpo
territorio de tus pastores deseos

Y llueven sobre mi piel tus besos
reverdeciendo mí celo

¡Como se enciende mis orejas!
con la calidez de tu aliento

Entonces mis manos
parecen mariposas
ansiosas por posarse en tus corolas

Y mis dedos peregrinos
escalan tus peñas
mientras mi virilidad habita tu cuenco

Al abrazo de tu vientre
me pueblan humedades
responso de tus tibias urgencias

Y se derrama mi amor por tu cuerpo

EUGENIO FLORIT




  
El poema



Sí, se te pone un nudo en la garganta
y no sabés que hacer para soltarlo.
Tal vez llorar es bueno,
pero tal vez eso no basta.
Porque si lloras te saldrán los llantos
con un gusto de amargo sentimiento.
Y, además, que llorando no te calmas.
No se te calma el nudo ni la angustia,
que es como si todo un cielo se te hundiera
o como si nadando por el agua
con las flores del agua te enredaras.
Como soñar que vas cayendo,
yendo cayendo que caerás sin prisa
y que nadie te espera al fin de la caída.
Es como que te ahoga un pensamiento
que quiere hablar, salir, saltar, volar,
y cada vez da con la jaula.
Miras el libro abierto
y ni te fijas en la página,
miras el cielo por alzar los ojos
pero no ves ni la nube que pasa,
miras la flor, no te enamora,
miras el árbol, no te espanta
oyes el ruiseñor entre la noche
y no comprendes lo que canta.
Has de volver a ti las soledades
con que vas habitando tus moradas,
y pensar poco apoco el pensamiento
y decir poco a poco las palabras,
y formar el poema con la angustia
que te mordía la garganta.

(después de todo bienvenido
si como mariposa te me quedaste fijo
clavado por las alas).

GASTÓN BAQUERO






Para no morirme



Escribiré un soneto que le oponga a mi muerte
un muro construido de tan recia manera,
que pasará lo débil y pasará lo fuerte
y quedará mi nombre igual que si viviera.

Como un niño que rueda de una alta escalera
  descenderá mi cuerpo al seno de la muerte.
Mi cuerpo, no mi nombre; mi esencia verdadera
se inscrustará en el muro de mi soneto fuerte…

De súbito comprendo que ni ahora ni luego
arrancaré mi nombre al merecido olvido.
Yo no podré librarle de las garras del fuego,

no podré levantarle del polvo en que ha caído.
No he de ser otra cosa que un sofocado ruego,
un soneto inservible y un muro destruido.


NICOLÁS GUILLÉN






Mulata



Ya yo me enteré, mulata,
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise
como nudo de cobbata.

Y fíjate bien que tú
no ere tan adelantá,
poqque tu boca é bien grande,
y tu pasa, colorá.
Tanto tren con tu cueppo,
tanto tren;
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.

Si tú supiera, mulata,
la veddá:
que yo con mi negra tengo,
y no te quiero pa ná!