"Un poema si no es una pedrada -y en la sien- es un fiambre de palabras muertas" Ramón Irigoyen
jueves, 15 de noviembre de 2012
JOSÉ AGUSTÍN GOYTISOLO
El
lobito bueno
Erase
una vez
un
lobito bueno
al
que maltrataban
todos
los corderos.
Y
había también
un
príncipe malo,
una
bruja hermosa
y
un pirata honrado.
Todas
esas cosas
había,
una vez.
Cuando
yo soñaba
un
mundo al revés.
SERGIO GARCÍA
Tus
Besos…
Para Norma Olivia
Mientras
tu belleza seduce mi mirada
Tus
labios trashumantes recorren mi cuerpo
territorio
de tus pastores deseos
Y
llueven sobre mi piel tus besos
reverdeciendo
mí celo
¡Como
se enciende mis orejas!
con
la calidez de tu aliento
Entonces
mis manos
parecen
mariposas
ansiosas
por posarse en tus corolas
Y
mis dedos peregrinos
escalan
tus peñas
mientras
mi virilidad habita tu cuenco
Al
abrazo de tu vientre
me
pueblan humedades
responso
de tus tibias urgencias
Y se derrama mi amor por tu cuerpo
EUGENIO FLORIT
El
poema
Sí,
se te pone un nudo en la garganta
y no sabés que hacer para soltarlo.
Tal vez llorar es bueno,
pero tal vez eso no basta.
Porque si lloras te saldrán los llantos
con un gusto de amargo sentimiento.
Y, además, que llorando no te calmas.
No se te calma el nudo ni la angustia,
que es como si todo un cielo se te hundiera
o como si nadando por el agua
con las flores del agua te enredaras.
Como soñar que vas cayendo,
yendo cayendo que caerás sin prisa
y que nadie te espera al fin de la caída.
Es como que te ahoga un pensamiento
que quiere hablar, salir, saltar, volar,
y cada vez da con la jaula.
Miras el libro abierto
y ni te fijas en la página,
miras el cielo por alzar los ojos
pero no ves ni la nube que pasa,
miras la flor, no te enamora,
miras el árbol, no te espanta
oyes el ruiseñor entre la noche
y no comprendes lo que canta.
Has de volver a ti las soledades
con que vas habitando tus moradas,
y pensar poco apoco el pensamiento
y decir poco a poco las palabras,
y formar el poema con la angustia
que te mordía la garganta.
y no sabés que hacer para soltarlo.
Tal vez llorar es bueno,
pero tal vez eso no basta.
Porque si lloras te saldrán los llantos
con un gusto de amargo sentimiento.
Y, además, que llorando no te calmas.
No se te calma el nudo ni la angustia,
que es como si todo un cielo se te hundiera
o como si nadando por el agua
con las flores del agua te enredaras.
Como soñar que vas cayendo,
yendo cayendo que caerás sin prisa
y que nadie te espera al fin de la caída.
Es como que te ahoga un pensamiento
que quiere hablar, salir, saltar, volar,
y cada vez da con la jaula.
Miras el libro abierto
y ni te fijas en la página,
miras el cielo por alzar los ojos
pero no ves ni la nube que pasa,
miras la flor, no te enamora,
miras el árbol, no te espanta
oyes el ruiseñor entre la noche
y no comprendes lo que canta.
Has de volver a ti las soledades
con que vas habitando tus moradas,
y pensar poco apoco el pensamiento
y decir poco a poco las palabras,
y formar el poema con la angustia
que te mordía la garganta.
(después
de todo bienvenido
si como mariposa te me quedaste fijo
clavado por las alas).
si como mariposa te me quedaste fijo
clavado por las alas).
GASTÓN BAQUERO
Para
no morirme
Escribiré
un soneto que le oponga a mi muerte
un muro construido de tan recia manera,
que pasará lo débil y pasará lo fuerte
y quedará mi nombre igual que si viviera.
un muro construido de tan recia manera,
que pasará lo débil y pasará lo fuerte
y quedará mi nombre igual que si viviera.
Como
un niño que rueda de una alta escalera
descenderá mi cuerpo al seno de la muerte.
Mi cuerpo, no mi nombre; mi esencia verdadera
se inscrustará en el muro de mi soneto fuerte…
descenderá mi cuerpo al seno de la muerte.
Mi cuerpo, no mi nombre; mi esencia verdadera
se inscrustará en el muro de mi soneto fuerte…
De
súbito comprendo que ni ahora ni luego
arrancaré mi nombre al merecido olvido.
Yo no podré librarle de las garras del fuego,
arrancaré mi nombre al merecido olvido.
Yo no podré librarle de las garras del fuego,
no
podré levantarle del polvo en que ha caído.
No he de ser otra cosa que un sofocado ruego,
un soneto inservible y un muro destruido.
No he de ser otra cosa que un sofocado ruego,
un soneto inservible y un muro destruido.
NICOLÁS GUILLÉN
Mulata
Ya
yo me enteré, mulata,
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise
como nudo de cobbata.
mulata, ya sé que dise
que yo tengo la narise
como nudo de cobbata.
Y
fíjate bien que tú
no ere tan adelantá,
poqque tu boca é bien grande,
y tu pasa, colorá.
Tanto tren con tu cueppo,
tanto tren;
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.
no ere tan adelantá,
poqque tu boca é bien grande,
y tu pasa, colorá.
Tanto tren con tu cueppo,
tanto tren;
tanto tren con tu boca,
tanto tren;
tanto tren con tu sojo,
tanto tren.
Si
tú supiera, mulata,
la veddá:
que yo con mi negra tengo,
y no te quiero pa ná!
la veddá:
que yo con mi negra tengo,
y no te quiero pa ná!
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