jueves, 10 de julio de 2025


 

FRANCISCO VÉJAR

 

 

Cabaña (Rocas de Santo Domingo)



La nudosa madera de apariencia casi humana
posee un centenar de vidas inimaginables
donde las noches son blancas, como el oleaje marino.
Su presencia nos lleva de vuelta a lo real
y de noche cruje y se lamenta: ¿quién la hará revivir?
En su fisonomía nos aventuramos hacia otros destinos.

Frágil memoria de estos días huidizos
déjanos depositar en ti esta rara quietud
de estar una vez más envueltos en una misma piel.

 

 

BASILIO SÁNCHEZ

 

  

Calle con árboles

 

Caminamos a tientas,

el aire de la noche
empuja las palabras que nos cuesta decir,
las conduce de tu boca a la mía.

Tal vez el mismo aire que eleva las plegarias,
los temores legítimos,
esa llama atrapada todavía
en el estrecho círculo de la conciencia.

Cae a un lado y a otro la oscuridad en copos de los árboles.

Por encima del hilo donde un pájaro calla,
sobre un cielo tan bajo que refleja
todo lo desvalido de este mundo,
va pasando el silencio de una nube,
su poco de agua dulce.

A esta hora,
cuando los hombres duermen,
el silencio de las casas habitadas
cae sobre el silencio de las casas deshabitadas.

La calle brilla entonces
como los días de lluvia,
quizá como los ojos de los muertos recientes.

 

EMMA POSADA

 

 

Tu obra

 

 

Tú, el que vive con plenitud la obra; que ha colmado en ella todo su gozo; el de los ojos ávidos sobre el paisaje extraño; el de las manos suaves sobre la flor y el nido; el de los labios frescos a la caricia del fruto.

Tú, que arrancas la belleza que te rodea para desbordarla en tu obra, gran felicidad es la que tienes. Has tejido con tus manos la seda escondida de las cosas y en tu obra humilde o brillante, han de estar lo cristalino del río y lo armonioso del vuelo.

Has plasmado en tu pobre carne que destrozará la muerte, un soplo de eternidad y de luz.

Tu polvo ha de perderse en los caminos, tal vez se vuelva ciénaga con pestes en las entrañas, o lodo que mancha los pies del niño alegre que va cantando a la escuela. Eso serás tú, tu pobre carne; pero tu obra, si la vives con plenitud, seguirá siendo clara en el río y armoniosa en el vuelo. Tu obra es soplo eterno.

 

JUAN CERVERA

 

  

VII

 


Flor cortada, ya no es flor;

canción que no canta el pueblo

¿cómo puede ser canción?

 

De: “Coplas proverbiales”

 

FERMÍN VILELA

 

 

 

Bosque de bambú

A partir del carácter
(dí, flauta), que puede ser de bambú ().  A través de ella () se hace pasar el aire para que suene.



Puertas que se abren dentro del bosque
me invitaban a entrar.   

No era la caña retorciéndose
entre los bambúes secos,
caídos sobre los vivos, no. 
Eran todas esas puertas
que debería haber abierto
para entregarme al picaporte
oscuro de tu corazón.

A veces, en el recuerdo
de esa tarde en la que pasamos
por el bosque sin dejar huella,
me encuentro con tu sombra.

Charlamos y nos reímos
sin pensar en el regreso.

 

 

JUAN CARLOS ONETTI

 

  

Y el pan nuestro


 

Sólo conozco de ti
la sonrisa gioconda
con labios separados
el misterio
mi terca obsesión
de desvelarlo
y avanzar porfiado
y sorprendido
tanteando tu pasado
Sólo conozco
la dulce leche de tus dientes
la leche plácida y burlona
que me separa
y para siempre
del paraíso imaginado
del imposible mañana
de paz y dicha silenciosa
de abrigo y pan compartido
de algún objeto cotidiano
que yo pudiera llamar
nuestro