lunes, 8 de abril de 2019


ANTONIO BRAÑAS





Persona desparecida



Esta tarde Marta Rosa
cierra las puertas a la poesía.
Se tiñe el pelo
y sale en busca de su amor perdido.

Hace mucho tiempo
quiso entrar al cine: vio
que la película era mala
y se fue -indecisa y llorosa-
por la 9a. avendia zona 1
perdidamente sola.

Ahora camina sobre la luz de ayer.
Cerró las puertas a la poesía
y no regresó jamás.



ALFONSO ORANTES





Pequeño monstruo

"y los moluscos
reminiscencias de mujeres"
Rubén Darío.



Pequeño monstruo. Del placer la gruta
Íntima. Ventanal del Cielo. Foso
Revelador de infierno milagroso.
Isla, molusco, monte, flor y fruta.

Perdido ya el Edén, mínima ruta
Para su hallazgo. Surco misterioso
De recuerdo y olvido. Sello venturoso
De semilla que en gloria se transmuta.

Raro designio del deleite quiso
Mostrarse en tal prodigio débil, fuerte
Y al anunciar tu signo el paraíso

- manzana del pecado ahí escondida-
revelará en su umbral cómo es la muerte
y qué estrecha es la puerta de la vida.


San Salvador, 1955.-



ANTONIO COLINAS





Letanía del ciego que ve



Que este celeste pan del firmamento
me alimente hasta el último suspiro.
Que estos campos tan fieros y tan puros
me sean buenos, cada día más buenos.
Que si en tiempo de estío se me encienden las manos
con cardos, con ortigas, que al llegar el invierno
los sienta como escarcha en mi tejado.

Que cuando me parezca que he caído,
porque me han derribado,
sólo esté arrodillándome en mi centro.
Que si alguien me golpea muy fuerte
sólo sienta la brisa del pinar, el murmullo
de la fuente serena.

Que si la vida es un acabar,
cual veleta, chirriando en lo más alto,
allá arriba me calme para siempre,
se disuelva mi hierro en el azul.

Que si alguien, de repente, vino para arrancarme
cuanto sembré y planté llorando por las nubes,
me torne en nube yo, me torne en planta,
que sean aún semillas mis dos ojos
en los ojos sin lágrimas del perro.

Que si hay enfermedad sirva para curarme,
sea sólo el inicio de mi renacimiento.
Que si beso y parece que el labio sabe a muerte,
amor venza a la muerte en ese beso.
Que si rindo mi mente y detengo mis pasos,
que si cierro la boca para decirte todo,
y dejo de rozar tu carne ya sembrada,
que si cierro los ojos y venzo sin luchar
(victoria en la que nada soy ni obtengo),
te tenga a ti, silencio de la cumbre,
o a ese sol abatido que es la nieve,
donde la nada es todo.

Que respirar en paz la música no oída
sea mi último deseo, pues sabed
que, para quien respira
en paz, ya todo el mundo
está dentro de él y en él respira.

Que si insiste la muerte,
que si avanza la edad, y todo y todos
a mi alrededor parecen ir marchándose deprisa,
me venza el mundo al fin en esa luz
que restalla.
Y su fuego me vaya deshaciendo como llama
de vela: con dulzura, despacio, muy despacio,
como giran arriba extasiados los planetas.


ANTONIO PORCHIA





Se me abre...



Se me abre una puerta, entro
y me hallo con cien puertas
cerradas.


ALFREDO ESPINO





Cañal en flor



Eran mares los cañales
que yo contemplaba un día
(mi barca de fantasía
bogaba sobre esos mares).

El cañal no se enguirnalda
como los mares, de espumas;
sus flores más bien son plumas
sobre espadas de esmeralda...

Los vientos-niños perversos-
bajan desde las montañas,
y se oyen entre las cañas
como deshojando versos...

Mientras el hombre es infiel,
tan buenos son los cañales,
porque teniendo puñales,
se dejan robar la miel...

Y que triste la molienda
aunque vuela por la hacienda
de la alegría el tropel,
porque destrozan entrañas
los trapiches y las cañas...
¡Vierten lagrimas de miel!


SONIA SILVA ROSAS





Detrás del cristal



A través de este hueco respiro
las palabras que los otros lanzan al exilio,
siento su dolor
en el intento por descoser tardes
a su piel prendidas,
¡cuánta desesperación en sus dedos,
separan las carnes!
resulta difícil cortar los hilos
que sostienen al sol a fuerza de lágrimas.

Detrás del cristal
- gritos mas no palabras-
tardes que se aferran a los hilos
y el dolor de la carne
en su dibujo rutinario
- de muerte prematura-